POR SEBASTIÁN SAAVEDRA
El pasado 12 de mayo se conmemoró el Día de la Enfermera. Tal vez uno de los roles dentro de la medicina menos visibilizados, pero no por eso menos importante. Lorena Peralta, licenciada en enfermería, se anima en esta charla con Optimism, a hacer un viaje al centro de una profesión, que ella define muy certeramente en pocas, y sabias palabras: “Es maravillosa. Me siento muy orgullosa, y agradezco todo los dias haber elegido esta profesion. Me llena de orgullo y felicidad”.
-¿Podrías contarnos un poco tu historia en la profesión?
Sin dudas la semillita la tengo plantada desde niña. Mi mamá es enfermera, es mi referente, y mi mayor ejemplo a seguir. Desde chiquita siempre fui la que curaba a mis hermanos, ya que mi madre es mamá soltera de 4 chicos. Ella trabajaba de noche, de día dormía, y nosotros hacíamos un desastre. Las lastimaduras estaban al orden del día, así que fui naturalmente brindándole a mis hermanos cuidados y primeros auxilios. Hemos pasado Navidades y años nuevos en algunas clínicas o sanatorios porque mi mamá no tenía con quién dejarnos. Tengo recuerdos de estar en alguna habitación esperándola para cenar. Todo eso es una huella marcada en mi corazón con la enfermería.
-¿Cuándo te decidiste a capacitarte para hacerlo profesionalmente?
A los 19 o 20 años me decidí a estudiar. Estaba un poco insegura, pero empezé a estudiar en la UBA, y me fui descubriendo. Encontré este cariño que lo que tenía adentro y comencé a tener sensaciones hermosas, satisfacciones y alegrías que me fue brindando esta profesión única. Ser enfermera es maravilloso; admiro mi profesión, y me siento muy orgullosa de haberla elegido. Luego de mucho estudio, me gradúe en la UBA como licenciada, y he hecho varios cursos y posgrados. En todos estos años recorrí trabajos haciendo guardia en el Otamendi durante 8 años y también en Swiss Medical. Fui creciendo hasta tener puestos desde supervisión de emergencias y en terapias. Pasé por el Finochietto, Ledor Va Dor, y también brindo capacitaciones. Estoy muy contenta de haber transitado y aprendido en tantos lugares.
-En tu caso, que trabajás con la tercera edad, ¿cómo manejas las angustias o tristezas de la gente que está en la última etapa de su vida?
Existen angustias, momentos de tristeza, pero también transitamos una etapa maravillosa que es la de conocer a una persona despojada de responsabilidades laborales y sociales. Esa persona puede elegir qué hacer, y nuestra tarea es de apoyo y acompañamiento. Es un privilegio para el rubro de la enfermería poder acompañar para brindar cuidados de calidad basados en la humanidad. Es un momento único para poder brindar todos tus conocimientos y capacitaciones, pero también lo es para una caricia, una sonrisa, una mirada, un manto de calidez.
-¿Cómo contribuyen para mejorar la vida de los ancianos en esos hogares?
Es fundamental escucharlos para mejorar la vida de estas personas. Hay que conocerlos, conocer su historia, y saber cuál es el proyecto que eligen tener para esta etapa de su vida. Y así nosotros poder adaptarnos y flexibilizarnos para respetar los deseos que esa persona tiene.
-¿En qué crees que se debe mejorar la situación laboral de las enfermeras?
Hay 2 ejes fundamentales: el enfoque de políticas institucionales y sociales fortaleciendo la profesion de enfermera, y particularmente en residencias de larga estadia, teniendo un porcentaje mayor de enfermeros graduados. El segundo fumandamental es la formación de los profesionales que actualmetne hacen esas residencias, y en esta línea debemos formar y especializar a la profesion que está 24 horas al lado de esas personas. Brindarles herramientes, conocimientos y capacitación que pueda elevar el nivel de cuidado y brindar excelencia.