Carolina pudo, vos también

Historias para contar

Hace 34 años, las Naciones Unidas propusieron, mediante la resolución 42/112, aprobada un 7 de diciembre, conmemorar el 26 de junio cómo el “Día Internacional contra el Tráfico Ilícito y Abuso de Drogas”, con el objetivo de  reforzar la acción y la cooperación que alcance una sociedad libre del consumo de drogas. 

Este año, la temática es: “Hablemos de drogas, la información salva vidas”, invitando a combatir la desinformación. Además de informar sobre los peligros de la adicción para uno mismo y para terceros, este día también invita a compartir testimonios de personas que se vieron hundidos, pero con fuerza y apoyo pudieron salir adelante.

Hablamos de casos como el de Carolina, una joven de 35 años que conoció lo oscuro de la adicción y hoy vive para contarlo y para concientizar a muchas personas. Cuenta que haber dejado el trabajo en una cafetería que la ordenó por 10 años fue el botón que hubo que tocar para desencadenar hábitos de consumo 24/7, sin encontrar un rumbo que la saque de ese loop. “Me fui de ese trabajo sin saber qué hacer sin saber qué era lo que me gustaba, a dónde apuntar o darle toda mi energía, justo me había separado y no estaba como con muchas ganas de ver mi realidad o de aceptarlo”, cuenta sobre los inicios.

Encontró en la cocaína y el crack un recurso, un amigo y no un enemigo como termina siendo para quienes padecen las adicciones. “La droga fue mi recurso para evadirme de la realidad que estaba viendo porque no no la soportaba, y empecé a hacerlo en forma esporádica y después bueno, obviamente se me fue de las manos, no concebía un segundo de mi día sin estar drogada”, dice.

Dos años después, su familia dijo basta y la internó en un lugar que no le sirvió, alegando que “era una comunidad terapéutica pero con otras medidas, más flexibles, nos hacían la comida, la cama, era un hotel 5 estrellas”, haciendo énfasis una vez mas en la cuestión del orden que necesitaba en su vida para salir del consumo y centrarse en la realidad que la estaba esperando.

Finalmente, fue la Fundación Aylen la que le dio un primer atisbo de salvación y recuperación, y aquello que Carolina tanto anhelaba: estructura, orden, un propósito cada día, desde lo micro como hacer la cama, hasta lo macro como conseguir un trabajo y prosperar. Este grupo nació en 1994 con el objetivo de “trabajar sobre distintas áreas que forman parte de la problemática del uso de sustancias y nuevas adicciones: Asistencia, Prevención y Capacitación de recursos humanos”.

Sobre el proceso de recuperación, cuenta: “me costó muchísimo pero estoy muy agradecida de haberlo hecho porque me sirve para la vida, y no es que se me fueron los problemas o las angustias, pero ahora tengo herramientas para resolverlo de otra forma”. 

Actualmente, Carolina se encuentra totalmente rehabilitada, se dedica a la fotografía y a hacer velas artesanales, a la vez que labura en redes sociales. Sin dudas, ella es la cara visible de que todo se puede lograr, y que el camino de la adicción puede tener una salida brillante al final del túnel. 

Suscribite
Notificarme de
guest
0 Comentario
Ver todos los comentarios