Gracias a esta cadena solidaria, le cambiaron la vida a quienes deseaban aprender a tocar instrumentos pero debido a su realidad económica no podían hacerlo.
La música es arte y también es considerada una herramienta más que valiosa para la vida de todos y todas. Puede tomarse como un pasatiempo, para despejarse y conectarse con uno mismo, canalizar sentimientos, emociones y estados de ánimo. En esa línea, un profesor de guitarra mendocino llamado Gabriel Mignani comenzó un proyecto solidario a través del cual recibe instrumentos, los repara y los dona a quienes necesitan.
“Doná música, recibí una sonrisa”
El proyecto denominado “Doná música, recibí una sonrisa” nació en Las Heras cuando el músico mendocino se dio cuenta que muchos de sus estudiantes no podían asistir a sus clases debido a la falta de instrumentos. A pesar de que eran muchos los inscriptos en el taller, una gran mayoría no contaba con los recursos necesarios para hacerse de un instrumento que les permitiera practicar en sus casas y en ese momento, surgió una idea solidaria que cambiaría sus vidas para siempre. “Comencé a pedir a mi círculo de amigos esas guitarras olvidadas en desuso. Muchas estaban rotas o sin cuerdas y como me doy maña arreglándolas, empecé a repararlas para dárselas a los chicos que no podían comprar una” destacó Mignani.
A partir del uso de las redes sociales, la difusión que hicieron sus conocidos y aquellas personas que querían donar; Gabriel recibió violines, guitarras, teclados, ukeleles, entre otros, que hicieron posible que muchas personas transformaran su vida a partir de la solidaridad y el acercamiento a la música. “Muchas personas me contactan a través de Facebook con la intención de donar algún instrumento, es increíble la solidaridad de la gente”, reflexionó el músico. “La idea es generar una cadena solidaria donde los donantes de los instrumentos pasan a ser padrinos o madrinas musicales de los chicos que reciben el instrumento“, agregó Mignani.
Cuando el proyecto se iniciaba, Gabriel arreglaba los instrumentos con dinero de su bolsillo pero a medida que las donaciones fueron creciendo, su sueldo no alcanzaba para la compra de los repuestos, incluso algunos instrumentos donados necesitaban de los servicios de reparación de luthiers cuyo costo no siempre podía afrontar. En la actualidad el proyecto se autogestiona por medio de sorteos, organización de eventos y actividades para juntar fondos que luego serán utilizados para costear las reparaciones y repuestos necesarios para dejar el instrumento en óptimas condiciones para ser usados. “La única ayuda económica que recibo es por parte del área de cultura de la Municipalidad de Las Heras pero no alcanza para llegar a tantas familias, por lo que apelo a la solidaridad de quienes quieren ser parte de este proyecto“, explicó Gabriel.
Cada donación recibida representa una persona que podrá cumplir un sueño. “Hay historias muy fuertes…hace unos meses recibí una donación de una familia cuyo instrumento tenía un valor sentimental fuertísimo ya que era del padre que había fallecido. Los hijos me entregaron una guitarra que estaba intacta para que yo se la diera a algún chico y así no quedara guardada en un armario”, recordó Gabriel.
Las donaciones de instrumentos recuperados y reparados realizadas en el transcurso de estos años cambiaron la vida de alrededor de 200 personas, entre las que se encontraban niños y niñas con discapacidad, familias que no podían acceder a la compra de los instrumentos e instituciones como la cárcel de El Borbollón, la penitenciaria San Felipe, el hospital psiquiátrico Carlos Pereyra y la dirección de Niñez, Adolescencia y Familia. Algunas donaciones incluso han llegado fuera de la provincia de Mendoza, familias de La Rioja y Santiago del Estero se comunicaron con Gabriel y pudieron recibir su instrumento.
Exelente iniciativa
Tenemos un piano excelente en muy buen estado para donar