De Corea a Argentina: la historia detrás de Hwarang, una editorial de libros coreanos en español

Historias para contar Slider costado

Todos los años celebramos el 23 de abril como el Día Internacional del Libro. Sin embargo, en Argentina existe otra fecha más para celebrar la literatura, siendo cada 15 de junio el Día Nacional del Libro. Ambas fechas tienen como objetivo fomentar la lectura, promover el acceso a los libros y celebrar la cultura escrita. Son días para reflexionar sobre la importancia de los libros en la sociedad y para incentivar a las personas a leer más.

POR QUÉ SE CELEBRA CADA 15 DE JUNIO EL DÍA NACIONAL DEL LIBRO

En esta fecha se conmemoran dos hechos importantes:

  • En 1908, el Consejo Nacional de Mujeres de la República Argentina organizó un evento llamado “Fiesta del Libro” en Buenos Aires. Durante esta celebración, se entregaron premios a los ganadores de un concurso literario. Esta fecha se considera el origen de la celebración del Día del Libro en Argentina.
  • El 13 de junio de 1874 nació Leopoldo Lugones, un reconocido poeta, ensayista y novelista argentino. Aunque no se celebra el día exacto de su nacimiento, su figura como escritor influyente ha contribuido a la importancia del Día del Libro en el país.

Con motivo de esta fecha, en Vía País hablamos con Nicolás Braessas, fundador de la editorial independiente Hwarang, la cual se dedica a la edición de literatura coreana al español, logrando llevar a los argentinos historias que antes parecían imposibles por la barrera del idioma y de la lejanía. Su nombre viene de los Guerreros Flor, quiénes eran jóvenes pertenecientes a la élite del antiguo reino de Silla (57 a.C. – 935 d.C.), que se instruían en literatura, música, danzas, medicina y técnicas de combate.

 "A vista de cuervo" de Yi Sang fue el primer libro que editaron y "Pase lo que pase, todo va a estar bien" de Lee Kiho, el más reciente.
“A vista de cuervo” de Yi Sang fue el primer libro que editaron y “Pase lo que pase, todo va a estar bien” de Lee Kiho, el más reciente. Foto: Instagram/Hwarang

LA LITERATURA COREANA PISA LA ARGENTINA DE LA MANO DE UNA EDITORIAL INDEPENDIENTE

“La idea de la editorial surgió cuando me empecé a interesar, allá por 2012, en la literatura coreana. Más que nada por el cine, y vi que realmente había muy poco publicado. Así que, al haber un vacío en el mercado, pensé en que estaría bueno fundar una editorial que se dedique exclusivamente a eso. Corea era un país que me interesaba bastante y creía que había material que justifique hacer una editorial solo de ese tema”, explica Braessas, quien se desempeña como editor y traductor dentro de Hwarang.

Sin embargo, Nicolás no está solo. Dentro de este proyecto tan llamativo cuenta con la ayuda de Leila Gorojovsky, quien también se desempeña como coeditora. “Después tenemos, por supuesto, traductores que van variando según el proyecto”, señala.

Hwarang ya tiene varios libros editados y publicados en Argentina. Estuvieron en la pasada edición de la Feria del Libro de Buenos Aires. Ya han estado en ferias en Chile y en Uruguay, por lo que comienzan a ser conocidos a nivel internacional. En Instagram tienen más de 16 mil seguidores y en sus historias de la red social siempre hay alguna foto de aquellos lectores que terminan o inician alguno de sus libros, lo que lo hace más especial.

EL K-POP Y LOS K-DRAMA ABRIERON LA PUERTA DE LA LITERATURA COREANA

En general, el interés por conocer más sobre la cultura coreana viene en aumento desde hace ya varios años. Un poco impulsado por los K-Drama y el K-Pop, especialmente por grupos como BTS, BLACKPINK o NewJeans. Braessas asegura que la curiosidad por Corea ya no es algo de nicho y tampoco es algo que podamos asignarlo a una sola generación.

“Podemos ver, por ejemplo, lo que era el barrio coreano en Flores, que ahora está de moda. También podemos ver que los restaurantes coreanos, que solían estar solo en Flores, ahora están en Retiro, cerca del centro cultural coreano y en otros barrios, como que ya no es algo de nicho, sino que es una de las gastronomías más interesantes que se están dando. Poco a poco nos van educando en el picante también”, acota Braessas.

El interés de Corea en Argentina viene por esa fascinación cultural que tenemos con su música, con el cine, con las series de televisión. Yo siempre doy el mismo ejemplo. Mi abuela de 90 años ve dramas coreanos. No es un fenómeno solamente para adolescentes o gente joven. Es muy increíble eso”, señala, aunque advierte que quienes suelen dar el primer paso en la literatura coreana son personas de 30 años promedio.

