Los investigadores utilizaron microbios para convertir los residuos en el cotizado aditivo químico.
Un grupo de científicos encontraron un enfoque innovador para combatir la crisis mundial de residuos plásticos y, de paso, reciclar y hacer algo nutritivo en el proceso. Para satisfacer las demandas de vainillina, el componente principal del extracto de vainilla, los investigadores están convirtiendo el plástico en saborizante mediante bacterias genéticamente modificadas. Según el estudio publicado en Green Chemistry, es la primera vez que los investigadores elaboran un compuesto químico “valioso” a partir de desechos plásticos.
Por su parte la autora del estudio, Joanna Sadler, bioquímica de la Universidad de Edimburgo, dice en un comunicado: “Este es el primer ejemplo del uso de un sistema biológico para reciclar los desechos plásticos en un químico industrial valioso y tiene implicaciones muy interesantes para la economía circular”.
Transformación de residuos plásticos en vainilla
La implicancia de este descubrimiento es que la vainilla tiene un valor de mercado que se prevé alcanzará los 724,5 millones de dólares en 2025 a medida que la demanda aumente rápidamente. El equipo dice que tenía como objetivo desarrollar una forma de lidiar con el “tereftalato de polietileno reciclado” o PET, que es un plástico fuerte y liviano que los productores fabrican a partir de materiales no renovables como el petróleo y el gas.
Para convertir los desechos plásticos en vainillina, un compuesto orgánico que se encuentra naturalmente en las vainas de vainilla, los científicos utilizaron Escherichia coli, una bacteria conocida por producir una toxina potente que daña el revestimiento del intestino delgado. Después de manipular genéticamente la E. coli , los científicos la usaron para transformar el ácido perjudicial para la salud en vainillina.
“Este es el primer ejemplo de uso de un sistema biológico para reciclar los desechos plásticos en un químico industrial valioso y esto tiene implicaciones muy interesantes para la economía circular”, dijo Joanna Sadler. “Los resultados de nuestra investigación tienen importantes implicaciones para el campo de la sostenibilidad del plástico y demuestran el poder de la biología sintética para abordar los desafíos del mundo real”, agregó.
Los científicos creen que su vainillina producida a partir de desechos plásticos probablemente sea apta para el consumo humano, pero se necesitan más estudios. Incluso si resulta que este tipo de vainillina no es apta para el consumo, otras industrias aún podrían usarla. La industria cosmética, por ejemplo, utiliza vainillina en sus productos. También lo hacen las empresas de productos de limpieza y los fabricantes de herbicidas.
FUENTE: TN