POR SEBASTIÁN SAAVEDRA
El 24 de abril es fecha en la que se recuerda el Genocidio Armenio en manos de los turcos ocurrido en 1915 y que le costó la vida a un millón y medio de armenios.
El doctor Roberto Malkassian, especialista en derecho internacional, docente de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y responsable de la Cátedra Libre de Holocausto, Genocidio y Lucha contra la Discriminación de la misma facultad, charló con Optimism sobre la necesidad de la memoria para no dejar atrás todo lo que se ha sufrido y aprendido.
– Se cumplen 107 años del Genocidio Armenio, ¿qué sucedió en aquel entonces y por qué es tan necesario poder recordar esta fecha?
El 24 de abril de 1915 comenzó en el Imperio Otomano, hoy Turquía, un plan sistemático para eliminar a los armenios que habitaban sobre todo el este de esa nación desde aproximadamente 1.000 años AC. Los turcos conquistaron por la fuerza esas tierras entre los siglos XIII y XV DC, y al tener diferente religión, diferente concepto de los derechos humanos sobre todo en lo referido al trato a mujeres y niños, diferente cultura y consideración al prójimo, decidieron masacrar a los armenios. Lo hicieron para no tener una minoría que representaba los valores de Occidente en sus tierras y apoderarse de sus bienes. A pesar de innumerables pruebas existentes, Turquía niega actualmente haber cometido un genocidio. Ese es un problema que afecta directamente a quienes somos descendientes de sobrevivientes de la tremenda masacre que le costó al pueblo armenio 1.500.000 víctimas sobre una población total de 2.100.000. Mantener la memoria viva significa recordar a nuestros antepasados sacrificados de modo inhumano y condenar el genocidio del que fueron víctimas.
– ¿Cómo se trabaja en la memoria de este tipo de situaciones a lo largo del tiempo?
Tanto en la República de Armenia como en la diáspora anualmente se realizan actos diversos de estudio, investigación y conmemoración del genocidio. El caso armenio es paradigmático de este tremendo crimen contra la humanidad y es el investigador de origen judío Raphael Lemkin quien se inspiró en el caso armenio para crear durante la Segunda Guerra Munidal el término “genocidio” que luego utilizó el tratado de 1948.
– ¿Por qué el Gobierno turco sigue manteniendo que fue un combate?
Lo hace para intentar evitar que la masacre de centenares de miles de armenios aparezca como genocidio. Los armenios, en 1915 eran, les gustara o no, ciudadanos turcos. Entonces ¿de qué “combate” hablan los turcos cuando decidieron aniquilar a una parte de sus propios ciudadanos?
– ¿Cómo observa la discriminación de minorías o diferentes sectores en este momento?
El origen de todo genocidio está en alguna forma de discriminación. Pasó con los armenios, con los judíos, con los camboyanos, con los ruandeces, con los ex yugoslavos y otros casos. Todos en el Siglo XX. Es por esa razón que la humanidad debe hacer un gran esfuerzo para evitar discriminaciones y enseñar en todos los niveles de educación los principios básicos de la no discriminación.
– ¿Cómo es la situación actual de Turquía y Armenia?
No existen actualmente relaciones diplomáticas entre los dos paises. Además de un hostigamiento permanente de Turquía contra Armenia por el tema del negacionismo del genocidio, colaboró en forma decisiva con Azerbaiján para que este ganara en el 2020 una guerra cuya finalidad fue que la población armenia de una región llamada Garapaj Montañoso no pudiera autodeterminarse. Se condenó así a los armenios de esa región a que siguieran sumidos en el subdesarrollo y la más profunda discriminación.
Armenia necesita estar en paz con Turquía para poder seguir desarrollando su economía, su cultura y en definitiva la vida cotidiana de sus habitantes. En ese sentido ha hecho siempre grandes esfuerzos. En cambio, para Turquía los armenios son, conforme dijo hace unos meses el presidente turco Erdogan: “Los restos de la espada”. O sea, que los armenios son lo que quedó de las masacres, un “resto” que hay que terminar de eliminar. Esto me parece increible. No obstante, pienso que los turcos en la actualidad están informados de la verdadera situación por la que pasaron los armenios hace más de un siglo, o sea que han sido vícitmas de un genocidio. No ignoran que el negacionismo de sus gobiernos ha sido contradicho por reconocimientos específicos de “genocidio” por parte de estados como Alemania, Francia, Rusia, Estados Unidos, Suecia, Grecia, Argentina y muchos más, además de la ONU, la Unión Europea y otros organismos regionales. Dentro de la Turquía actual existe un importante movimiento de revisionismo histórico que dice que las masacres de 1915-1923 fueron un genocidio. Pienso que en un plazo mayor o menor, los turcos van a revertir su posición, reconocer el genocidio y proceder a algún tipo de indemnización.
– ¿Cómo vive la invasión rusa a Ucrania?
Existe una situación de agresión armada de Rusia contra Ucrania que viola su integridad territorial. La motivación rusa, según su jefe de Estado, es defender a la poblacion de dos regiones ucranianas vecinas a Rusia de un supuesto genocidio. Eso no es cierto. La verdadera razón es que en Ucrania existe una democracia que es un mal ejemplo para los dirigentes del Kremlin. Existe una segunda razón que es que Ucrania mira desde hace un tiempo hacia Occidente, hacia la Unión Europea, como modelo económico, político y cultural lo que implica la pérdida de influencia de Rusia sobre ese país. Por otra parte, si bien es prematuro para hablar de un genocidio, lo que es indudable es que Rusia ha cometido graves crímenes de guerra y contra la humanidad en su ofensiva armada contra Ucrania.
– Siendo además docente de la UBA, ¿cómo ve la mirada de los jóvenes ante los genocidios, y estas situaciones que estamos conversando?
En mi carácter de profesor consulto de la Facultad de Derecho de la UBA tengo el privilegio de estar en contacto permanente con jóvenes. Observo que tienen una preocupación respecto de lo que sucede en el mundo. Sin embargo, los problemas cotidianos por los que atraviesa la vida de los argentinos son tan graves que paralizan toda reacción pública de los jóvenes.
-¿Qué reflexión nos daría en este 24 de abril?
Siempre decimos que recordar la historia es fundamental para evitar la repetición de genocidios y otros crímenes contra la humanidad. Sin embargo, la historia contemporánea está plagada de esos hechos. Tenemos que revisar seriamente nuestros sistemas políticos, económicos y culturales para llegar a resultados concretos de paz y progreso.
Excelente articulo,sucinto y veridico
Ojala la”comunidad internacional” escuche