POR EZEQUIEL FERNÁNDEZ RETO
Antonella González hizo lo que cualquier otra madre hubiera hecho en esa situación: alimentar a su niña. Por eso, goza de una fama impensada, por lo menos en estos tiempos. Su hermana Vale se acercó hasta el banco de los suplentes del estadio de Obras Sanitarias porque Madeleine, su bebé de 11 meses, tenía hambre. La base de Rocamora, entonces, tuvo que abocarse a su tarea de madre y dejar de escuchar la charla técnica que su otra hermana, Laura, estaba dando para intentar mantener la ventaja sobre Vélez en el partido por la sexta fecha de la Liga Nacional Femenina. Ahí fue cuando, desde la tribuna, un amigo captó el momento y lo subió a sus redes. En una entrevista exclusiva, nos interiorizamos un poco en la vida de Antonella González.
Contanos cómo se dio la situación. ¿Pasa seguido en los partidos?
La situación fue así: terminamos el entretiempo de la charla técnica y cuando estábamos por volver a entrar en calor, sucedió que necesitaba darle de comer a Madi. Intenté llamar a mi hermana que estaba arriba por ella y le pedí por favor que la baje. En ese momento tomaron la foto. Nunca me había pasado porque yo siempre la alimento antes del partido. Esa vez, yo le di de una sola mama y la otra se me cargó muchísimo.
¿Tenés la oportunidad de ir a entrenar con tu hija?
Tengo la posibilidad de llevar a Madi a los entrenamientos, no siempre porque se queda en la casa de la abuela o con las tías. En ese sentido, puedo contar con familiares que puedan quedarse con ella. Igualmente, si no las tuviera, al club pueden ir, siempre va a haber algunos brazos para ella.
¿Te sorprendió la repercusión que tuvo el acontecimiento?
Me sorprendió un montón, porque para una mamá es muy natural y cotidiano amamantar a su hijo o hija. Si nos sorprenden estas cosas, es porque todavía nos falta un poco que pensar. ¡Es algo tan necesario e indispensable para un niño el amamantarse! Ojalá que la sorpresa sea para bien y para dar a conocer que las mujeres hacemos esto y muchas cosas más por nuestros hijos e hijas.
¿Cómo es ser mamá y deportista?
Ser mamá y deportista es complejo, un rompecabezas que hay que ir armando constantemente. La familia, los amigos, el club y la sociedad deben estar coordinados, sosteniendo y acompañándonos a nosotras para poder llevar a cabo todo lo que hacemos de la mejor manera posible. No dejamos de ser madres cuando entramos a una cancha de básquet, el fin de semana quedó demostrado. La verdad que se van complementando y a veces resalta más una cosa que la otra, pero ambas van a la par.
¿Consideras que en los trabajos tiene que haber lugares para que las mamás puedan alimentar a sus bebés?
Me parece importantísimo tener lugares para llevar a cabo el rol de amamantar. Nos queda un montón, porque yo no soy ni la primera ni la última mujer que le da de comer a su hijo en una cancha de básquet y no voy a ser la primera que lo hace en su trabajo. Hoy en día muchas madres lo hacen, pero lamentablemente hay muy pocos lugares en donde lo podemos hacer. Hay pocos lugares también en donde las madres pueden llevar y dejar a sus hijos. Tenemos que seguir luchando por eso, ojalá que la foto pueda servir para concientizar.
¿Cuál es tu punto de vista sobre la lactancia materna?
Yo soy muy pro de la leche materna. Es amor, contención, apego y mucho más entre la madre y el bebé. La verdad que es una situación única y que además se le dan muchos nutrientes al niño o niña. Soy muy pro de la teta, ojalá que todas las madres puedan pasar por esa situación hasta donde cada una lo decida. La decisión de dar o no es mutua, y la de dejar de amamantar también debe serlo.
¿Cuáles son tus sueños deportivos?
Hoy en día mis prioridades han cambiado. Mi sueño deportivo hoy es que el básquet sea un pasatiempo lindo, que lo pueda disfrutar como por ahí otras veces no pude hacerlo y espero que nos de muchas satisfacciones en este tiempo. Es un sueño cumplido estar jugando en mi club amado y una Liga Nacional. Estoy más que agradecida y contenta con esto, ojalá sean muchas temporadas más.