Claudio Avruj presentó en diciembre del año pasado su primer libro, denominado «Para Siempre»; un homenaje a su recorrido junto al equipo de fútbol/amigos que se formó en Macabi hace muchos años y perdura a través del tiempo. El libro pudo haber sido escrito por cualquiera de los miles y miles de jugadores/amigos que cada fin de semana se encuentran para ese rito mágico y en donde cada uno de ellos tiene una historia para contar. Vis á Vis dialogó con el actual presidente del INAI luego de la presentación del libro.
¿Porque Para Siempre?
Yo siempre celebro la vida. Digo permanentemente que ella es siempre una oportunidad, y que los seres humanos tenemos esa capacidad maravillosa de crear y vivenciar experiencias compartidas que son únicas y nos van moldeando, nos hacen felices y quedan inscriptas a fuego en nuestras memorias. “PARA SIEMPRE”, el título finalmente elegido para esta mi primera novela, fue apareciendo naturalmente a lo largo de todo el texto, lo que revela que fue la inspiración para escribirla.
Se trata de eso, de dejar testimonio de una historia de vida que tiene múltiples actores y lugares, reales en su mayoría, y que sin duda expresan en sus formas una idiosincrasia reconocible en nuestra sociedad en general y en la comunidad judía en particular. Se centra en torno a un equipo de futbol de jugadores veteranos precisamente de la comunidad judía, y vale la pena señalar que es la primera vez que se escribe sobre esto. Un mundo hermoso, único, feliz dispara miles de situaciones de vida.
Escribió Marcel Proust que no se extrañan los sitios sino los tiempos. Me parece de una belleza y profundidad enorme esta frase y es así. De eso se trata Para Siempre, es muchas cosas más allá del fútbol.
¿Qué significa el Bodegón?
Tantas cosas y las que el lector le pueda dar con su imaginación.
En hebreo tenemos una palabra muy linda que es Makom, que significa lugar. Cuando éramos chicos, en el kínder club, en la kaitana, (colonia), en los majanot, (campamentos), teníamos siempre “el Makom”. Era el lugar que nos daba identidad, pertenencia, cuidado. El Bodegón, en ésta novela es ese sitio que acoge a los protagonistas. Donde la vida se despliega, que les da un marco propio y exclusivo. El bodegón, es el café o cafetín de Buenos Aires, lugar emblemático si los hay, para la amistad, el compinchismo, para las leyendas y los sueños. Este bodegón de Villa Crespo es de ellos y de quienes lo habitaron. Es todo lo que se dice y lo que el lector sabrá imaginar y agregar.
No está en cualquier lugar, es de Villa Crespo, donde el judaísmo se muestra sin timidez. Askenazi y sefaradí por igual, ahondando cada día su marca indeleble, entrelazándose con las múltiples culturas que hacen al mosaico de identidades que es el barrio, la ciudad y el país; y nos hace distintivos. El Bodegón, es la institucionalidad, es el respeto a los mayores, es historia, es tradición, es encuentro.
¿Es un grupo de amigos que juegan juntos al fútbol o un equipo que se transformó en un grupo de amigos?
Es la gran pregunta sin respuesta, Es un debate que atraviesa a todos los equipos de la comunidad judía en particular, porque el concepto de Kvutza, de grupo, es fundacional en nosotros.
Y no hay una sola respuesta porque son justamente los valores los que se ponen en juego en la dinámica de los equipos y grupos. Para Siempre está atravesado por esos valores de amistad, solidaridad, afectos e identidad. Son esos valores de vida las que dan respuesta a la pregunta en las experiencias que se viven y en la forma que se despliegan y nos hacen formular más preguntas.
Para Siempre, nos trae una novela, con mucho humor, emotividad y reflexión, cuyo escenario es la comunidad a partir de un equipo de futbol y obvio su cruce con la argentinidad y/o la porteñidad, si se me permite el término.
Así es y me dio mucho placer escribirla. Es una mirada particular por supuesto, a partir de historias de vida. Desarrolladas dentro de la comunidad judía a la que amo, y sin la cual no podría yo definirme como persona. Soy un agradecido a las instituciones que me formaron, mi shule Weitzman, el kínder Club y el centro juvenil, Israel y el Sionismo, la DAIA, Macabi, Hebraica, Chalom, Bnai Brith, el Museo de la Shoa.
Y por supuesto a mis mayores, mis abuelos y padres con sus grupos que fueron dando contexto a todo a través de los años, con sus luces y sombras por supuesto. Como la Argentina, donde nací y elegí vivir, con sus barrios, sus procesos y crisis, sus instituciones políticas, y el futbol como un gran amalgamador
Somos dichosos y tenemos un plus aquellos que pudimos integrar grupos. Y creo que es bueno que lo hecho no se pierda. Que trascienda. Que ayude en lo que pueda a seguir creando identidad y mística. Como dice Eladia Blázquez, se trata de honrar la vida. Siempre. Y agrego, mostrándonos tal como somos.
¿Ya está en las librerías?
Si Dios quiere ya en febrero estará en las librerías. Si, ya está en la tienda nube.
¿Cómo queres cerrar esta entrevista, que trae esta nueva faceta tuya, ahora como escritor?
Agradeciendo, a todos los que dieron forma a Para Siempre. A todos los que vinieron a la presentación en aquella noche fantástica y mágica. También a Amijai que me abrió sus puertas y al Rabino Avruj que estuvo con sus palabras y sentimientos. A Cayetano que estuvo brillante y a los lectores que me hacen llegar sus comentarios. Agradeciendo, diciendo gracias siempre.
Para Siempre fue editado por Deldragón y se puede adquirir en: https://parasiempre4.mitiendanube.com/.
Fuente: VIS A VIS