Gabriel Valladares: “El Plan Humanitario en las Islas Malvinas es la misión más importante que tuve en la Cruz Roja”

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POR SEBASTIÁN SAAVEDRA

El 8 de mayo se celebra el Día Mundial de la Cruz Roja y de la Medialuna Roja. Se rinde tributo a los principios, los valores, la historia y los logros del este movimiento internacional. En este día del año 1828 nacía Henry Dunant, su padre fundador.

Su libro “Un Recuerdo de Solferino” dio lugar a la visión humanitaria contemporánea en favor de las personas afectadas por los conflictos armados y llevó a la creación al movimiento y a la adopción por parte de los Estados de los primeros tratados de derecho internacional humanitario aplicables en los conflictos armados.

Gabriel Pablo Valladares, representante de la organización para la República Argentina, nos habla del rol, las misiones, y las reconstrucciones que está llevando adelante el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

Gabriel Valladares en el cementerio de Darwin en las Islas Malvinas (Foto: Infobae)

¿Cuál es el rol de la Cruz Roja en Argentina?
Para comenzar, me gustaría presentarte brevemente al Comité Internacional de la Cruz Roja: es una institución independiente, neutra e imparcial, que brinda protección y asistencia humanitaria a las personas afectadas por los conflictos armados y otras situaciones de violencia, y que promueve el respeto del derecho internacional humanitario. La acción se basa en los Convenios de Ginebra de 1949 y sus protocolos adicionales, así como en los estatutos de la institución y los del movimiento. En Argentina el CICR está presente desde hace varias décadas y ha realizado una multiplicidad de actividades, tanto de carácter operacional como de prevención. Entre las múltiples actividades podemos mencionar que a partir de 1963 comenzó a realizar visitas a personas privadas de la libertad, lo que continuó haciendo en la década del 70 y hasta 1985. Por ejemplo, durante 1976 hasta 1983, las autoridades militares de facto que gobernaban Argentina sólo admitieron la visita del CICR a los centros de detención oficiales y a ciertas categorías de detenidos, básicamente los que estaban a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. También se trabajó durante el conflicto del Atlántico Sur en 1982, en diversos ámbitos, por ejemplo, visitando y registrando los datos de 11.692 prisioneros de guerra y entregando más de 800 mensajes Cruz Roja. En materia de prevención se trabaja con las Fuerzas Armadas Argentinas en la integración del Derecho Internacional Humanitario (DIH) en la doctrina, los planes de estudio, el entrenamiento y en los mecanismos de control, como así también en la preparación de varios contingentes aportados a diferentes operaciones de paz de la ONU; también se trabaja en la integración del DIH en las universidades; se coopera con la Sociedad Nacional de Cruz Roja Argentina en diversos temas y programas de carácter humanitario, y se apoya y asesora a las autoridades nacionales para la adopción de medidas de aplicación del DIH, en especial a la Comisión Nacional de Aplicación del DIH y al Congreso de la Nación.

¿Cuál ha sido la misión más importante en la que participaste?
Todas las misiones en las que participe, tanto de diplomacia humanitaria, como de protección o de asistencia a personas privadas de libertad, han sido importantes para mí, aunque claro, algunas de ellas me han resultado más desafiantes y complejas que otras. Un capítulo especial de mi carrera lo ocupa, sin duda, el Plan de Proyecto Humanitario fase I y II: en 2012 recibí un llamado de un diplomático argentino que nos informaba que se había enviado al CICR en Ginebra una carta de la Presidencia de la República solicitándose la intermediación neutral del CICR ante el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte para facilitar la identificación de los restos mortales que estaban sepultados en el Cementerio Militar Argentino de Darwin bajo la placa “Soldado Argentino Solo Conocido Por Dios”. El CICR aceptó la solicitud del Gobierno argentino, y se centró estrictamente en su cometido humanitario, en las necesidades y los intereses de los familiares. Por ello, Jacob Kellenberger, por entonces presidente del CICR, respondió la carta del Gobierno argentino expresando que “el CICR estaba dispuesto a prestar sus servicios como intermediario neutral para facilitar la identificación de los restos de los soldados sepultados en el territorio de las Islas Malvinas durante el conflicto armado de 1982 y que solo podría emprender esa acción cuando todas las partes lo hubieran solicitado oficialmente, entre ellas las familias de los fallecidos”. De forma similar se respondió a las entidades argentinas de familiares y de veteranos de guerra que nos habían enviado cartas, entre ellos la Comisión de Familiares de caídos en las Islas Malvinas y Atlántico Sur. Trabajamos con las autoridades de Argentina sobre los estándares internacionales necesarios para que las familias conocieran el proceso de identificación y pudieran dar su consentimiento debidamente informado, si así lo deseaban. Con dicha información y el apoyo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y el CICR, el Gobierno argentino produjo nuevos protocolos, continuando las visitas que habían sido iniciadas en 2013 con apoyo de algunas organizaciones de veteranos de guerra, haciéndolo a partir de ese momento con una comisión compuesta por representantes de varios ministerios y el EAAF.

