Con 400k seguidores, es subcampeona del mundo de surf adaptado y fue la vencedora femenina de su categoría en el Pantín Classic
La vida de Sarah Almagro Vallejo cambió radicalmente en julio del 2018 tras contraer una meningitis meningocócica. Tras dos errados diagnósticos de gastroenteritis, sufre un shock multiorgánico que la lleva a la UCI donde tiene que ser inducida al coma. Su fortaleza le permitió sobreponerse a ocho paradas cardíacas pero su cuerpo se tuvo que centrar en mantener las partes vitales, lo que hizo que la sangre dejase de circular por sus manos y pies, que tuvieron que ser amputados.
La sobresaliente mentalidad de la joven, unida al imprescindible soporte brindado por su familia, hace que Sarah, estudiante de Derecho, continúe con su vida tras 27 operaciones y un trasplante de riñón incluido. Como si no fuese suficiente, en su ciclo vital destacan otras proezas sólo al alcance de muy pocos como ser subcampeona mundial de surf adaptado y ser todo un fenómeno de TikTok con más de 400.000 seguidores a los que explica su día a día través de vídeos. Por si fuera poco, esta semana se ha proclamado campeona femenina y subcampeona en categoría mixta de surf adaptado en el Abanca Pantín Classic Galicia Pro.
La adaptación a las prótesis
“Nadie está preparado para esto. Ni con 18 años ni con 60. Con 18 años piensas que te vas a comer el mundo y de repente te ves en una situación de total dependencia y crees que nunca vas a poder hacer nada y que nadie te va a aceptar. Así que lo afronté como un reto e intenté que esa dependencia que tenía en aquel entonces se fuese poco a poco. Por ejemplo, cuando llegué a casa me costaba hacer cosas con los muñones y, a día de hoy, escribo más rápido con los muñones que con las prótesis, me pongo las lentillas con los muñones… Son cosas que piensas que no vas a conseguir en la vida. Como soy cabezona y perfeccionista logré la independencia“, cuenta.
Su irrupción en TikTok
“Antes de que me pasara todo esto no tenía redes sociales porque me parece un mundo frívolo, pero tuvimos que pensar en una forma de que la gente me ayudase y la mejor forma fue dando visibilidad ymostrando que el querer es poder. Empecé con Instagram y pensé que TikTok sólo era para gente “ligerita” de ropa haciendo bailes. Pero me cree una cuenta con mi hermano con humor negro y después hice mi cuenta con vídeos que a la gente le generasen interés en mi. En año y medio conseguí 240.000 seguidores, pero me cerraron la cuenta. La recuperé y en cuestión de cuatro meses conseguí 400.000 seguidores“, expresa.
“Falta mucha educación, no sólo en redes sociales, con respecto al trato de las discapacidades. ¿Es algo que notas en el día a día? Si. A mi me da igual que me miren. Todos miramos inconscientemente. Para mi un chico puede parecerme el más guapo del mundo y él puede pensar que estoy mirando su mayor complejo. Los niños no tienen culpa de mirar, y es necesario explicar. Lo que si me molesta es cuando los niños dicen “mira papá, no tiene” lo que sea y que los padres reaccionen diciendo “no, no”. Cuando yo estoy encantada de explicarles lo que me pasó. Educar en la diversidad es explicar a los niños por qué alguien tiene un determinado cuerpo o está en una silla de ruedas y no excluir a la gente que no cumple el estereotipo de la sociedad“, concluye.