Vivir para aprender: tiene 84 años, no sabía usar el mouse y obtuvo eltítulo universitario por Zoom

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En 1936, en una habitación del Hospital Fiorito de Avellaneda, nacía Martha Romero, vecina de Piñeiro. 84 años después, el mismo barrio que la vio dar sus primeros pasos, le dio el título que la consagra como ejemplo, no sólo entre sus familiares y amigos, sino entre todos aquellos que piensan que la edad o la discapacidad, puede ser un condicionante.

Martha no sólo va camino a su novena década, sino que además, tiene hipoacusia, una discapacidad que disminuye la audición. Y la semana pasada, después de haber defendido su tesis de grado por la plataforma Zoom, se recibió de Licenciada en Gestión Cultural de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV). “Cuando arranqué no sabía cómo prender la computadora, ni cómo usar un mouse”, recuerda.

“Avellanedense de pura cepa”, así se define, y por su mente pasan muchos recuerdos, como su primer trabajo como maestra. Fue en la Escuela N° 41 de Avellaneda, que no sólo estaba a pocos metros de su casa, sino que también fue la escuela donde cursó la primaria.

Trabajé en muchos barrios vulnerables de la zona, y también en la escuela de la Costa de Quilmes. Fue una experiencia inolvidable porque los costeros adoran a las maestras que van hasta allí a enseñar a sus hijos”, dice y agrega: “Había que ir con un ómnibus especial porque era muy cerquita del río”.

Toda su vida transcurrió en Avellaneda, Martha conoce la localidad como nadie y estuvo atenta y presente durante su crecimiento. “Cuando se inauguró la UNDAV, yo vivía a dos cuadras, eso me animó a ir a inscribirme en la carrera. Eso sumado a mi afán de acrecentar mi cultura”, cuenta Martha, mientras revisa su correo, está pendiente de los mails que llegan a su casilla.

Antes no sabía prender la computadora, en un momento me sentí desanimada, pero no dejé de intentar”, explica la vecina, que con una tipografía un tanto más grande a la que se acostumbra, domina la tecnología con destreza.

Amante de la cultura, y con un fuerte interés por los temas sociales, una vez jubilada como docente, Martha se inscribió en el Instituto de Profesorado Secundario de Avellaneda y se recibió de profesora de inglés. También es una de los miembros fundadores de la Sociedad de Escritores del distrito. Pero la carrera en la Universidad, fue un hito en su vida, y tal como explica, merece un capítulo aparte.

La experiencia fue muy buena. Tuve una excelente relación con mis compañeros, hasta me han festejado mis cumpleaños. Me sentí muy mimada y estoy agradecida”, relata. Y continúa: “Agradezco todo lo que me brindó la Universidad. La edad hizo que se dificultara un poco, tengo menos memoria que antes, y mi discapacidad auditiva, generó algunas trabas. Pero conté con el valioso apoyo de mi tutora Natalia Rodríguez”.

Martha se declara fanática de la gente joven. Es de aquellas personas que creen con mucha convicción que “la juventud que trabaja y estudia, es la juventud que dirigirá el país y el futuro”.

Los temas sociales siempre me interesaron. Cursé la última materia a distancia, un poco obligada por la pandemia, pero con todos los conocimientos de informática que adquirí en el último tiempo pude hacerlo”, señala la vecina, que basó su tesis en la experiencia de la orquesta infantojuvenil de la AMIA “Arnoldo Fiedotin”.

Esta fue la cumbre para ella, pero el estudio no cesa, incrementar su acervo cultural es uno de sus grandes objetivos. “Aprendí muchas cosas, y tengo voluntad para seguir leyendo y aprendiendo”.

FUENTE: CLARÍN

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