POR SEBASTIÁN SAAVEDRA
Claudia Hercman nació en Argentina y diseña y guía diveros recorridos turísticos por Buenos Aires. Pero no son tours tradicionales. Cuando llegó la pandemia decidió crear una presentación virtual sobre la historia de la comunidad judía argentina como excusa para interactuar con otras personas y conocer nuevos amigos de todo el mundo. Muchas comunidades judías de Estados Unidos, Canadá, Australia, Reino Unido e Israel ya han disfrutado de sus presentaciones. Conocela, y enterate cómo desarrolla ésta y otras propuestas.
-Antes de la actividad vinculada al turismo trabajabas como traductora. ¿qué te llevó a dejar esa profesión?
Cuando terminé el colegio secundario estudié traducción literaria y científica, y corrección literaria. Me recibí de ambas carreras y trabajé para editoriales y distintos escritores. Con el tiempo descubrí que, si bien la lingüística y la comparación de las lenguas me seguían interesando, no estaba conforme con la actividad laboral. Eran muchas horas sola sentada con la única compañía de mi computadora. En esa época se dio la casualidad de que vinieron de visita a Buenos Aires algunos amigos extranjeros y los llevé de paseo. Amo mi ciudad y me encanta mostrarla. Me entusiasmó y ellos terminaron de convencerme de seguir una carrera en turismo. Decidí entonces estudiar historia y turismo, y de a poco empecé a trabajar en el área. Lo que hago es un trabajo de investigación: tiene que ver con leer y estudiar, pero también con caminar, buscar rincones e historias para contar. Me ayudó mi formación en literatura y dramaturgia, además de tomar clases de pintura y después de escultura. El arte siempre formó parte activa de mi vida.
-¿Cuándo comenzaste a diseñar y guiar tours en Buenos Aires? ¿Cómo empezaste, y por dónde?
Hace años que ofrezco tours de Buenos Aires y también sobre la comunidad judía argentina. Me sirvió de mucho toda la información que traía de mi casa, de mi familia y de mi paso por la red escolar judía. También hago tours de arte: visitamos museos, galerías y talleres de artistas, ya que me apasiona el tema y compartirlo con quienes nos visitan. Me interesa que se conozca el arte argentino, tanto a los artistas consagrados como a los emergentes.
-¿Te sorprendió Buenos Aires al mostrarla de modo turístico?
Los tours que ofrezco suelen ser para grupos reducidos, y la idea es que se generen ámbitos de charla más íntimos sobre historia, política, economía, temas sociales. A los turistas, y esto lo digo también por mi experiencia como pasajera, nos gusta ver la otra cara, la realidad de los habitantes de la ciudad que visitamos, sus costumbres, sus hábitos cotidianos. Tuve varios grupos o parejas que después de los tours quisieron invitarme con mi familia a cenar y pedían que eligiera algún restaurant donde iría una familia porteña habitualmente. Me di cuenta de que querían charlar y cenar con una familia argentina y muchas veces tuve ganas de invitarlos a mi casa. Finalmente, decidí ponerlo en práctica y así surgió la idea de “Asados en casa”. El problema fue que ya lo tenía listo y empezó la pandemia. Todo, tanto los asados como mi trabajo en general, se desvaneció de un día para el otro.
-Entonces llegó la pandemia, y el rubro turístico quedó frenado, ¿cómo se te ocurrió la presentación virtual sobre la historia de la comunidad judía argentina?
Al principio, como todos, pensé que sería poco tiempo y decidí esperar, pero después entendí que tenía que reinventarme de alguna manera. Armé tours virtuales sobre la historia de la comunidad judía argentina y pasé muchas horas buscando contactos de comunidades judías del exterior. Empecé de a poco y terminé dando las presentaciones para grupos e instituciones de Estados Unidos, Canadá, Australia, el Reino Unido e Israel. La recepción fue maravillosa y me dio la oportunidad de seguir trabajando en lo que me gusta y de conocer gente muy interesante. Durante la cuarentena también pude hacer dos muestras virtuales de mis obras (que habían sido proyectadas para ser presenciales) en la Legislatura de Buenos Aires y la Cámara de Diputados de la Nación. Además, gracias al tiempo que me dio la cuarentena, me dediqué a lo que más me gusta: investigué y diseñé la presentación sobre cómo se representó el judaísmo en el arte visual desde la Edad Media. Lo que encontré me llevó a pensar cómo esta imagen negativa abrió el camino para la discriminación, los destierros y el genocidio. Doy estas charlas tanto en castellano como en inglés, y por pedido de la American Jewish University, hice una presentación virtual sobre artistas visuales judíos argentinos.
-Además de la parte turística, ¿los tours tienen algún tipo de contenido social?
Por supuesto, ahora que ya no hay tantas restricciones, volvió el trabajo presencial, pero esta nueva puerta virtual se abre cada vez más y sigo encontrando temas para explorar. Una vez que se instala la inquietud en mí, se convierte en una necesidad. Y los temas se van encadenando. Cada uno que encuentro me lleva a bucear en otro.
-¿Querés contarnos sobre la presentación que estás preparando?
Ahora estoy preparando una presentación sobre la historia de la quema de libros y otra sobre el uso y abuso de las infancias en conflictos políticos de todos los tiempos y geografías. Con mis presentaciones busco profundizar acerca de los temas que me interesan, cuestionar lo preconcebido, lo que solemos dar por sentado. Y en esa línea, promover el espíritu crítico y la mirada transversal. Sea cual fuere el abordaje: la pintura, la escultura, el teatro, la literatura, la comunicación o el turismo, ya sea on line o en forma presencial, los temas que me atraviesan tienen que ver con la identidad, los derechos humanos, la memoria, las migraciones, el desarraigo.
Es alguien de quien podes aprender cosas que no sabias