De Santo Tomé a ser amado por los griegos: la historia del ex futbolista Juan Ramón Rocha

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POR EZEQUIEL FERNANDEZ RETO

Superación, respeto, lealtad deportiva y no rendirse jamás. Estas pueden ser algunas palabras que definan la carrera futbolística y la historia de vida de Juan Ramón Rocha, ex futbolista argentino que defendió los colores de Newells’, Boca, Panathinaikos y Junior de Barranquilla. Padre de dos hijos –Juan Alberto, que nació en Rosario, y Giovanna, que es colombiana- y casado hace 45 años con Lynne Ramírez (que también es de Santo Tomé), Rocha vive hace 40 años en Grecia -actualmente en Igumenitsa Thesprotia, una ciudad aledaña a Atenas-. Y acá repasamos su historia de vida: infancia, cómo nació su amor por el fútbol, sus Dioses que le trazaron el camino y el cariño de la población griega hacia él.

Rocha con su esposa Lynne.

¿Te imaginaste que ibas a vivir en Grecia por tanto tiempo?

Eso ya estaba marcado, nací con el camino establecido. La parada final era en Grecia. Se dieron  todas las cosas para que yo venga con mi familia en 1979 a radicarnos acá. Ya son 41 años que estoy acá, y gracias a Dios vine a un país maravilloso, nos recibieron con los brazos abiertos. Soy un ciudadano común y corriente, pero el cariño que tiene la gente por mí me hace pensar que fue una fuerza muy grande la que nos trajo acá.

Igumenitsa Thesprotia, la ciudad en donde vive Rocha y su familia.

¿En el fútbol también tuviste el camino establecido?

Yo nací en Santo Tomé, Corrientes. Cuando era chico, vivíamos en un barrio llamado Atrás de la Vía, de gente muy humilde. Jugábamos a la pelota todos los días. Un día, ya con 15 años, jugaba en un equipo que se llamaba Avanti, y comenzó un campeonato en el cual no podíamos participar porque las dimensiones de la cancha no eran las adecuadas. Mi Dios ya trazó ahí el itinerario mío, y ahora me doy cuenta. Así fue que tuvimos que movernos a Monte Caseros a jugar por la Liga, y en la cancha había dos o tres personas mirándonos. Terminó el partido, ganamos y después me vino a hablar un señor para que vaya a probarme a Newell’s. Mi mamá no quería saber nada, imagínate… yo era muy chico y nunca había salido del pueblo. Costó, pero la convencieron, y así fue como fui y quedé en Newell’s. Después pasaron un par de años, debuto en la Selección Argentina, salgo campeón en 1974 con Newell’s y, en 1975, vamos a jugar un partido a Buenos Aires contra Chacarita. Perdimos 3-0, pero cuando terminó el encuentro, me viene a hablar otro señor. Quería que vaya a jugar a Grecia a jugar al Panathinaikos. Me vino a buscar a mi casa y me querían a toda costa. Estuve 6 meses en Grecia, todavía el fútbol allá era amateur, y no se hizo la transferencia por motivos económicos. Encima no me podía volver porque no me daban el pasaje, me tuvieron que venir a buscar. Yo me quería quedar, pero Newell’s quería que vuelva porque no habían pagado. Después volví a Argentina, pero así se me abrieron las puertas para volver a Grecia unos años después.

Rocha, el último a la derecha de los jugadores que están abajo en la formación. Año 1974, defendiendo los colores de Newell’s.

Y después volviste a Newell’s, pasaste por Junior y jugaste en Boca…

‘¡Voy corriendo!’, respondí cuando me dijeron de jugar en Boca. Y no fue fácil. Fui a ver al entrenador de Boca en ese momento, Lorenzo, y me dice: ‘Sos buen jugador, pero no vas a jugar hasta el año que viene, tengo muchos jugadores en el mediocampo’. Pero yo nunca lo dudé y me quise quedar. Y así se lo hice saber al técnico. Me pagaban menos que en Colombia y no iba a jugar hasta el próximo año, pero yo no me iba a rendir. En Boca pensaban que estaba medio loco, ja. Pero nunca me rendí para lograr lo que tengo. Y así fue como, de a poco, fui entrando en el equipo, marcando goles y terminé como capitán de Boca.

¿Y cómo volviste a jugar en Panathinaikos de Grecia?

Me vinieron a buscar después de un partido de Boca, yo no podía creerlo. Tenía ofertas para ir a jugar a Italia, Estados Unidos y España, pero el presidente de Boca no me quería vender. Era intransferible. Pero finalmente pusieron la plata y me contrataron: el fútbol en Grecia ya era profesional y el equipo era comandado por una de las familias más ricas del país. Pagaron dos millones y medio de dólares y no tuvieron otra opción que dejarme ir.

Y así fue como llegó Juan Ramón Rocha a Grecia y nunca más volvió. Un país alegre, sin demasiadas preocupaciones y con la tranquilidad de la gente como bandera. Rocha dice que pensó varias veces en volver, pero que sus hijos no quisieron. Su corazón está dividido: griego y argentino, 50 y 50.En mi vida hubo muchos ángeles: siempre hubo una persona en el momento justo e indicado para guiarme y establecer mi camino”, indica Rocha, con intensidad y emotividad. Además, no quiere dejar de resaltar su amor por Diego Maradona: “En Argentina no se dieron cuenta de la dimensión de Maradona. Acá, los griegos tienen un programa que se grabó completamente en homenaje a él. Nosotros, con los jugadores argentinos que dirijo en mi equipo, le hicimos también un pequeño homenaje y le dedicamos una canción”, contó.


