Sin pensarlo demasiado, durante los primeros días de cuarentena estricta se le ocurrió hacer un video en la red bailando con una planta de maíz, que luego pasó a ser “su mejor compañera de baile”. Este hombre apasionado por la vida de campo, comparte con sus seguidores sus actividades cotidianas a puro ritmo, sobre cosechadoras, cortando leña, colgado de un molino, cabalgando, como en un eterno videoclip. Quién es Bryan y por qué contagia tanta alegría
Bryan Petaccio tiene 32 años. Vive en el centro de Pergamino y ama la vida de campo desde su niñez. “Nací en una de las zonas de la pampa húmeda donde están las mejores tierras. Siempre me gustó de chiquito. Tanto que cuando me portaba mal una de mis penitencias era no acompañar al campo a mi viejo”. Jugar o no en la computadora le daba lo mismo. Lo que sucede es que a Bryan lo subían a las cabinas de sembradoras, cosechadoras. Estaba siempre en el medio y cuando no, con el volante entre las manos. Su papá les había hecho a él y a su hermana, un auto con dos palos y rulemanes que enganchaba al tractor. Vivían grandes aventuras.
A los 10 años hizo su primera travesura, por la que le dieron un buen reto. Se robó un tractor. “Mi abuelo ya no lo usaba. Mi papá había parado para ir comer. En ese ínterin, me subí, puse primera y salí sembrando solo”, cuenta con la alegría que lo caracteriza. Bryan asegura que siempre se levanta con una sonrisa. Se toma unos mates, o un yogur pero nunca le puede faltar el queso y membrillo. En sus videos siempre se ríe y no es postura. Muchas veces los seguidores le dicen: “Hoy me levanté mal y vi un video tuyo y me cambiaste el día”. O “le mandé un video a mi abuela que está en un geriátrico y se divierte con vos”.
Si su pasión es el campo, el amor por el baile compite a la par. Vestido con su bombacha de gaucho, camisa pañuelo y boina tipo vasca baila reggaetón y perrea como un bailarín, solo que él no fue a ninguna academia de baile. “Yo hago lo que me genera el tema. Me descadero y me encanta bailar. Nadie me enseñó bachata. Aprendí por mirar. Me sale solo. Menos tango, que nunca probé, bailo todo: cuarteto, cumbia, reggaetón, salsa, bachata, melódico, folclore, chacarera, samba”, detalla.
Cuenta que los primeros bailes de su vida fueron en casa de amigos de sus padres. “Eran fiesteros y bailaban todos. Bailaba solo. O con mi mamá. Después, llegó la etapa de ir a los boliches de Pergamino. Perreaba hasta abajo. Era el que ponían en el medio de la ronda”, relata este gaucho que no le tiene miedo al estrellato.
Fue en el inicio de la pandemia, ya en medio de la cuarentena estricta, cuando Bryan tuvo la ocurrencia de hacer ese primer video, uniendo sus dos pasiones. Había bailado junto a la planta pero todavía no había subido el video porque no tenía suficiente señal en medio del campo ni sabía cómo hacerlo. “Todo arrancó casi sin querer. Era un momento en que ya no se podía salir. Nosotros teníamos permiso para poder hacerlo. Estábamos en plena cosecha. Nos cuidábamos. Estábamos atentos a los camiones que llegaban de Buenos Aires. No sabíamos si venían contagiados”, recuerda.
El video en el que bailó con la planta de maíz fue visto miles de veces, pero minutos antes de eso poco entendía lo que estaba haciendo con ese teléfono. Su amiga Marina le tuvo que explicar cómo subirlo. Empezó a recibir notificaciones y no advertía lo que estaba pasando. Marina le dijo: “Te hiciste viral”.
Convertido en una figura de Tik Tok de la noche a la mañana, siguió subiendo contenido, sin pensar demasiado qué hacer. “Hago todo natural desde que arranqué. En un momento que estaba cosechando, se me dio por bailar arriba de la cosechadora y fue una revolución”, cuenta. En su cuenta @bryanpetaccio domina el color verde de las pasturas. Cada video tiene más de 100 mil vistas. Sus coreografías son imprevisibles. Hay videos en los que baila debajo de un caballo, o parado sobre su lomo cual artista circense. Puede colgarse de un molino, hacer pasos frente a una fogata nocturna. Y con la planta de maíz, que fue “su mejor compañera durante el cuarentena”, hizo varios videos musicales. Un éxito tras otro.
Bryan Petaccio perreando “hasta abajo” junto a un poste de un alambrado. En sus videos, las coreografías tiene como fondo el campo de Pergamino
Después empezó a sonar el teléfono. Eran los anunciantes. Una empresa le ofreció servicio de Internet para que tuviera señal en el campo y le preguntaron cuánto les cobraba. Y una marca de productos capilares, le propuso hacer un sorteo, estando él rapado. A pesar de la rareza, aceptó y fue todo un éxito entre sus seguidoras.
“Yo no quería mostrar el campo a la gente que ya lo conoce. Quería que se viera desde otro punto de vista y expliqué con mis palabras para que pueda entenderlo todo el mundo. Cómo armar un silo bolsa. Cómo se pone el cereal”, explica. Bryan es un gaucho que llevó a vivir las tradiciones del campo argentino a sus propios videoclips y los seguidores, argentinos y de otras partes de mundo, muy curiosos, no le pierden pisada. Ahora, que tiene una audiencia tan importante (619.000 en Tik Tok y 279.000 en IG) recibe invitaciones y trato de celebrity para mostrar las fiestas populares que se realizan en el campo bonaerense.
Cuando viene a la Ciudad de Buenos Aires, Bryan dice que camina por las calles con su ropa de gaucho, por más que lo miren como un bicho raro. Es la que le gusta y con la que se siente cómodo. Por su popularidad en las redes sociales, muchas personas lo reconocieron y le pidieron hacerse fotos con él. Ahora está pensando en hacer algunos videos con algunas cosas locas. Quiere subir al Obelisco. Uno de sus hashtags que siempre usa es #amomilocura. Y son muchos los que enloquecen con él.