El sueño forjado tras la fusión entre una cooperativa y un grupo de padres levanta vuelo, ya listo para subirse al futuro de más de un centenar de nenes y nenas. En eso está CoPlaS, la primera escuela ecosustentable del Conurbano bonaerense, que abre sus puertas en Castelar Sur, partido de Morón, para el ciclo lectivo 2024.
Si pudieron hacerlo, fue porque antes pudieron soñarlo. Aquella primera semilla brotó en la formación de la Cooperativa de Trabajo Jardín Plaza Bebé, allá por 2009, cuando 20 compañeras resistieron al cierre de un jardín maternal y de infantes que lleva el mismo nombre y ya tiene más de 25 años de vida.
“Nuestro trabajo en el jardín siempre estuvo basado en la educación ambiental. Desde el comienzo tuvimos el impulso de lograr la continuidad pedagógica con la fundación de una escuela primaria, pero nos parecía muy difícil llevarla a cabo”, se presenta Daniela Carballo, presidenta de la cooperativa, en la charla con TN.
En 2021, cuando el Jardín Plaza Bebé ya llevaba más de una década de funcionamiento autogestionado y horizontal, el Concejo Deliberante local cedió a la cooperativa un terreno de dos hectáreas de la Base Aérea, sobre las calles Lacarra y Santa Catalina. Allí se sentaron los cimientos de una obra que se encuentra en sus retoques finales.
“DIPREGEP (Dirección Provincial de Educación de Gestión Privada), el ente que nos regula como escuela primaria, nos dio la matriculación provisoria”, menciona Carballo. Este año, CoPlas recibirá entre 120 y 150 nenes y nenas de primero a quinto grado.
Por tratarse de una escuela de gestión social, las familias abonarán una cuota colaborativa cuyo fin será únicamente el pago de los sueldos de los docentes. “Queremos ser una escuela inclusiva, laica y que abra sus puertas a la comunidad de un modo solidario, que todas las familias que lo deseen tengan acceso”, invita la presidenta de la cooperativa.
Los contenidos tendrán una orientación ambiental, y marcarán una continuidad de lo que se enseña desde el jardín, donde los chicos aprenden hábitos como el cultivo de huertas, la separación de residuos y el cuidado de los animales, entre otros.
“Nos interesa la educación ambiental cotidianamente.Tenemos una huerta estable. Los niños se ocupan desde los 2 años de la compostera. Aprenden a cosechar y a sembrar. Tenemos gallinas. Buscamos desarrollar esa impronta y darle continuidad en CoPlaS”, explica Carballo.
Los valores ecológicos y la idea de sustentabilidad están presentes desde la construcción.“Nuestra escuela está elevada y se hizo sobre pilotes, para no sacarle permeabilidad al piso y generar abajo una capa de aire que permite que las aulas sea más frescas y tengan una mejor ventilación”, profundiza.
CoPlaS busca apoyar formas sustentables de desarrollo y transmitir un enfoque transversal del cuidado del ambiente. La apuesta reside en el uso de energías renovables y de materiales ecológicos. “Sentimos que la escuela tenía que tener ese reflejo desde lo constructivo. Pudimos apropiarnos de algunos de estos conceptos y trasladarlos a la construcción”, cuenta.
“Trabajamos en la recuperación de agua de lluvia para los baños; cada aula tiene su huerta individual; usamos ladrillos ecológicos a partir de botellas y materiales descartables, chapas ecológicas y techos verdes”, detalla Carballo, y sigue: “También utilizamos muros trombe (un tipo de fachada diseñada para aprovechar la radiación solar). Las aulas tienen una pared con un sistema de rejillas que permite conservar el calor en invierno y repelerlo en verano, lo cual hace que necesite menos refrigeración externa y nos ayuda a ahorrar energía”.
Cuenta Daniela que, debido a la reglamentación de la provincia de Buenos Aires, no pudieron utilizarse materiales como barro. La idea, sin embargo, es ampliar los horizontes en ese sentido: “También queremos hacer un SUM y allí pensamos poner en práctica otros tipos de construcción”.
En la Argentina, hasta el momento existe apenas un colegio sustentable, y es público.Se trata de la Escuela Municipal N°12 de Mar Chiquita, construida mediante una mezcla entre materiales descartables -botellas de vidrio y de plástico, latas de aluminio, neumáticos y cartones, entre otros- y tradicionales. Inaugurada en 2018, posee más de 300 metros cuadrados y es modelo en materia de desarrollo sostenible. “Es una escuela hermosa que nos inspira desde siempre”, comenta Carballo.
Entre los “copleros” -como se autodenominan los integrantes de la cooperativa Jardín Plaza Bebé- anida desde siempre un espíritu de trabajo mancomunado. De allí la fuerza que permitió realizar el sueño de la Escuela CoPlaS.
“Algunos buscan subsidios, otros se encargan de llevar las cuentas, otros se ocupan de las redes y la comunicación. Existe un gran compañerismo y un gran compromiso”, destaca. Para apuntalar el financiamiento de la construcción, el colectivo organizó diferentes festivales de música que contaron con actuaciones de Bersuit y Nonpalidece, entre otros.
Las familias forman parte del día a día del Jardín Plaza Bebé, “y eso hace que tengamos un vínculo de confianza y cotidianeidad. Empezamos a organizarnos, a hacer reuniones, y así fue tomando forma el deseo de construir juntos nuestra idea de escuela y sumar nuevas voces al proyecto”, explica la presidenta de la cooperativa.
“Todos los docentes son dueños de la institución. No hay jefes, no hay fines de lucro. Nadie se lleva un dinero extra: lo que ingresa es para pagar los sueldos de nuestros trabajadores y trabajadoras”, aclara, y cierra: “Nos gustaría obtener un subsidio para pagar los sueldos, y ahí seríamos una escuela sin cuota”.
Fuente: TN