A fines de 2016, la República Argentina y el Reino Unido fueron invitados por el CICR a su sede en Ginebra y allí se negoció y concretó el acuerdo que estableció el Plan del Proyecto Humanitario (PPH). Esto significaba que ambos gobiernos habían acordado hacer todo lo posible para identificar los restos mortales de los soldados caídos durante el conflicto armado de 1982, en cumplimiento de la obligación que les corresponde según el derecho internacional humanitario de identificar a los muertos en el campo de batalla.

Tras un cuidadoso análisis llevado a cabo en una morgue equipada con alta tecnología, instalada provisoriamente en el lugar, cada uno de los cuerpos exhumados fue colocado en un nuevo féretro y sepultado en su tumba original el mismo día de su exhumación, con pleno respeto por la dignidad de los difuntos. Las muestras fueron enviadas a los laboratorios de genética forense para sus análisis respectivos: el cotejo con muestras de familiares para fines de identificación fue realizadas en el laboratorio forense del EAAF, ubicado en la Provincia de Córdoba; y para el control y garantía de calidad del proceso, en España y el Reino Unido. Los últimos laboratorios confirmaron unánimemente la alta calidad y confiabilidad de los análisis realizados en Argentina. Quiero agradecer a los familiares de los combatientes argentinos sepultados en Darwin, pues sin su colaboración, confianza y fe en el proceso, nada hubiera sido posible. Gracias a su compromiso, su amor incondicional, su paciencia y su lucha por obtener respuestas y la verdad, en la actualidad, 119 familias conocen exactamente donde yacen los restos de sus seres queridos.

¿Habrá una tercera fase del Proyecto Humanitario?
Hace algunos meses el Gobierno argentino solicitó oficialmente al CICR su intermediación neutral para la realización de una tercera fase del PPH. El pedido recae sobre una tumba colectiva, la B.4.16.

¿Hoy en día estas trabajando en Ucrania también, cierto?
Si, es cierto. En realidad, estamos trabajando en Ucrania desde 2014. Respecto al conflicto armado actual, el CICR ha estado respondiendo a las necesidades de las personas afectadas desde que comenzó la crisis. Estamos en varios puntos en Ucrania y trabajamos junto con la Cruz Roja Ucraniana. Hemos enviado personal adicional y suministros a la región. Esto incluye personal médico, profesionales de contaminación por armas, logísticos y otros miembros para los equipos de emergencia. También estamos en diálogo con las partes en conflicto para recordarles sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario, entre ellas las visitas del CICR a los prisioneros de guerra y la protección de los civiles, y actuando en nuestro papel de intermediario neutral para facilitar el diálogo entre las dos partes para acordar las condiciones para el paso seguro de civiles fuera de las ciudades.

¿Cómo se puede trabajar o colaborar con el CICR?
El CICR ofrece la oportunidad de trabajar en equipos diversificados en todo el mundo, donde aplican en el terreno las aptitudes personales y profesionales a fin de hacer un verdadero aporte en favor de las personas afectadas por los conflictos armados y otras situaciones de violencia. Contratamos profesionales con una fuerte motivación humanitaria para que desempeñen sus funciones en más de 80 países y trabajamos con equipos multidisciplinarios, formados por empleados internacionales y profesionales contratados localmente. Los empleados internacionales, por su parte, tienen contrato firmado en la sede del CICR en Ginebra y pueden trabajar en cualquier país donde sea necesario. El CICR ofrece también oportunidades laborales para realizar pasantías en Ginebra, a las que se puede acceder a través de nuestro portal de oportunidades de empleo: https://www.icrc.org/es/quienes-somos/trabajar-para-el-cicr.

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