FOTO: La Serena, una granja con una historia muy especial
FOTO: La Serena, una granja con una historia muy especial
FOTO: La Serena, una granja con una historia muy especial
FOTO: La Serena, una granja con una historia muy especial
En la localidad de Ataliva en la provincia de Santa Fe, se encuentra la granja “La Serena”, un espacio creado desde el amor y la empatía por Hugo y Marcela.
Se trata de una granja agroecológica sin fines comerciales, que abre sus puertas al público y escuelas para que puedan conectar con la naturaleza y el medio ambiente.
La granja abrió por primera vez al público a partir de la pandemia, cuando la gente que pasaba tanto tiempo encerrada comenzó a buscar lugares al aire libre. Desde entonces, sus dueños comenzaron a recibir gente. Hoy en día lo hacen de marzo a noviembre, sólo los fines de semana.
La figura de la granja es “Tornadito”, un mini pony que nació con muchos problemas físicos, pero gracias a la perseverancia y los cuidados hoy es la estrella de la granja.
En el lugar también hay un “bosquecito encantado”, cuidado por duendes que sólo ven los niños. “Podemos entrar si el libro de madera está en la entrada, a ese lo dejan ahí los duendes que cuidan del bosque”, contó Marcela.
Para marzo planean terminar de construir un domo que será uno de los aviarios más grandes del interior del país.
La historia familiar de La Granja
Hugo y Marcela, tienen dos hijos de corazón: Valentina y Agustín, quien tiene esquizofrenia. Los cuatro vivían en Rafaela, pero la ciudad “los ahogaba” ante el diagnóstico de Agustín por lo que decidieron cambiar de aire y de estilo de vida y se trasladaron a la granja.
“Nos resultó una maravilla para nosotros. Agustín está mucho mejor y aquí encotramos la paz que buscábamos. No es que él haya sanado, sino nosotros que somos los que tenemos que contener esta enfermedad por estar aquí”, contó Marcela a Cadena 3
Marcela era maestra y junto a Hugo dejaron sus trabajos y vendieron todo lo que tenían para armar la granja. Con el tiempo, comenzaron a abrir gratuitamente a la gente para “prestarles un pedacito de cielo”.
El sueño de la familia es que a futuro el espacio sea una fuente de trabajo para las personas con discapacidad.