Sol es mamá de Valentín. Junto a Fede, su pareja, son totalmente autónomos en cuanto a la crianza de su hijo. Conocé qué técnicas aplican para medir remedios, preparar leche y sentirlo gatear.
Soledad Oviedo y su pareja Federico Medina son ciegos y contaron cómo crían y cuidan de su bebé sin ver.
Valentín nació prematuro y tuvo que estar internado en la neo de un centro de salud privado de la Ciudad de Córdoba. Los primeros días no fueron fácil para Sol, quien recibió cuestionamientos por parte los médicos de la neo que pusieron en duda su capacidad para cuidarlo, hasta que con trabajadora social de por medio y una abogada, logró obtener el alta de su bebé para llevarlo a su casa y tenerlo bajo su cuidado. Sol asegura que ser mamá es “una de las cosas más lindas” que le tocó vivir y que junto a su pareja aprendió de todo.
No sólo fue importante el acompañamiento de familiares, sino también de una profesora de ciegos que los instruyó sobre algunas técnicas, como por ejemplo, dar la mamadera, bañarlo, cambiarlo.
“Aprendimos todo desde cero, preparar la mamadera era un desafío, buscamos una jeringa que mide 60 ml y con esa jeringa podíamos medir con exactitud la cantidad de agua que iba a ir en la mamadera. Lo pudimos hacer sin depender de alguien que nos ayude”, contó. Junto a su marido lo llevan al pediatra solo y Sol comparte un grupo de WhatsApp junto a otras mamás ciegas donde comparten experiencias y consejos.
Una de las cosas indispensables es tener todo ordenado y organizado. La ropa de Valentín está clasificada de acuerdo a si es para salir o estar en casa, si son remeras, pantalones, jeans. Pero la prenda más curiosa son sus medias, que tienen un cascabel que le permite a Sol saber dónde se encuentra su hijo cuando gatea.
“Es un torbellino y cuando empezó a gatear tenía una alfombra de goma pero se iba, entonces lo traíamos y ahora eso ya no va más, entonces compramos unas medias que tienen arriba un dibujito a tacto de unos autitos y adentro tiene un cascabel y a su vez uno de esos pares de medias tenía un brazalete al brazo y entonces cuando gatea vos sentís por donde va gracias al cascabel”, describió.
Ahora Sol y Fede se preparan para cuando Valentín empiece a caminar. Piensan recurrir a un arnés que se usa ahora para que los niños caminen más libres y cerca de sus papás. “Nosotros tenemos todas las cosas adaptadas, los enchufes están arriba porque él anda por toda la casa. En neo nos explicaron como agarrarlo y la verdad es que nunca tuvimos miedo”, contó. “El oído se te desarrolla para ellos y cuando hacía ruiditos nosotros lo sentíamos y cada 4 o 5 horas toma mamadera y para eso tenemos un reloj”, indicó.
El pediatra les explicó como adaptar la medicación y los medidores y por ejemplo en el caso del hierro y las vitaminas, Sol las guarda en estuches separados que diferencia por la forma y el lugar. “Hay que ser organizados. Nosotros ya lo tenemos internalizado y sabemos qué es lo que tocamos, pero con él es un proceso y un cambio para el 100%”, manifestó.
El desafío más grande para Sol fue la comida, por el temor a que se ahogara y no verlo, pero señala que sabe escucharlo e interpretar cada uno de sus sonidos. “Yo siempre anhelé ser mamá y Valentín es un bebé super buscado, deseado y anhelado y como mujer me siento realizada, es super cariñoso. Para mí es hermoso mi hijo”, dijo llena de felicidad. Valentín crece y juega con otros niños, va a cumpleaños y Sol lo distingue entre todos por su ropa, su cabeza, su corte de pelo, al tocar su carita, sentir su perfume.