Camila, la primera chef ciega de la Argentina

Historias para contar Slider costado

Además es atleta, futbolista y estudia Psicología. Perdió la vista a los 15 años, pero nada la detuvo para cumplir sus proyectos.

Camila Gorosito tiene 25 años y nació en González Catán, donde vivió hasta los 18 años. En ese momento se independizó y se mudó a Capital. Practica deporte desde chica, estudia Psicología en la Universidad Meimónides y es la primera chef ciega de Argentina.

Nació con microftalmia, sus ojos no se habían desarrollado completamente. Los médicos le dijeron a su mamá que iba a ser ciega. Esta fue la primera victoria de Camila: a los cuatro años, sus padres descubrieron que sí podía ver. Les dijo que quería leer, escribir y dibujar, igual que su prima de la misma edad.

“Creo que lo que tus papás insisten en que hagas es muy importante, pero la personalidad también influye”, confirmó Camila a TN con respecto a su manera de enfrentar la realidad y superar cualquier dificultad.

Quedó ciega a los 15 años, pero esto nunca la detuvo. Estudió Filosofía hasta que decidió cambiar de carrera porque siente que la Psicología le permitirá ayudar a otros.

Cocinar con cuatro sentidos

El amor por la cocina comenzó como un juego y terminó convirtiéndose en su momento de recreación. “Me ayuda a despejarme”, aseguró. Su mamá, que es pastelera, le enseñó este arte desde muy chica.

“Siempre quería ayudarla a cortar algo, batir los huevos o comerme lo que sobraba. Un día le dije que quería aprender y ella me dijo que sí y, en vez de aprender con lo más fácil, como todo el mundo, comencé haciendo una salsa, preparando milanesas”, recordó Camila.

Su destreza y la capacidad para adaptarse a todo le permitieron progresar muy rápido: “No me costó aprender a cocinar y nunca usé la vista para cocinar, sino que me guié con los otros sentidos. Creo que eso fue un punto fuerte cuando me quedé ciega, porque no tuve que volver a aprender”.

Siendo adulta, decidió perfeccionar sus conocimientos, pero los institutos de gastronomía no la aceptaban. “Me costó mucho encontrar un lugar”, reconoció. Su búsqueda la llevó al Instituto Lycée, donde la recibieron con la condición de que completara un curso de cocina para aficionados que comprobara que estaba capacitada. Le fue excelente, así que pudo comenzar la carrera de Profesional en Gastronomía, que completó en dos años.

No tuvo ningún inconveniente en la cocina; solo le asignaron un ayudante por su seguridad. Sus platos favoritos y los que mejor le quedan son las pastas. También se destaca haciendo las salsas y condimentando carnes. Sobresale, ante todo, con las nuevas creaciones.

Camila usa un delantal negro durante el curso de cocina para aficionados. (Foto: Cortesía de Camila Gorosito.)

Ahora, es la primera chef ciega argentina y aspira a abrir un restaurante que sea atendido en su totalidad por personas ciegas, incluyendo los chefs, y así crear fuentes de trabajo para personas con esta discapacidad.

Con todas las energías

Cuando era chica, practicó goalball, un deporte para personas ciegas o con baja visión que se inventó después de la Segunda Guerra Mundial como rehabilitación para los veteranos. Se juega en equipos de tres, dos defensas y un atacante, con una pelota con sonido para que las personas puedan percibir hacia dónde va. Juegan acostados en el piso y deben bloquear el arco con su cuerpo. También jugó torball, que es una práctica similar con reglas diferentes.

Su mamá la impulsó a intentar cosas nuevas. “Cuando yo le decía que quería hacer algo, ella me dejaba, siempre que no me pusiera en riesgo”, contó Camila. Su hermano y sus tíos le inculcaron el amor por el fútbol, veía los partidos con ellos y así fue creciendo su pasión por el deporte.

Practicó atletismo desde los 13 años. En el 2017, a lo 20 años, comenzó a jugar fútbol. “Siempre me gustó el fútbol convencional. Me enteré del equipo femenino por una nota de El Trece y fui al instituto en junio del 2016; en octubre, ya estaba jugando”, relató Camila. Las Romanas es el primer equipo para mujeres ciegas de Buenos Aires.

Participó dos años en la Selección nacional de fútbol para personas ciegas, Las Murciélagas, desde 2019 hasta principios de 2022 y actualmente juega en un equipo de Avellaneda.

Lisboa, una guía a la libertad total

Camila ha sido independiente toda su vida. Usó el bastón verde, para personas con baja visión, hasta los 15 años, cuando perdió la vista totalmente y, en este caso, debió cambiarlo por uno blanco. Viajaba desde González Catán hasta Capital todos los días hasta que se mudó y hacía sus actividades sin problemas. Sin embargo, hay lugares de Capital que evitaba por el caos, como Once o Microcentro.

Decidió tener un perro lazarillo por la libertad que le brinda, sobre todo para cruzar la calle. “Antes me quedaba en la esquina esperando que alguien decidiera ofrecerme ayuda o yo tenía que pedirla”, apuntó.

Lisboa, su perra labrador chocolate, fue el cambio que necesitaba. “Lo que hacés en tres minutos con un bastón, lo hacés en un minuto con un perro guía”, explicó. Camila contactó a la Escuela de Perros Guía Argentinos (EPGA) y comenzó la capacitación de 30 días para adaptarse a un perro lazarillo en septiembre. “El entrenamiento fue muy revelador, porque pasé del bastón a tener un perro que puede hacer tantas cosas y, al agarrar el manillar, puedo sentir si voltea, si se sienta, todo lo que hace”, explicó.

En la escuela, completó una encuesta sobre su personalidad y evaluaron su habilidad para manejar el bastón, ya que este es uno de los principales requerimientos. Los perros se asignan de acuerdo con la rutina y el carácter de la persona, por lo que Lisboa se adaptaba a su estilo de vida. En el momento del encuentro, en octubre, Camila y Lisboa tuvieron una conexión instantánea. “Cuando la llamé salió corriendo y me saltó encima”, recordó Camila.

Le sorprendió que, en la ciudad, todo el mundo aceptó que tuviera a Lisboa. No tiene problemas en los restaurante, aunque ella llama y avisa con anticipación para avisar que va con su perra. Esto, gracias a la ley 26.858, promulgada en 2013, que garantiza el derecho a las personas ciegas a acceder con perros guía a todos los edificios y viajar en todo tipo de transporte público. Uno de sus lugares favoritos prohibía la entrada a los perros lazarillo, hasta que Camila les explicó la ley.

Camila y Lisboa usan las camisetas de Boca para celebrar que salió campeón. (Foto: Cortesía de Camila Gorosito.)

Ha tenido solo dos inconvenientes en cuanto a transporte: un chofer de colectivo le pidió ponerle un bozal a Lisboa, algo que no es obligatorio para los perros lazarillo, y un conductor de Uber no la dejó subir al auto cuando vio a su perra.

Actualmente, Camila cocina para un chico que contrató sus servicios y sigue sumando metas a su lista: comenzó a practicar patinaje artístico sobre ruedas hace un mes. “Me ha ido bien; también me he caído muchas veces”, afirmó. Su amiga Sol Campos la invitó a aprender este deporte usando el “Método Canela”, que creó con su entrenadora Ailén Barrios. Este método utiliza parlantes ubicados en puntos estratégicos de la pista para que la persona pueda orientarse.

FUENTE: TN

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