Dialogamos con Mi Hee Kim, presidenta de la Asociación de Profesionales Coreanos en Argentina.
POR ALEXANDRA BARRETO
A los 13 años Mi Hee Kim emigró desde Corea del Sur junto con su padre (Han Soo), su madre (Elizabeth Che) y dos hermanos. Su gran aliado fue un diccionario coreano-español que la acompañó parte de la primaria, secundaria y universidad. A pesar de los obstáculos, logró ser abanderada y se graduó de odontóloga en el Universidad de Buenos Aires.
“Después de 20 años de egresada me encontré con un ex compañero que dijo entre risas: ‘Tú eres la estudiante que siempre tenía el diccionario’“. De esa anécdota, la especialista en ortodoncia y referente de la comunidad coreana, no se olvida más.
“Mi papá (89) tiene 10 hermanos y uno de ellos se radicó en Argentina. Eso aceleró nuestra llegada al país porque en Corea en los años 70 estaba la dictadura, guerras, problemas de desabastecimiento, de riquezas naturales. Pensaron en nuestra educación y consideraron que nunca podían mandarnos a estudiar a Estados Unidos, era mejor venir a América del Sur”, relata Mi Hee de aquella decisión familiar que cambió su historia.
Al comienzo, las cosas no fueron muy bien porque su papá no estuvo convencido de la forma de vida de las familias coreanas que se habían instalado. “Es una suposición que intuí pero hubo un momento que quiso regresar, pero mi tío le ofreció recorrer algunos barrios, visitó a una familia japonesa, simpatizó y decidió comprar su propiedad en Ramos Mejía”.
Así poco a poco empezaron a formar su lugar en el mundo. “Pusieron una verdulería y trabajaban de lunes a domingo hasta el mediodía. Siempre estuvieron presentes a pesar de la ardua jornada laboral, lo que más querían era darnos una buena educación y posibilidad de superación”, dice.
Kim (57), sostiene que sus compatriotas se caracterizan por ser gente sacrificada y con espíritu de esfuerzo. “Mis padres actualmente están jubilados, dejaron todo, venir a un país que no hablaba nuestro idioma. Mi madre era ama de casa y en mi país tenía empleada doméstica, acá fue empezar de cero. Nuestra familia es admirada por la comunidad, por la educación que logramos y las obras que hacemos”.
Hace seis años su papá tuvo un quiebre en su salud y viajó a Corea para un chequeo médico. El diagnóstico fue Parkinson, una enfermedad neurodegenerativa y lo internaron. “Mi hermano se quedó un mes entero. Yo estaba por reabrir mi consultorio en Buenos Aires, pero dejé de lado esto y lo acompañé en su proceso del tratamiento”.
Existen alrededor de 30.000 coreanos en Argentina; entre los sectores más poblados en Buenos Aires, se encuentran el Bajo Flores en la Ciudad de Buenos Aires y en sus inicios fue Ciudad Evita en el Gran Buenos Aires, pero la arteria principal es sin duda la Avenida Avellaneda (CABA) donde se aprecia el rubro textil y el comercio.
Mi Heen, en su labor de presidenta de la Asociación de Profesionales Coreanos en Argentina (APCA), manifiesta que un gran logro institucional fue el evento realizado en 2017, la ‘3era Edición Millennial’, con el apoyo de la Embajada de Corea en Argentina. Tuvo la presencia de invitados como el programador argentino Dan Zajdband; Domin Choi, profesor de cine y artes en la UNA, UBA y FUC; y también Chang Soo Chun, director de IS Projects Management Office.
La dirigente recuerda que habían planeado el encuentro con una duración de tres horas pero transcurrido ese tiempo nadie se movía del lugar. “Querían saber sobre cada uno de los modelos inspiradores, historias de vida que reunimos para mostrar que en condiciones adversas todos tenemos un don, un talento, que si nos dan las oportunidades para que aflore, más el empleo personal, se puede alcanzar el éxito que no necesariamente tiene que ser algo material, sino como realización de la propia vocación”.
Puntualiza que la experiencia es la mejor forma de aprender. “Los profesionales que invitamos a los encuentros contaron sus anécdotas de manera que los jóvenes la sintieron como propias. El hecho que asistieron chicos de edades similares ayudó a cumplir el objetivo. Nos sorprendieron las impresiones de algunas personas adultas de la audiencia que vieron en casos como el de Karina Gao (influencer gastronómica en Instagram), que halló un camino luego de probar con muchas alternativas. Hoy apuntamos a que los millennials generen proyectos de vida efectivos, y esto es para todas las generaciones”.
Reitera que cuando llegaron a Argentina sus padres, al igual que en otras familias, les aconsejaron estudiar carreras tradicionales. “Hoy tenemos la revolución tecnológica que permite que los jóvenes efectivamente se dediquen a un futuro para el que se prepararon”.
A la líder de APCA afincarse en otro país le representa un cúmulo de sensaciones. “Aprendimos a unirnos más, compartimos más con la familia, eso nos enseñó Argentina. Un coreano paraguayo me cuenta que allá la comunidad es chica pero que el 30 por ciento están casados con paraguayos/as, cosa que acá no llegamos al 3 por ciento, pero a pesar de eso hemos cambiado mucho y esa barrera de distanciamiento y hermetismo se rompió”.