Tiene 81 años y es clown desde niño, habiendo sido su primer verano en esta ciudad en 1970.
Agapito Catalán, personaje del cual no se conoce su nombre real, es un payaso que desde 1970, todos los veranos, camina por las calles más transitadas de Pinamar ofreciendo shows. Cuenta que el nombre artístico lo obtuvo cuando cuando un anciano (”de la edad que yo tengo ahora”) sobre la avenida Bunge de Pinamar le dijo que él le hacía acordar a un tradicional payaso de su infancia en Santiago del Estero cuyo nombre era Agapito. “Me emocioné con la historia y me quedé con el nombre, como homenaje”, comenta.
A sus 81 años, Agapito es el payaso más antiguo de estas playas, yendo y viniendo por el centro comercial de Pinamar con sus globos, vestido con un traje multicolor, un sombrero negro forrado de flores de pana, nariz roja, zapatos inmensos y un barbijo blanco y gastado.
“Un buen payaso tiene que tener buena onda, ser cariñoso con los niños, yo amo ser payaso, y amo a los niños, no porque me compren el globo”, comenta entre risas.
Su especialidad por excelencia son los globos: “Te hago la Pantera Rosa con los brazos, las piernas, todo. El Hombre Araña, a mí no me gusta, pero a los chicos les gusta y me sale bien. Los nenes quieren espada, espada, espada, dinosaurios, el perrito que camina”, explica.
“Mi vieja era maestra y titiritera y yo andaba con ella. Era una genia. Vivíamos en San Cristóbal, al norte de Santa Fe, pero ahí casi no dábamos funciones, solo una vez en una biblioteca. Mi vieja escribía las obras y hacíamos los muñecos. Yo a los 4 años ya los hacía, hacíamos la cabeza de los títeres con mate calabaza, teníamos planta de mate en casa. Nos sentábamos con mi hermana y ayudabamos”, relata Agapito, que recuerda el humilde circo familiar.
Agapito vive el resto del año que no es verano en Lomas de Zamora, donde también se desempeña como payaso. “Esto es siempre así, es lo que me gusta. Y será hasta que las velas no ardan. Voy a morir con los globos en la mano, me siento bien, esto me anda, viste?”, concluye.