Astor toca el piano desde los 2 años. Indira, por su parte, es autodidacta en la batería. “Nadie le enseñó a tocarlos”, dijo su padre.
Astor se sienta en su banqueta a medida y acomoda el taco que le eleva el pedal del piano. Indira se quita el pelo de los ojos que la incomoda, ajusta el calce del micrófono a su oreja y saluda al público. El show está por comenzar. Los hermanos Guzmán Bravo, de 10 y 8 años, oriundos de Mar del Plata e hijos de Pablo e Irina, recogen el primer aplauso apenas algunos segundos después de comenzado el primer tema. Es jueves y a ambos los envuelve una multitud en el ingreso al Paseo del Manzano, sobre la calle Boyero de Cariló.
“Toco la batería desde los cuatro años”, dice Indira, previo al recital. Su hermano agrega: “Yo toco el piano desde que tengo dos”. La presencia de ambos genera una sensación inusual en Cariló. Allí, en el medio de un bosque sin calles asfaltadas ni luces que alumbren al tránsito, logran repetir durante cada verano lo que pocos consiguen: desviar la atención de quienes salieron a pasear o cenar y protagonizar un show a la gorra único.
“Somos multiinstrumentistas. Sé tocar el bajo, la batería, pero me especializo más en el piano”, responde Astor. Su hermana no se queda atrás: “Yo aprendí a tocar el piano y la guitarra, pero me especializo en la batería”.
En Instagram se exhiben como “dos fulanos que en el afán de salvar a la galaxia del marketing bursátil, se dan cuenta que sólo poseen algunos instrumentos, inútiles a tales fines”. Allí recolectan más de 22 mil seguidores.
“Vamos a clases de piano. Quise ir a practicar batería cuando era muy chiquita pero no me querían tomar. Veían mis videos en YouTube y decían que mi nivel era muy avanzado y no daban clases para nenas de mi edad con ese nivel”, recuerda Indira. Astor expresa: “Cuando estamos practicando muchas veces tenemos dudas. Y nos corregimos, suelen pasar cosas así. Hay días que nos sentamos una o dos horas a estudiar música”.
Pablo e Irina son los encargados de montar los instrumentos, el sonido y las luces para que sus hijos únicamente tengan que sentarse y disfrutar. En la jerga musical serían los plomos de la banda. Si bien poseen un amplio repertorio y tocan diversos temas de diferentes géneros, su referente musical y a quien le rinden tributo durante cada concierto es Charly García. “A nosotros nos gusta mirar videos de Charly en YouTube. La Máquina de Hacer Pájaros por ejemplo”, contestan a la par. Tal es el fanatismo que justamente un tema del músico argentino da inicio a su show: Seminare. Astor agrega: “Me gusta mucho Chick Corea, hace temas muy buenos”. Y manifiesta: “Paso un lindo momento tocando. Al principio lo hacía solo y me daba vergüenza, pero ahora no”.
Su hermana sostiene: “A mi me encanta compartir estos momentos con la gente. Cuando lo veía tocar a él solo me daba vergüenza que se acumulara gente. Nos encanta que vengan a vernos, nos acostumbramos a vivir estos momentos”.
Oído absoluto y una vocación autodidacta
“Durante el año tienen dos veces por semana piano. Indira es autodidacta en la batería, nunca aprendió a tocar la batería, nunca hizo un curso ni nadie le dio clases. Astor tiene oído absoluto, por eso puede escuchar cualquier canción y sacarla con facilidad”, explica Pablo, el padre de ambos.
Luego especifica: “Ensayan poco, dos o tres horas por semana. A veces hasta me da vergüenza admitir que tocan tan poco. Yo toco la guitarra pero soy un chanta, y me da una bronca hermosa que puedan sacar una canción de manera tan rápida”.
“Disfrutan mucho tocar en vivo y sacar canciones nuevas; cuanto más difíciles mejor. Pero sus vidas no gira en torno a la música. A Indira le gusta la actuación, la naturaleza, los animales. A Astor la física, la arquitectura y la química. Le decimos en broma que es un nerd”, revela Pablo. Y completa: “Astor terminó la primaria a las 9 años. Indira finalizó quinto grado a los 7. Ellos no van a la escuela, rinden libres. Y poseen un sueño en común: viajar con la música, conocer lugares y seguir divirtiéndose”.
FUENTE: TN