Marcela Marín es cordobesa y está a punto de jubilarse. El encierro la impulsó a grabarse cocinando. Algunos de sus videos superan las 300 mil visitas, tiene alrededor de 15 mil seguidores y recibe mensajes de lugares tan disímiles como Japón, Australia y Barcelona
“No soy chef. Me gusta cocinar”, aclara Marcela Marín en una entrevista. Sus padres tenían la misma pasión y asume que “algo en la sangre debe haber porque me gusta hacer esto”. Alentada por su familia aceptó el desafío de enseñar a cocinar en plena cuarentena, cuando “estaba aburrida”.
Su historia
El 27 de marzo de 2020 abrió el canal “Marcela Cocina” y estalló. Fue, quizás, la necesidad de “hacer algo en medio del encierro”, especula, lo que generó que su idea fuera un boom en su provincia natal y que traspasara sus límites al punto de recibir comentarios en otros idiomas y desde países lejanos. “Me mandan mensajes de todo el mundo: desde Japón hasta Australia, también de ciudades como Barcelona, Buenos Aires, Rosario. En Córdoba no tenemos tantos seguidores”, se queja y ríe.
Actualmente, su canal supera los 14.400 seguidores y sus videos cosechan unas 100 mil reproducciones por mes; algunos pasaron la barrera de las 300 mil visitas, cuenta Agustín Ataide (28), mentor de la idea y editor de las 400 clases culinarias subidas a las redes en poco más de un año.
Cómo nació el canal
Marcela está a dos años de convertirse en jubilada. Hace pocos meses, tomó un retiro voluntario en el Banco de Córdoba, entidad en la que trabajó 36 años. El 2020 lo arrancó disfrutando de su familia y cuando apenas regresó de un viaje, a fines de marzo, la pandemia por el coronavirus ya estaba en Argentina. Como todos aquellos que ingresaban al país en ese tiempo, debió cumplir con dos semanas de confinamiento total para evitar la propagación del virus, y no pudo regresar a su trabajo.
Así, pensó que sería bueno, ya que le gustaba cocinar, sacar la punta a esa actividad el tiempo restante, pero “por insistencia de Agustín comenzamos a filmar la comida que hacía y él creó el canal. Lo hicimos para pasar el tiempo”, asegura y sorprendida cuenta: “Fue solo con lo que teníamos en la heladera porque no podíamos salir de compras. Subimos los videos y al poco tiempo notamos que mucha gente comenzó a mirarlos. Las recetas son rápidas y fáciles, con lo que cualquiera puede tener en casa, y creo que eso gustó”. La mujer admite que si bien a ella le gustan las recetas más elaboradas, entendieron que “lo que la gente quería era algo más simple” y allí fueron. Tras el éxito del canal abrieron cuentas en las redes Instagram y TikTok.
En su casa -comparte- ella es la que cocina, su hijo filma y su marido prueba todo lo que prepara. Su hija María Belén (que vive en Australia) la mira con orgullo y comparte cada una de sus recetas entre sus amigos. Marcela se hizo internacional no solo por su propuesta (rápido y fácil) sino porque devela las recetas nacionales que en otros países sorprenden como las tartas dulces o los alfajores de maicena.
Marcela se crió viendo cómo se manejaba una cocina junto a sus padres. Su papá tenía una rotisería y una fábrica de pastas y ella aprendió de muy chica el oficio. Amante también de lo simple, repite que su deseo es que su canal sea conocido porque propone “gastar poco, usar solo lo que hay en la heladera y en la alacena” sin necesidad de tener que salir a comprar nada más y cuenta que debido al crecimiento del canal ahora están preparando un sorteo sorpresa.
Sin ocultar su sorpresa, Marcela reconoce que no esperaba tener tanta llegada entre los usuarios, que no dejan de agradecerles porque algunos no sabían cocinar y aprendieron junto a ella y sus recetas. “Solo deseo que este canal se conozca porque deseo que la gente pueda cocinar en casa”. ¡Ingresá a su canal para ver más recetas!