La editorial ha participado en diferentes eventos y ferias tanto en Argentina, como en países cercanos como Chile y Uruguay.
La editorial ha participado en diferentes eventos y ferias tanto en Argentina, como en países cercanos como Chile y Uruguay. Foto: Instagram/Hwarang

Y es justo ahí donde entra el poder de los libros: nos generan empatía y comprensión hacia diferentes culturas, perspectivas y formas de vida o hasta nos ayudan a encontrar similitudes, en este caso entre ambos países. “Yo creo que la literatura coreana da una visión de Corea muy distinta a lo que muestra la tele o el cine. Ninguna es más real que la otra, simplemente distinta, pero está bueno ver cómo ellos trabajan con la palabra y creo que da una visión del país completamente diferente a lo que puede mostrar una serie de televisión. La literatura coreana es muy dura, muy gráfica, muy violenta por momentos. Cuando uno ve la historia del siglo XX coreano es puro sufrimiento, una colonización, una guerra fratricida, dictaduras y todo eso se refleja de forma patente y clara en su literatura”, dice el fundador de Hwarang.

Sobre los libros que ya tienen publicados en Argentina, Nicolás aclara: “Al haber tan poco material de Corea en español, publicamos de todo. Tenemos desde una obra clásica del siglo XVI, que sería como el Martín Fierro de los coreanos. Esto es un chiste, no tiene nada que ver con el Martín Fierro, pero sí cumple esa función de clásico en el imaginario popular, Hong Kiltong. Y también tenemos, qué sé yo, un libro de poemas, Kitsch, de artes marciales, que es un género muy similar a los cowboys para Estados Unidos. Tenemos de todo. Que haya tan poco traducido hace que las líneas de publicación sean casi infinitas”.

Pero, ¿cómo elegir qué libro o qué autor coreano debe llegar al español? Esa es una de las misiones detrás de la editorial.

“Para elegir los libros tenemos dos criterios. Uno es que pensamos que pueda funcionar en América Latina, sobre todo en Argentina. Es muy común que en lenguas periféricas se traduzca al inglés y ahí se derrame al resto de los idiomas. Pasa muchísimo eso. Nosotros con Hwarang queríamos tener un contacto directo con las fuentes, no esperar a que algo tenga éxito en Europa o Estados Unidos, sino crear nuestro propio corpus literario. Eso es una primera parte de la selección. La otra, hacer una curaduría. Elegirlos por gusto propio, cosas que nos gustarían que estén en español”, agrega.

Los criterios también se basan en autores que Nicolás y la editorial creen que son necesarios en español. “Traducimos mucho del período de la ocupación japonesa, que es cuando se forja la literatura coreana moderna. Son textos que tal vez no son tan comerciales como algunas modas literarias del momento, pero creemos que está bueno que exista en español para que se vaya armando un corpus coreano interesante en nuestra lengua, que se pueda usar en universidades, en  bibliotecas y también para el público en general”, afirma.

CÓMO ES SER UNA EDITORIAL INDEPENDIENTE EN ARGENTINA

Sobre las formas de financiación, Nicolás explica que la editorial trabaja con instituciones coreanas. “Parte de nuestras traducciones, de nuestras ediciones, las financia el Instituto de Traducción Literaria Coreana, que es un organismo internacional que ayuda a la publicación de literatura coreana en todo el mundo”, señala. Sin embargo, como cualquier rubro en Argentina, en Hwarang han encontrado la situación económica de Argentina como uno de los grandes desafíos.

En el antiguo reino de Silla, existía un grupo de guerreros poetas llamados Hwarang. De ahí viene el nombre de la editorial.
En el antiguo reino de Silla, existía un grupo de guerreros poetas llamados Hwarang. De ahí viene el nombre de la editorial. Foto: Instagram/Hwarang

“En este momento la editorial sobrevive gracias a Chile. Exportamos mucho a Chile, pero esa es la mayor dificultad, que se mueve un poquito el dólar y de repente las imprentas aumentan un montón. No podés fijar precios, las librerías pagan de uno a tres meses y en Argentina eso es una eternidad. Se vende un libro y te lo pagan en tres meses, el valor se deprecia muchísimo. Es complicada la coyuntura para el mundo editorial argentino”.

Más allá de estas situaciones, en Hwarang ya tienen planes a futuro. No solo publicar para Chile, Uruguay y España, sino que planean llegar a México con sus libros.

FUENTE VIA PAIS

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