Desde muy joven, Ángel Martín Portillo se convirtió en un apasionado de la música. Con apenas 13 años empezó a tocar la guitarra, pero a los 19 años decidió estudiar la carrera de kinesiología. Sin embargo, al tiempo se dio cuenta que su vocación artística era más fuerte. Así que puso su ropa dentro de una valija y emprendió viaje hacia Europa, para quedarse con su padre que vivía en España. Luego de realizar presentaciones en la calle, emigró a México, donde aprendió muchísimo sobre las melodías tradicionales. Más tarde, inició un recorrido por Centroamérica y Sudamérica hasta retornar al país europeo. Finalmente, se fue a Alemania, Portugal y terminó instalándose en Finlandia. Las cosas del destino quisieron que la convirtiera en su hogar.
“Empecé a salir con una finlandesa en Brasil y quedamos varados por el coronavirus. Las restricciones nos impedían salir del territorio y estábamos esperando un hijo. Luego de dos meses, pudimos salir de Brasil para llegar a Finlandia y allí nació nuestra hija”, comentó Ángel. Además, le llegó un mensaje de que había ingresado en el programa televisivo de La Voz de Finlandia. Actualmente, el muchacho vive en Porvoo, un pueblo pintoresco y turístico de la zona en el que hace mucho frío. De hecho, afirmó que llegan a hacer temperaturas de 23 grados bajo cero, y que el paisaje está repleto de nieve.
Al referirse a su participación en La Voz Finlandia, el correntino contó de qué iba el proceso de selección para el programa televisivo. No olvidemos que se trata de un éxito rotundo en todas sus ediciones del mundo, que suele liderar las franjas del rating. En este sentido, manifestó que la experiencia constó de tres castings, del cual participaron alrededor de 8 mil personas. La primera etapa fue en agosto del 2020, la segunda en septiembre y la última en noviembre. Para aquel entonces quedaban solamente 140 participantes de la inmensa convocatoria inicial.
Y agregó que a la hora de elegir las piezas musicales, él propuso una lista de títulos, que la producción terminó de definir. Entre las opciones optaron por un bolero mexicano, por su exotismo. Mientras que en las batallas, en la segunda ronda, él les dio una lista y ellos decidieron a su competidor rival y la canción. Paralelamente, destacó que fue muy bien recibido por el equipo del show y que estuvo muy a gusto.
Las vivencias del artista en Finlandia llegaron a transformar inclusive su forma de apodarse. Es que el nombre artístico “Ángel Énkeli” responde a que en finlandés, Ángel, como se llama verdaderamente, se traduce con la segunda palabra. Así que se quedó con la conjunción mitad argentina y mitad extranjera. Finalmente, reveló que le agrada la ciudad en la que vive porque hay mucha naturaleza, se puede pasear y la población es muy ecológica. Mientras que aportó un dato no menor: durante el invierno, las canchas de futbol se convierten en pistas de hielo gratuitas. Además, definió a los finlandeses como fríos y distantes, aunque resaltó la amabilidad y el respeto con los que se manejan.