Si el plástico que todos los países producen y consumen un día invadiera las calles como está invadiendo los mares o muchos países subdesarrollados, este cortometraje no sería hiperbólico.
En “Wasteminster: A Downing Street Disaster” vemos en primer plano a Boris Johnson en la Downing Street de Londres haciendo lo que mejor sabe hacer, política. Cuando está totalmente inmerso en su discurso, le cae una botella de plástico en la cabeza que en cuestión de segundos se convierte en una montaña de envases.
Nos encontramos ante la nueva campaña de Greenpeace, un cortometraje de animación satírica en el que somos testigos de como se vierte sobre la calle del primer ministro, el equivalente a los 1.8 millones de kilogramos de desechos que el Reino Unido envía a otros países cada día.
La incontrolable catarata de desechos contaminante arrasa con Johnson y Michael Gove mientras ven como todo lo que promulgan se vuelve en su contra. El penúltimo esfuerzo de la popular ONG tiene como objetivo presionar al gobierno para que active nuevas políticas en torno al reciclaje y el medio ambiente.
‘Gran parte de los desechos plásticos termina siendo arrojada o quemada ilegalmente, envenenando a la población local y contaminando océanos y ríos’, afirma el activista político de Greenpeace Reino Unido Sam Chetan-Welsh. Además, añade: ‘El gobierno podría poner fin a esto, pero hasta ahora Boris Johnson solo está ofreciendo medidas a medias. Necesitamos una prohibición completa de todas las exportaciones de residuos plásticos y la legislación para que las empresas del Reino Unido reduzcan la cantidad de plástico que producen’.
En el cortometraje se recogen citas reales de entrevistas y discursos realizados por Johnson y el gobierno del Reino Unido en los que se jactan del éxito de la nación en la lucha contra la contaminación. Si bien las figuras en 3D se parecen a Johnson y Gove, los directores Jorik Dozy y Sil van der Woerd dicen que no son idénticas para introducir cierta distancia con los políticos reales.
‘Nuestra intención no era ridiculizar a los políticos, sino colocar a sus personajes ficticios en un conflicto directo con las consecuencias invisibles de sus propias acciones’. Greenpeace no solo posiciona a los políticos frente a las nefastas consecuencias de sus actos, nos posiciona a todos los que podemos sentir la asfixia bajo esa montaña de plástico.