Hace 18 años, unos pampeanos salieron de un retiro espiritual en la localidad de Ojeda y entraron en un desafío: cambiar la realidad de muchas personas de General Pico que lo necesitaban. Se juntaron en distintas casas, planearon qué se podía hacer y, entre mate y mate, nació un grupo solidario de más de 50 personas.
Luis Caffarone, uno de los integrantes de Los Materos, contó que ellos se encargan de colaborar con comedores, merenderos, familias que los necesitan, escuelas e incluso con aquellos que deben realizarse tratamientos médicos de altos costos y no tienen cómo afrontarlos. A través de polladas juntan el dinero necesario y lo donan.
“En los inicios, los chicos comenzaron haciendo tapiales, ayudando en las Iglesias, también construyendo playones para que los niños jueguen en algunas escuelas”, explicó Luis, quien hace aproximadamente seis años que forma parte del grupo. Ellos hacen “todo a pulmón”, es decir, no cuentan con ningún tipo de ingreso. Tampoco tienen un lugar propio: el Hogar de Ancianos de la ciudad les presta su sitio para que puedan juntarse, organizarse y guardar sus herramientas de trabajo.
Es muy común que viajen a hacer sus clásicas polladas a algún lugar con fines solidarios. En esos casos, ellos se organizan para trasladarse, los gastos los absorben ellos. Caffarone es portero de un edificio, también hay integrantes que son camioneros, electricistas, plomeros, albañiles, gente de distintos rubros y edades.
Asimismo, cada sábado se organizaban para ir a distintos merenderos, allí colaboraban en la preparación de más de 300 viandas. Según el pampeano, en el marco de la pandemia por el COVID-19, esto estaba destinado mayormente para quienes no podían salir a trabajar y no gozaban de un sueldo fijo.
“También hacemos tres cenas al año en el Centro almaceneros de General Pico, con una capacidad de casi 350 personas. Son cenas y bailes con orquesta en vivo”, indicó. Luego agregó: “Absolutamente, todo lo que se recauda en esa cena es donado al Hogar de ancianos de Don Bosco que nos adoptaron a nosotros y a otras familias que nos necesitan”.
Aun así, el equipo de aproximadamente 50 pampeanos sueña con tener un lugar propio. Ya cuenta con personería jurídica, uno de los requisitos para que les donen un terreno. Actualmente, se encuentran tramitando el pedido en la municipalidad y en la provincia.
Entre tanto, las personas siempre los ayudan con lo que necesitaban. Si las polladas solidarias no se podían hacer en el Hogar, las autoridades piquenses autorizaban su labor en La Rural, un complejo al aire libre muy espacioso. Este sitio fue ideal durante la cuarentena para mantener los protocolos sanitarios correspondientes.
Si bien todo comenzó con un sorbo de mate, lo siguiente fue esfuerzo. Con los años también trabajaron por ganarse la confianza de la sociedad, y efectivamente lo hicieron.
Los Materos de La Pampa, el grupo solidario comprometido con su provincia
Es incontable la cantidad de personas que acuden a ellos. Familias desesperadas porque sus hijos requieren de tratamientos en Buenos Aires, escuelas que solicitan arreglos de infraestructura, Iglesias también.
El ayudar al otro es lo que los alienta en el día a día. Así lo describió Luis: “No sabría expresar lo que siento. Es una alegría, algo que te llena, tan lindo que no sabes ponerlo en palabras. A algunos los cura”.
Durante las semanas se desempeñan en sus trabajos, pero los sábados y domingos se enfocan en el prójimo. Incluso sus familiares también colaboran cuando se trata de eventos grandes.
Lo que comenzó con una cebada de mate, terminó en un movimiento solidario que envuelve a miles de pampeanos. Los vecinos de la provincia, aún en los peores momentos, siempre saben con quién contar.