Es una iniciativa inédita del sector farmacéutico. La plataforma ya tiene 9 campañas activas y usarla es gratis. Busca ayudar a gente con diversos problemas de salud.
“La solidaridad no siempre encuentra un curso de acción”. La frase no es de Santiago Maratea, el influencer que decidió usar su gran popularidad en las redes sociales para promover causas nobles. Lo suyo fue siempre una mezcla de instinto y sentido común. Ahora, esa experiencia inspira surcos más orgánicos.
Ese ímpetu exponencial del joven nacido en San Isidro -sostenido en benefactores inagotables que consumaron colectas en tiempo récord- también es señal de que la solidaridad puede volverse una estrategia: hacer del formato una usina que transforme el impulso de ayudar en una máquina relativamente altruista.
La industria farmacéutica decidió recoger el guante -según argumentaron ante la consulta de Clarín– a caballo de las inquietudes y necesidades de las asociaciones de pacientes. Por primera vez y luego de la tierra arrasada que dejó la pandemia de Covid-19, un laboratorio le echó el ojo a un fenómeno en auge y lo hizo propio.
La plataforma fue bautizada Munay (www.somosmunay.org), que en quechua significa “amor”. Tiene detrás a uno de los “tanques” del sector, el laboratorio de origen suizo Roche. La filial local explicó en un comunicado que el objetivo es “conectar las ganas de ayudar con proyectos concretos de salud comunitaria, medicina, gestión sanitaria, economía de la salud y soporte a pacientes”.
Se habilitó el 9 de marzo y las organizaciones que aspiren a participar deben registrarse en el sitio y presentar su proyecto. En pocos días, tras una revisión y eventual curaduría, la colecta estaría activa y en línea para que el público interesado pueda hacer su aporte monetario.
La plataforma ya tiene nueve campañas activas que necesitan juntar desde 500 mil hasta más de 800 mil pesos, según el caso. Desde Munay destacan que el uso de la plataforma es “totalmente gratuito, a diferencia de otros sitios que retienen para sí un porcentaje de la recaudación”.
Una de las iniciativas se titula “Kit para la primera quimio”, promovida por la Fundación Donde Quiero Estar, que acompaña a más de 10 mil personas con cáncer en 18 hospitales públicos de 7 provincias, y brinda talleres de arte y reflexología durante la quimioterapia. El objetivo de la colecta es financiar los materiales para llevar adelante estas actividades.
Otra campaña es de la Fundación Simas y su objetivo es detectar a chicos con discapacidad en escuelas rurales de Mendoza. “El financiamiento permitirá que el equipo de 17 profesionales se traslade hasta las zonas rurales alejadas realizando intervenciones y evaluaciones en el lugar y gestionar dispositivos para armar una red de contención en las comunidades”, detallan.
Un tercer caso es la campaña de Powerchair Football Argentina. Promueven el fútbol adaptado en sillas de ruedas a motor; un deporte competitivo a nivel mundial, en el que se utilizan sillas preparadas para dirigir y golpear la pelota. La colecta se propone juntar fondos para comprar baterías para las sillas de ruedas. “Si mil personas donan 605 pesos llegaremos a las 10 baterías”, dicen.
Una condición de las campañas es que deben ser creadas por organizaciones y nunca por particulares. Asimismo, los destinatarios de las colectas serán esas mismas organizaciones de pacientes y no pueden estar dirigidas a casos individuales con nombre y apellido.
Sandra Cirone, presidenta de Asociación Llegaremos a Tiempo, de Villa Gesell, que trabaja en la detección temprana y prevención del cáncer, da un ejemplo: “Debemos costear traslados para quienes tienen que salir de su ciudad para los tratamientos, acercar a los pacientes a sus cirugías, biopsias, estadías en algunos casos, honorarios médicos por falta de especialistas en nuestra región”.
Diego Dalmaso, presidente de la Fundación Simas, celebró por su parte “este espacio común donde las pequeñas organizaciones puedan presentar proyectos, mostrar su trabajo y acercarlas a un mayor público. Hoy nos encontramos con más gente comprometida con causas sociales y Munay es ese nexo”.
Argentina tiene dos características clave que la vuelven tierra fértil para la iniciativa: la voluntad de mucha gente de ayudar y una serie de necesidades que el Estado no llega a cubrir. Nuestro país es el único de la región que por ahora cuenta con la plataforma, que tampoco existe en Europa o Estados Unidos.
FUENTE CLARIN