Lucho Miranda es un joven comediante chileno de 29 años, que es furor en redes sociales y en la televisión chilena y que logró conquistar con su actuación al monstruo del Festival de Viña del Mar.
El público de la Quinta Vergara se rindió ante su humor, y fue galardonado con las Gaviotas de plata y oro.
Lucho nació con parálisis cerebral y en su rutina de stand up hace una constante referencia hacia su condición y la discapacidad.
“No estoy curao (borracho)”, afirmó a los minutos de ingresar al escenario y hacer referencia a su particular forma de hablar, producto de su parálisis. Mientras que al rato aclaró: “Yo hago muchos chistes de discapacidad y siempre son vinculados al humor negro. Yo no hago humor negro, porque no puedo pronunciar negro, hago humor oscuro”, dijo entre las risas del público.
Y acto seguido advirtió: “Cada vez que hago humor negro mucha gente no sabe si reírse o no. Quiero dejar muy claro antes de empezar el show y es que hay dos tipos de personas, están las personas que se ríen de las personas que tienen discapacidad sin su consentimiento y eso está muy mal. Caca. Y están las personas que se ríen junto a las personas que tienen discapacidad y ese es el camino correcto y esa es la verdadera inclusión”.
Tras una ovación del público agregó: “Hoy día voy a contar chistes, no busco dar lástima, no busco dar pena, ni que digan ‘hay pobrecito’. Quiero contar chistes y si algún chiste les parece divertido e involucra la discapacidad rían, aplaudan, diviértanse, disfruten. Yo a través del humor quiero hablar de inclusión y llegar a todos ustedes y decirles que soy uno más”.
Tras esta introducción comenzó su show que encantó a los presentes, se río de su dicción, interactuó con Manuel Turizo a quien le ofreció mandarle un PDF con sus chistes por si no lo entendía al hablar. Se río de su manera de caminar, las dificultades que trae la motricidad fina, bromeó con la gaviota inclusiva y también habló de la sexualidad y la discapacidad.
Las risas y los aplausos del público lo hicieron acreedor de la Gaviota de Plata y luego de la de Oro, ambas con un mecanismo especial para que pudiera agarrarlas con facilidad.