Amor libre: amar sin ataduras

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Por Fernanda Di Benedetto.

Existen diversas formas de relacionarse sexoafectivamente que suponen tipos de relaciones basadas en la honestidad, el consenso y la no posesión ni física ni emocional de los involucrados. Formas que también establecen que la monogamia como la conocemos forma parte, siempre y cuando no reproduzca la mononorma, es decir, la monogamia como único modo de relacionarse tomando como incorrecto cualquier otro que se salga de ese parámetro.

La organización sin fines de lucro ALA (Amor Libre Argentina) es la encargada de difundir y concientizar sobre estos fenómenos relacionales, promoviendo eventos, charlas, y demás propuestas que nucleen a todos los interesados. Es importante contar y visibilizar esta serie de prácticas que engloban el concepto para despegarse de prejuicios y, sobre todo, del modelo hegemónico de relación de pareja, al tiempo que puede servir para identificar qué tipo de vínculo nos gusta ejercer.

​​Romina Pereyra no imaginó nunca que una infidelidad iba a tener un giro como el que tuvo.

Oriunda de Junín, con 28 años puede asegurar que en los últimos tres años de su vida descubrió un mundo en el que encaja a la perfección como quien encuentra su vocación.

“No surgió en los mejores términos o las mejores circunstancias, fue una situación obligada a que se de así, pero yo siempre tuve la inquietud de que las cuestiones digamos de la monogamia no eran lo mío”, arranca diciendo. “Se dio de una forma rara, tenía que ser de esa forma sí o sí, en mi caso era un amigo que estaba en pareja con otra amiga y bueno, primero se dio una relación con él en un contexto de infidelidad si se quiere, pero enseguida entendimos que ni ella lo quería dejar ni yo quería generar un conflicto entre ellos, a la par que descubrimos que tal vez podíamos funcionar bien los tres”. Los celos y la posesión nunca fueron un problema para Romina, convencida de que hay que dejar esas cosas de lado para sumergirse en el poliamor,  destaca que “lo importante es ser autocrítico y tener mucha responsabilidad afectiva, porque cuando te manejas con una sola persona es más fácil olvidarse de ser responsable porque no expones a la persona a situaciones límite. Cuando estás con varios, y muchos de ellos son su primera vez como nosotros tres, si una no es responsable lastima mucho, y tenés que ser muy consciente de lo que haces y cómo”.

No todos los días conoces a alguien en situación de poliamor, así que aprovechamos la ocasión para que nos cuente un poco más en profundidad sus reflexiones sobre esa experiencia. “A mí me gusta mucho el tipo de dinámica que se genera, y lo que más me gusta de relacionarme de esta forma fue cómo me puso ante mis problemas. Lo que tiene el poliamor o las relaciones abiertas es que te obliga a deconstruir un montón de conceptos, si vos estás dispuesta a hacerlo es una experiencia muy linda de la cual podés salir muy enriquecida, si estás dispuesta a probarlo pero no a cambiar y adaptarte, puede ser una de las peores experiencias porque te vas a encontrar con un montón de situaciones en las que no vas a saber qué hacer, y si caés en vicios de reclamar, de pelear, se pone complicado”.

Romina remarcó que “el feminismo nos ayudó mucho a deconstruir ideales que teníamos en la cabeza muy nocivos, las relaciones abiertas y el poliamor tienen mucho feminismo en la forma en que se configuran, es un proceso continuo”.

Los mitos también forman parte de estas prácticas, las creencias de ciertos patrones o formas de ejercerlas generan prejuicios y preconceptos que ella está dispuesta a derribar. “Al principio una lo puede considerar como una forma de libertinaje total de tener sexo con otras personas sin sentimientos y sin importar y sin tener que justificar, mucha gente lo toma como la legalización de los cuernos, y es totalmente lo opuesto porque requiere un trabajo personal y un trabajo mutuo de varios para llevar las cosas adelante. Ojalá fuese tan simple como decir ‘es sexo’ o dar un poco de afecto y chau, y no, no es así. Requiere un esfuerzo enorme y una capacidad de querer enorme, y no es como el permitido de ‘hacemos cualquier cosa y está todo bien’, al contrario, requiere más responsabilidad”.

Como reflexión final, asegura que “después de casi tres años de tener una relación que se sale de la monogamia, no se si el poliamor se me presentó como algo del momento o si siempre voy a elegir esto, no sabes qué puede pasar, pero sí creo que yo no volvería a tener una relación cerrada y tradicional”.

Por su parte, Georgina Raimondi, Licenciada en Psicólogía, se vio siempre interesada por la sexología y todo lo relacionado a la ciencia de la misma. Así que decidió realizar un curso de sexología clínica para psicólogos o médicos para poder así tener la especialidad certificada en el tema.

“Como me interesa trabajar con lo que es terapia de pareja y sexología me uní a un grupo de facebook donde hay personas que están teniendo estas relaciones o empezando a tenerlas” sostiene la psicóloga mientras argumenta que los problemas que más se les presentan es con respecto a los celos. “El planteo problemático más frecuente es de enojo con emoción de celos al querer cambiar y/o naturalizar que tu pareja se vea con otra gente y te cuente”. Entonces, plantea que una posible solución sería que cada uno tiene que establecer sus límites, porque por algo hay tantas variantes. Es decir, hay gente que quizás no quiere saber nada, o hay gente que quizás sí quiere saber, pero se arman muchos dilemas con los celos.

​En cuanto a lo que representa el poliamor, Georgina lo ve como una alternativa a la monogamia y al fin de la infidelidad presente por tantos años. En este sentido, ella encuentra interesante el hecho de naturalizar las relaciones abiertas para que los dos puedan tener relaciones por fuera si así lo quisieran.

“Hay un montón de variantes relacionales que están en una búsqueda constante. Lo que me parece es que a veces caen en la creencia de que la monogamia no sirve, quizás a veces porque se conocen casos de relaciones tóxicas, pero también se pueden tener relaciones sanas o pueden haber relaciones de poliamor tóxicas, no solo monógamas”, comenta. 

“Me parece que a cada cual lo que le quede mejor, tampoco es que todo el mundo tiene que tener relaciones poliamorosas, porque hay gente que disfruta las relaciones monógamas y le va bien viéndolo así.  Están con una persona y no siente el deseo de estar con otras”. En este sentido, Georgina encuentra injusto el hecho de creer que la relación monógama es opresiva y el único cambio para mejorarlo es el poliamor, ya que algunos se ven más cómodos disfrutando con una sola persona.

A pesar de no tener nunca experiencias de poliamor y llevar actualmente una relación monógama, para Georgina “el poliamor está perfecto para aquellos que quieren estar con otras personas y a su vez mantener una relación monógama, porque al ser una acuerdo entre los dos no hay un engaño”.

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