Ser la cocinera de Richard Gere de por sí ya valdría para escribir sobre esta sanlorencina. Pero lo cierto es que es mucho más. Gabriela Tassile vive en Madrid desde los 23 años, aunque cocina desde los 18. Desde ese entonces, no paró de ascender escalones en el mundo culinario. Su especialidad son los caterings, aunque también dicta clases de chef y es asesora gastronómica para un importante programa televisivo.
En su larga experiencia, también fue diseñadora de Recetas para una temporada de “Un, Dos, Chef” de Disney Channel y es la imagen de “Dulce de Leche Chimbote”, producto es en Francia y que abastece a toda Europa. Tal vez, el salto para llegar a las grandes estrellas fue gracias a su participación en el exitoso programa “El Hormiguero” de la cadena Antena 3. Otro de sus emprendimientos lleva el sello de sus orígenes: es creadora de las recetas de “Empanadas de Salta” para Benetti & Pecoraro, que se venden en España.
En la última visita del expresidente Mauricio Macri a España, el Catering de Gabriela fue el elegido para coordinar el encuentro empresarial al que asistieron más de 400 personas. Su prestigio se convirtió en tal que sirvió sus menúes a artistas como Will Smith, Tom Cruise, Drew Barrymore, Hugh Jackman, Tom Hanks, Taylor Swift, Charlize Theron, Russell Crowe, Gerard Buttler, entre otros.
Su cocina está atravesada en especial por las costumbres argentinas, aunque se especializa también en cocina artesanal peruana, mexicana y asiática, sus deseos actuales son regresar a San Lorenzo a visitar a su familia y brindar un servicio para la ciudad que la vio crecer.
La esposa de Richard Gere, Alejandra Silva, es española. Para comer como el mejor, cuando pasa días en suelo ibérico, Gabriela se instala en la cocina personal del actor, para prepararle lo que se le antoje.
¿Cómo consiguió esta santafesina forjar semejante currículum?
En 1993, con apenas 23 años se tomó un avión siguiendo los impulsos de un amor que pronto acabó. Habiendo hecho un viaje tan largo, ella decidió que no se iba a volver a casa tan pronto y con las manos vacías. Eran tiempos en los que las parrillas argentinas comenzaban a florecer en España. Gabriela empezó a acercarse a los fogones como camarera. El trato con el público era genial, pero enseguida se dio cuenta de que poco recorrido tenía en ese puesto si quería crecer profesionalmente. Tenía claro que la cocina le encantaba, pero por aquel entonces no tenía tan claro que se pudiera vivir de ello. Lo veía más como una vocación que como una profesión. Bastó con que aparecieran en su campo visual aquellos chefs que empezaban a revolucionar el mundo de la gastronomía, para convencerse de lo contrario. Seguir sus pasos no era cuestión de azar, sino de ponerse a trabajar duro. El primer escalón a sortear consistía en formarse.
Durante un año, Gabriela combinó sus distintos trabajos en Madrid con sus viajes de fines de semana a la capital catalana para hacer el curso de chef.
En 2002, ya con casi una década de bagaje a sus espaldas se animó a dar el salto de montar su propia empresa de catering. Lo hizo sin dejar de dar clases, porque le apasiona compartir trucos y secretos que mejoren un plato.
Si bien la cocinera quiso darle un toque internacional a su emprendimiento, su lado argentino está muy presente en cada cosa que hace. El trabajo duro, la dedicación, la pasión, la bandera y, por supuesto, el talento que siempre también hace falta para destacar en cualquier campo, le fueron abriendo muchas puertas y su nombre se convirtió en todo un referente en el mundo gastronómico.