El taller propone “reutilizar los materiales para fabricar lo que sea, con lo que hay”, explicaron los coordinadores y subrayaron: “jugar con juguetes no debería ser siempre sinónimo de consumir y comprar”.
Inventar juegos, explorar los ya conocidos, desarmar, romper y armar juguetes, hacer preguntas, imaginar respuestas y jugar en grupo son algunas de las propuestas de “La Desfábrica“, una iniciativa que desde el barrio porteño de Villa Crespo promueve la autogestión de juegos y juguetes para incentivar a los chicos a transformar residuos industriales en objetos lúdicos. “La Desfábrica de juegos y juguetes surgió desde la necesidad de generar espacios para las infancias, en donde cada niña y niño pueda apropiarse del juego (de sus reglas, sus formas, etc.) y de los juguetes que imagina y necesita para vincularse con el entorno socio-cultural en el que vive: desfabricar lo fabricado“, explicó a Violeta Argañarás que junto a Martín Carrera coordinan esta iniciativa.
Cómo nace la idea
La idea nace en 2018 con el objetivo de desarrollar actividades que promuevan la autogestión de juegos y juguetes, realizando talleres itinerantes en distintos contextos, como plazas, escuelas, ludotecas y organizaciones barriales y desde este año cuentan con un espacio propio ubicado en el barrio porteño de Villa Crespo (Olaya 1521). La respuesta de los chicos y chicas “es altamente positiva“, señalan entusiasmados los coordinadores de La Desfábrica, y describen que “al venir al taller los niños comienzan a observar sus propios juegos y juguetes desde otra mirada“.
“Al venir al taller los niños comienzan a observar sus propios juegos y juguetes desde otra mirada”
Argañarás comentó que el taller propone “reutilizar los materiales para fabricar lo que sea, con lo que hay” y subrayó que “jugar con juguetes no debería ser siempre sinónimo de consumir y comprar“. Y recalcó que “cuando los chicos descubren que existe esa posibilidad, su creatividad no tiene límites“.
“Quizás lo más novedoso sea que en el taller no proponemos un diseño de juguete para que todos copien, sino que acercamos materiales y técnicas de construcción para que puedan desarrollar sus propias ideas“, acotó por su parte Martín. Y destacó que “inventar un juego o un juguete resulta un desafío para muchos ya que estamos acostumbrados a que nos digan lo que tenemos que hacer, a los manuales de instrucciones “paso a paso”. En cambio, en La Desfábrica no hay una sola respuesta correcta“.
De ahí que la propuesta de los coordinadores sea que “antes de fabricar un juguete, solemos contar una historia, observar un libro con imágenes, o realizar una actividad corporal que nos sumerja en una narrativa, en un universo ficticio que nos inspire a la hora de crear”.
“No se trata de imitar lo que hay en las jugueterías, sino de entender que el juego es una práctica cultural colectiva, atravesada por nuestra propia historia”.
Los materiales que utilizan y su experiencia educativa
La mayoría de los materiales son reciclados que recolectan de donaciones de juguetes rotos o en desuso, envases plásticos, tapitas, maderas, telas, y otros materiales descartables. “Los juguetes que recibimos -explican Violeta y Martín– se desarman, se clasifican, se rediseñan y luego se usan para nuevas creaciones. La Desfábrica provee de todos los materiales y herramientas necesarias (de carpintería, de costura, plástica, material artístico) y una biblioteca con muchos libros“.
“Durante el verano solemos viajar por distintas regiones del país, especialmente el NOA, en donde realizamos talleres intensivos en cogestión con proyectos culturales locales“, agregó Violeta, esta maestra jardinera, de 26 años, que según dijo, su relación con el arte, el juego y la educación arranca desde muy chica. “Los juguetes que recibimos se desarman, se clasifican, se rediseñan y luego se usan para nuevas creaciones“
“Asistí a distintos talleres que despertaron en mí un gran interés por las artes visuales. También realicé formaciones en danza, música y audioperceptiva y después me fui adentrando en el ámbito de la educación, gestionando grupos rodantes, espacios de educación no formal, y en paralelo mi carrera como docente de Nivel Inicial“, compartió.
FUENTE: TELAM