Oscar “Cacho” Sandrín, tiene 63 años, y practica gimnasia artística en Córdoba. Compitió en la categoría senior en Mendoza, en el Nacional Federativo que se llevó a cabo en el estadio Aconcagua Arena, donde también se hicieron presentes las máximas figuras de la Selección Argentina que participaron en Mundiales y Juegos Panamericanos.
Entre los más de 1400 gimnastas, los +40 de la rama masculina compitieron en sus seis aparatos con exigentes series, que pusieron a prueba su estado atlético y resistencia física, que aprobaron con creces. Entre ellos, el mayor de los deportistas, que dejó boquiabierta a los elite de Selección como Daniel Villafañe, quien no dudó en filmarlo y felicitarlo con admiración.
¿QUIÉN ES EL “JINETE” SANDRÍN DE CÓRDOBA?
Oscar, conocido en su gimnasio GOA (Gimnasio Olímpico Argentino de Córdoba) como “Jinete”, comenzó con este deporte a los 13 años hasta los 20. Y luego, un poco por nostalgia y por ponerse a prueba, volvió a sus 40 después de que un amigo -ex gimnasta, también- lo viera hacer verticales como parte de un show que hacía con su grupo de músicos.
“Soy monoreno, tras un cáncer de riñon que debió ser extraído. Retomé a mis 40 y acá estoy. Hace unos años atrás mi entrenador me propuso federarme de nuevo para poder competir y comencé con los mayores, porque no había otra categoría. Hasta que se sumó la senior, que en principio éramos solo dos, mi compañero Diego Ludueña (57) y yo; y ahora ya somos 9 con los mendocinos y el salteño, que espero que sigan sumándose más en el país”, sostuvo el gimnasta de más edad en el país, y por quien Daniel Villafañe, medalla de plata en los Juegos Panamericanos, no pudo evitar sacarle fotos, filmarlo y expresarle su admiración.
“No quiero llorar por esa situación porque ya estoy viejo”, confesó el atleta al saber que la promesa olímpica en anillas estuvo atento a su desempeño.
“Es un capo, es lo más humilde que haya visto. Me supo juzgar en el nacional de clubes en Buenos Aires y sabe el sacrificio que cuesta hacer esto”, manifestó el Ingeniero Civil.
Y detalló: “Me levanto a las 6.30 de la mañana, me voy a trabajar, salgo a las 14, voy al gimnasio, llegó a las 14.30 y vuelvo a casa a las 18, todos los días. Y así todo, hacemos lo que podemos”.
“Me hizo emocionar porque lo admiro y sé el esfuerzo que hizo para llegar a ese nivel, es un monstruo. Y que él me haya visto y me haya dedicado lindas palabras es un orgullo”, aseguró Sandrín, quien llegó a Mendoza en auto, junto con su hermana, la noche anterior al torneo.
Oscar, luego de subirse al segundo escalón del podio en anillas junto a su compañero Diego, dijo que “más allá de una medalla, estos torneos te permite conocer gente, estar con los grandes de la gimnasia y de recibir el cariño de la gente. Además, lo lindo que tiene este deporte es descubrirse haciendo cosas que ni la pensabas. Que te salgan, es sentir que sos un campeón del mundo. Esa es la satisfacción, más grande que hacer podio”.
-¿Cómo viviste este torneo?
-Para mi, el objetivo de ir a un torneo es terminar mis rutinas y no lesionarme. La medalla no me dice más que la satisfacción de haber hecho las cosas como las entrené. Porque el objetivo a nuestra edad ya no es un podio, es no lesionarse y seguir logrando. Y ¡ojo!, que para el año que viene puedo volver a hacer grandes vueltas. Quiero prepararme para eso, pero priorizando la salud.
-¿Cómo es tu día a día de entrenamiento?
-Me entreno con chiquito de 8 años que hacen las mismas series que yo. Al ser compañeros, ellos me incentivan a seguir. Es impagable. La gimnasia me dio mucho, me dio emociones y muchos amigos. Fijate que es un deporte individual pero en los senior, la onda es otra. Uno sufre cuando a su compañero se cae de un aparato o no llega al ejercicio. La competencia es de uno, no con el otro. De hecho, los apuré a los mendocinos y al salteño para que no se les ocurra dejar, porque es el primer año que llegamos a 9 en esta categoría y ojalá, próximamente seamos más.
CÓMO FUE EL REGRESO DE UN EX GIMNASTA, EN EDAD AVANZADA
Oscar se identifica como un deportista nato, porque no paró de hacer deportes pese a que la universidad fue el principal motivo de su alejamiento. Sin embargo, poco tiempo después, en ese periodo lejos de la gimnasia artística practicó hockey sobre césped y gimnasia rítmica, logrando ser parte de seleccionados cordobeses. Hasta que la artística -su primer amor- volvió a entrar a su vida.
“Yo trabajé en un grupo de música y humor durante cinco años, porque también soy músico. Era similar a Midachi y se llamaba Chuli y compañía. Y en una entrega de premios, me encuentro con Walter Gialdi (actual dueño de GOA), ex compañero y entrenador”, contextualizó. Y agregó: “Como parte del show, clavaba una vertical en el escenario y cuando Walter vio eso, me invitó al gimnasio. Cuando fui, vi la pedana y los aparatos nuevos, no lo dudé. Aluciné”, confió.
Oscar, comenzó con ejercicios básicos, considerando los años sin la práctica y “después del primer día, no me podía levantar. Me dolía todo. Un rol volado un ‘yustecito’ de esos que quedás con la pera clavada en el pecho y todo un día con dolor de cervical”, se sinceró con humor Sandrín, hijo de un histórico dirigente de Instituto de Córdoba Ángel Sandrín, cuyo nombre lleva el estadio de básquet de La Gloria.
-¿Qué se viene de ahora en más para Oscar en la gimnasia?
-La semana que viene me hago un trasplante de pelo, por lo que, lamentablemente, no puedo hacer nada por tres semanas. Así que el año que viene me van a ver en el Nacional con un jopo (bromeó). Y como en enero GOA para, voy al gimnasio para hacer ejercicios de rehabilitación para las articulaciones y elongación, sobre todo por mi acortamiento de isquio.
-¿Qué les diría a las personas mayores que quisieran empezar a hacer gimnasia artística?
-Que sí se puede. Que se olviden de los prejuicios y prueben. Si bien hay que tener condiciones, como para cualquier deporte, se puede hacer. El objetivo es llegar bien y si esto te da felicidad, no hay que dudarlo. Eso si, con mucho esfuerzo porque este no es un deporte cualquiera porque acá, cualquier estupidez que cometés, te podés golpear. Hay que tener respeto y constancia.
FUENTE VIA PAIS