Demián Alterman: “Estamos viendo el comienzo de un montón de cambios en los hábitos de consumo”

POR SEBASTIÁN SAAVEDRA

La historia no comienza con una empresa, ni pensando en grandes ventas, sino que el sueño se inició en el hogar, en la casa de sus padres.

Demián Alterman inició su sueño y debido a la gran respuesta que tenía ante sus conocidos, salió a venderlo.

Así fue creciendo, poco a poco, hasta fabricar millones de barritas de cereal por año. Conocé esta increíble historia, la historia de “Muecas”.

– ¿De dónde viene la pasión por la gastronomía y cómo nace “Muecas”?

La pasión la mamé de casa. Mi mamá se dedicó toda la vida a la gastronomía. Siempre había algo nuevo para probar a la hora de la cena y eran momentos donde se hablaba de gastronomía, tanto que uno de mis tres hermanos es un excelente chef en un restaurante de California. Más allá de esa continuidad en sí, creo que la mayor herencia de casa fue el amor por ser anfitrión. Siempre tengo algo preparado en casa cuando recibo visitas, y también llevo algo conmigo cuando me invitan. Ese placer por compartir algo con los demás considero que fue la mayor influencia para dar nacimiento a “Muecas”.

Y la verdad que no fue pensado desde el principio como un negocio. Un día probé hacer unas barritas de cereal, así como el día anterior había hecho un budín, y al siguiente hice galletitas. Pero hubo algo a la hora de compartir con otros esas barritas que me sorprendió mucho, más de lo que estaba acostumbrado. Al ser un producto no tan frecuente de encontrarse de manera casera había cierta fascinación en quienes lo probaban, y encima las que se encontraban en los kioskos o supermercados eran las mismas de siempre. Esa recepción que tuve me llevó a seguir explorando en el universo de las barritas, afinar la receta, probar nuevos sabores. Sin detenerme a pensar mucho, me encontré muy dedicado a esta exploración.

El boca en boca llevó a que gente que no conocía tanto me escribiera para probarlas. Ese fue el quiebre donde me encontré en la necesidad de ponerle un precio a eso que hacía, que hasta el momento, no era más que un hobby. A partir de ahí, de a poco pero de manera constante, fui avanzando en lo que se necesitaba: un nombre, un espacio de trabajo, un packaging, una página… 

– ¿Cuándo cocinabas en tu casa las primeras barritas, soñabas con lo que está pasando ahora?

Para nada. Y tampoco me imaginaba dedicado a esto, porque mis estudios y trabajo no tenían mucho que ver con este rubro. Lo que sí veía que había una tendencia muy grande hacia productos saludables, y que “Muecas” se podría ubicar muy bien ahí. Pero trabajaba, y lo sigo haciendo, en hacer mejor lo que se hizo el día anterior.

– ¿El próximo paso es estar en los supermercados?

Nuestro siguiente paso es el de siempre: acercar a “Muecas” para que sea más fácil de conseguir. Y en esa búsqueda tratamos siempre de hacerlo a través de relaciones comerciales donde se cuide el producto y haya una intención de construir una relación a largo plazo.

Más que si es supermercado, kiosko, o dietética, lo que nos interesa es el cuidado del producto y de la relación comercial.

– ¿Te encontraste con algún freno, complicación, ya sea burocracia o competencia que te haya complicado seguir desarrollándote?

Los frenos que encontramos tuvieron que ver, sobre todo, con que estábamos construyendo una marca en un segmento bastante nuevo. Por lo tanto, a la hora de querer desarrollar productos, packaging, o al querer materializar cualquier tipo de idea, no teníamos mucha idea y algunas cosas las resolvimos a prueba y error. Pero más allá que eso haya sido una “complicación”, los resultados fueron más gratificantes.

– ¿Qué mensaje te gustaría compartir para la gente que cree que no tiene rumbo u oportunidades?

En los últimos años veo que florecieron un montón de proyectos autogestivos, que lograron escalar y acercar productos de excelente calidad al consumo masivo. Me parece un gran logro y creo que estamos sólo viendo el comienzo de un montón de cambios en los hábitos de consumo, donde las marcas tienen que alinearse en los valores y las búsquedas del consumidor, y no al revés.

En mi caso, fue determinante el apoyo de la gente de mi alrededor que me corrigió, ayudó e impulsó, siempre tirando hacia adelante. Creo que muchas veces quienes emprenden pueden sentirse solos o retraerse en sus proyectos, pero considero mucho más fructífero abrir ideas, compartir pensamientos, aún cuando la respuesta del otro no sea la que esperábamos. Creo que no hay otra manera de crecer.