Por Fernanda Di Benedetto
¿Quién dice que es tarde para probar cosas nuevas después de los 60?
Las acrobacias son de por si una actividad ligada automáticamente a las juventudes. Por lo general, no nos imaginamos lo que una persona mayor, tal vez nuestros propios padres, pueden hacer si se lo proponen.
Así fue como Adriana Delle Donne nos demostró que este tipo de deportes trascienden edades, capacidades, cuerpos. Ingeniera Civil, docente universitaria y doctora en Dirección Empresarial, madre y abuela de 62 años, practica esta disciplina hace 7 años por iniciativa de su hija. Al ver a su madre, amante del ciclismo, queriendo hacer algo para fortalecer sus brazos, la invitó a una clase y nunca más la vio salir, cerrándole la boca a más de una persona que ve a las acrobacias como muy difíciles para personas de cierta edad.
“No hay edad para hacer lo que te gusta” muestra su perfil de Instagram, @adriabuelaacrobata en la que sube videos y fotos de sus momentos de entrenamiento. En diálogo con ella, pudimos conocerla un poco más y entender que es un gran ejemplo de esfuerzo y entusiasmo por lo que hace.
– ¿Cómo fue el proceso de aprender esta actividad?
+ El proceso fue como toda actividad nueva, es un proceso que al principio es muy lento hasta que uno desarrolla toda la fuerza y todos los músculos que se necesitan poner en juego en esta actividad. Lo importante es no desanimarse, no pensar “eso no es para mí” si no te sale algo, sino que hay que insistir y hay que seguir porque el cuerpo necesita adaptarse a este nuevo entrenamiento.
– ¿Cómo surgió la idea de @adriabuelaacrobata? Es decir, de plasmar esta actividad en redes sociales.
+ @adriabuelaacrobata fue idea de mi profesor que se llama Brian Maidana, es el director de la escuela Tela Circo. Un día me dijo “vos tenés que mostrar lo que haces porque puede ayudar a mucha gente a seguir una actividad cómo esta, tenés que mostrar que sos abuela y sos acróbata y que eso se puede”. En principio me resultó raro porque bueno, no había pensado que yo podía decir que era un acróbata, y Brian me dijo “sí claro que podes poner que sos acróbata porque lo sos”, y ahí de a poquito y con paciencia empezamos a armar la página de Instagram que luego trasladamos a Facebook y TikTok.
– ¿Cómo es la recepción de las personas cuando ven tus performances? ¿Qué es lo que más te suelen decir?
+ Debo agradecer a todos los que me siguen y los que comentan los posteos que hago y los que me escriben por privado. Lo que más me suelen decir es que que soy una inspiración para muchos, me llena de alegría cuando otras personas que también superaron los 50 o más me muestran lo que hacen y de a poquito se animan, otras abuelas que no hacen algún tipo de actividad y me lo envían por privado y me dicen “esto me encanta, hago yoga, o hago pilates”. Además, me siguen muchos profesores y profesoras de acrobacia de todos lados, incluso de Europa, México, Estados Unidos y demás, y es increíble lo bien que me tratan. Un día uno de ellos me dijo que lo que pensaban es que este tipo de actividad al tener 30, 35, 40 años iban a tener que dejarla y que ya no iban a poder seguir ejerciendo, y que cuando me ven a mí que tengo 60 y pico y me cuelgo y muestro y hago y demás, ellos sienten que entonces tienen larga vida en su profesión.
– ¿Qué les dirías a las personas de más de 60 años que se sienten limitados por su edad? ¿Qué consejos les darías para animarse a hacer alguna actividad nueva que implique un desafío?
+ En realidad yo ampliaría esto, porque no solo los de más de 60 se sienten limitados por la edad, sino que hay otras personas que tienen menos edad pero se sienten limitadas por el físico, o hay otras personas que se sienten limitadas por el peso o por qué creen que no no pueden hacer determinada actividad, y bueno la edad es un factor más así como lo es la condición física o el peso que cada uno tiene. A todas esas personas yo les digo que tienen que insistir, tienen que seguir haciendo la actividad si realmente es lo que les gusta, no hay que bajar los brazos, hay días en que las cosas no salen y hay días en que las cosas salen, de a poquito uno va progresando. No hay límites físicos que te impidan hacer lo que te gusta, de a poco con perseverancia y con un buen profesor vos podés hacer lo que quieras.
Adriana concluye esta charla comentando lo que Abuela Acróbata le hace sentir: “Abuela Acróbata tomó una dimensión que no esperaba pero bueno, acá estoy poniéndole el pecho”.