En el homenaje a Diego Maradona, cantó “La Tómbola”, con Manu Chao, junto a Lucas Villafañez (quien tiene la pelota) y Javier Umbides, a la derecha. En el medio, Rocha.

¿Cómo es la vida en Grecia? ¿Te costó la adaptación?

Para mí fue una cosa normal, como si yo hubiera nacido allá. Es una cosa muy rara lo que nos pasó a nosotros como familia. Mi hija menor vive en Buenos Aires y es una griega más, y mi hijo más grande que está acá también es un ciudadano de Grecia más. Hablamos en griego y todo.

¿Cuáles son las diferencias entre el estilo de vida de Grecia y el de Argentina?

Vivir acá es muy tranquilo, Estoy muy seguro de que es el país más hermoso que existe en el mundo. Yo digo muchas veces que, si fuera Ministro de Turismo de Grecia, no iba a permitir a los griegos que se vayan de vacaciones a otro país, ja. La gente es divina, la comida es riquísima, los lugares son paradisíacos… ¡¿Cómo un griego se va a ir de vacaciones a otro país?! Grecia es el paraíso, no tengo ninguna duda.

¿Extrañaste Argentina en algún momento?

En 1992 sí. Nos picó con la familia el bichito de volver, pero lo charlamos con nuestros hijos y no quisieron. Y nos tuvimos que quedar. Nosotros vivimos en una ciudad que está pegada a Atenas, y es todo muy tranquilo. Dejamos la puerta abierta, el auto abierto, salimos y caminamos a la noche solos… Hay una seguridad increíble. En el equipo que estoy dirigiendo ahora tengo 3 jugadores argentinos, y a ellos les llama la atención esa tranquilidad que hay en Grecia. Ojo, también pasamos momentos difíciles, eh. En 2009 hubo un corralito. Pero los griegos son muy alegres: no les interesa la crisis, ellos siempre trabajan. Son muy divertidos y alegres. Yo los quiero muchísimo.

Rocha junto a Giovanna, su hija.

Leí por ahí que llegaste a tener 60 perros…

Ja, sí. La gente se enteró que nos gustaban los animales y nos dejaban perros en el patio de nuestra casa, increíble. Ahora tenemos seis perros. Uno se llama Perón, otro Batistuta, Pelé, y así hay muchos. Teníamos uno llamado Diego, pero se nos murió el año pasado. Todos con nombres de personajes históricos.

El afecto de la gente hacia vos es muy importante también…

Tal vez sea el único jugador que jugó solo en un club y pueda ir a cualquier cancha sin que nos puteen. Sobre todo a la del Olympiakos, que es el eterno rival del Panathinaikos. Acá me pasó una vez de ir al Estado Olímpico, que es un complejo grandísimo, tiene canchas de fútbol, básquet, natación y mucho más. Entonces un día fuimos a ver atletismo ahí, estacionamos y yo no sabía que el Olympiakos estaba jugando de local en la cancha de básquet, que está pegada. Y estacionamos y nos encontramos con todos los hinchas del Olympiakos. Eran miles. Y ahí me asusté. Pero todos me saludaron, se sacaron fotos… Ni uno me dijo una puteada o me molestó. El último partido que yo jugué, en su estadio, cuando salgo de la cancha todo el público me aplaudió. El reconocimiento de la gente es muy lindo, yo fui un jugador leal dentro de la cancha y creo que por eso tienen un buen recuerdo mío.

Rocha fue uno de los primeros jugadores argentinos en ir al fútbol griego y dejó su marca: le dieron una medalla como uno de los mejores jugadores en la década del 80 y quedó marcado en la historia del fútbol de Grecia. En Panathinaikos, ganó 10 títulos y la gente sueña con que vuelva a dirigir al primer equipo para llevarlo a los primeros planos futbolísticos, tanto en el ámbito nacional como en el internacional.

¿Por qué creés que conseguiste todos tus logros a lo largo de tu vida?

Yo siempre digo que hay cosas que no me cambian. Un Dios aparte armó mi camino. Soy un agradecido por toda la familia que me acompañó y educó. Me puedo sentar en la casa del más rico o ir a comer un guiso al rancho de mi mejor amigo en Santo Tomé y no voy a cambiar mi esencia.

Una vida llena de superaciones, logros, iniciativas y proyectos. Rocha lo deja claro: siempre hubo un Dios aparte que le allanó el camino. Y él sabía que no podía fallarle. Desde su nacimiento en Corrientes, hasta su paso por Grecia, en donde actualmente dirige al Thesprotos Fútbol Club, equipo de la tercera división. Allí tiene un proyecto de 5 años y él es la cabeza del mismo. Corazón griego y argentino, no pierde las bases, su esencia y la tonada de Santo Tomé. Superación y no rendirse: la historia de vida de Juan Ramón Rocha, querido por gran parte de la población griega.

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