Conocé la historia de Ciro, el pequeño prodigio que cautiva al mundo con sus grandísimas habilidades de boxeo.
Ciro Cairo es un nene como cualquier otro, pero con habilidades propias de alguien que fue tocado por la varita mágica. Cuenta con virtudes propias de un boxeador amateur de élite, pero solamente tiene 7 años de vida. Una verdadera maravilla, que deslumbró a todo el planeta con sus videos. Ciro vive en Villa Devoto, Ciudad de Buenos Aires, y cursa sus estudios primarios en el colegio Cardenal Copello. En los recreos, patea penales y se divierte con sus compañeritos. Le gusta el fútbol, aunque prefirió no practicarlo. Es hincha de Racing Club de Avellaneda, pero no fanático.
“Entreno desde los dos años“, dijo durante una entrevista. “Mi papá quería que yo haga deporte, porque es sano. El fútbol me gustó, pero no tanto. Le dije que no quería hacer más, porque me gustaba el boxeo. Después, me acompañó a hacer boxeo recreativo”. Con la ternura que lo caracteriza, el Búho no deja de entretenerse ni un solo segundo dentro del gimnasio. Sus compañeros lo quieren mucho, al igual que sus profesores. El cariño es recíproco, pero la responsabilidad también. No se puede repartir golpes en cualquier lado, y él lo sabe. “Mi papá no me deja hacer boxeo en el colegio. Ahí me porto bien. Juego con mis amigos todo el tiempo, pero en el recreo. Me divierte mucho estar con ellos, y jugar al fútbol. Hacemos penales, y yo siempre pateo. No me gusta atajar. Soy de Racing, como mi papá“, continuó.
El menor de la familia Cairo también disfruta de observar a algunos boxedores. Entre sus máximos referentes, se encuentra Gervonta Davis, a quien suele imitar con uno de sus golpes insignia. Su velocidad y sus tiros son espectaculares. No se anda con chiquitas el pequeño gigante… “Me encanta hacer manoplas y saltar la soga”, contó. “Me sale bien, y lo hago muy rápido. Cruzo la soga, me agacho y todo eso. También me gusta tirar el gancho de Gervonta Davis: Me pongo las manos atrás, hago cintura, amago con la izquierda y saco el upper”
El niño sensación del boxeo argentino tiene a su ídolo Muchos son los púgiles que le dan vuelo a la ilusión y alimentan la energía de Ciro Cairo, pero solamente uno es digno de llevar su idolatría: Marcos René Maidana, nada menos. El hombre que se encuentra a semanas de regresar a los cuadriláteros, es el máximo referente del futuro rey. “Gervonta me gusta, pero el mejor boxeador de todos es el Chino Maidana“, afirmó. “Es mi ídolo. Lo conocí en persona, cuando estábamos en el evento El Sueño del Pibe. Me emocioné cuando lo vi, y charlamos. Lo abracé y me puse muy feliz. Quiero ser campeón mundial como él“.
La familia del Búho lo acompaña a todos lados Para ser una criatura de siete años, Ciro Cairo tiene una agenda bastante agitada. Sus familiares siempre están al pie del cañón, para brindarle compañía y contención. Es el menor en su núcleo, integrado por su papá Emanuel (39), su mamá Soledad (36) y su hermana Catalina (10). Para su padre, el fútbol era la mejor opción para que Ciro se relacione con niños de su edad, se ejercite y se desconecte de sus obligaciones, pero las situaciones lo llevaron directo al cuadrilátero. Nació para ser un grandísimo artista de los puños, y recorre el camino a la gloria pasito a pasito. “Mi mamá viajó por trabajo a Uruguay, y le trajo una bolsa chiquita. Ahí se enganchó, y empezó a practicar. Le pegaba mucho. Al ser de juguete, se destruyó. Su madrina le regaló una un poquito mejor, que venía con unos guantes. Un amigo le dio unos guantes con cordones”, reveló su padre. El Búho es feliz, simpático, educado y tierno. Dentro del gimnasio, es un pupilo más para cada uno de los entrenamientos, aunque cuente con aptitudes que rozan la perfección. Sus inicios en el box no fueron premeditados, sino que comenzaron como un juego y, hasta hoy, la diversión sigue. “Él tiene una tía en California”, explicó Emanuel.
“Para no pasarle todo, le armamos una cuenta de Instagram para que vea todo ahí. Se viralizó, aunque no fue nuestra intención. No queríamos exponerlo, pero la repercusión fue buena. Todos le dijeron cosas lindas, y él se puso contento“. No hace falta aclarar mucho más. El futuro del boxeo argentino está en buenas manos, y este dulce prospecto tiene su exitoso pronóstico casi sellado. Lo mejor de esto, es que no dejará de lado su educación ni su recreación, así como tampoco le faltará apoyo. Está hecho con la mejor manera.
FUENTE: IZQUIERDAZO