Uno de ellos es el argentino Cristián Mohaded, cuya instalación homenajea a un artesano de la cestería tradicional de Catamarca.
Frente a la sobreexplotación de los recursos naturales, creadores de cuatro países latinoamericanos reflexionan sobre cómo diseñar un mundo más respetuoso del planeta en el marco de la III Bienal de Diseño que abrió este martes en Londres.
De la semilla de aguacate a los minerales raros, pasando por el agua o las plantas silvestres, los pabellones de Venezuela, Chile, Guatemala y la Argentina -de los 29 que conforman esta edición, abierta hasta el 27 de junio- proponen modificar comportamientos a través del uso de las materias.
Hay que “volver a pensar el diseño desde el territorio, desde las culturas”, afirma la chilena Carola Ureta Marín, una de las cuatro responsables de un pabellón construido en torno a dos inmensos citófonos hechos con piedras de distintas canteras de Chile y que el visitante puede percutir para producir sonidos. “Actualmente, todos los celulares, las computadoras usan minerales provenientes de las piedras” y “hay mucha minería en Chile, que arrasa con los territorios solamente para producir esta tecnología”, denuncia. Y llama a “reconectar con tecnologías ancestrales” como estos rudimentarios instrumentos musicales, para “diseñar no estrictamente desde el capitalismo sino desde el diálogo con las comunidades donde están los mismos materiales”.