Los sueños están para luchar por ellos y cumplirse. Esa es la historia de Gaith, un niño nacido en Siria que está obsesionado con el fútbol. Tiene 13 años y su equipo favorito es el Real Madrid, y muchas veces le comenta a su padre Samer si algún día podrá asistir al mítico Santiago Bernabéu a alentar a su equipo. Sin embargo, al igual que el resto de refugiados sirios que viven en un barrio empobrecido de Beirut, Samer apenas gana lo suficiente con la venta de verduras para pagar un techo y no quiso dar falsas esperanzas a su hijo mayor.
“Para nosotros, ir a esos países es un sueño imposible”, le decía Samer a su hijo. Pero, gracias a la ayuda de ACNUR, la Agencia de la ONU para los refugiados, pudieron llevar a cabo el viaje a Madrid. El grupo familiar fue identificado para ser reasentado por tener múltiples vulnerabilidades, como el hecho de que los niños no pudieran ir a la escuela. Tras mantener varias entrevistas con ACNUR y las autoridades españolas, se les comunicó que habían sido aceptados para su reasentamiento en España.
“Me siento como si hubiéramos vuelto a nacer. Aquí la vida era muy difícil. Tuvimos que renunciar a darles una educación a nuestros hijos y cada día era una nueva batalla para lograr sobrevivir. Pero ahora se nos ha dado una nueva oportunidad”, agregó Samer, en un diálogo muy emotivo e intenso. Sobre su trabajo, Samer contó: “A veces saco algún beneficio y a veces pierdo [dinero], pero poco a poco vamos sacando el dinero necesario para pagar el alquiler. Elegí este negocio porque al final del día puedes comer lo que te sobra”. Sus hijos solían ayudarle a empujar el carro de verduras y a hacer entregas durante la mañana, antes de ir a la escuela por la tarde. Pero a medida que su situación económica se fue deteriorando, tenían que trabajar más horas y a menudo llegaban tarde a las clases. Al final, los chicos tuvieron que abandonar totalmente la escuela.
Ya asentados en Madrid, Gaith retomó su educación, pudo asistir al Santiago Bernabéu a ver un partido oficial del Real Madrid y, además, juega al fútbol en España. Aunque la familia es consciente de que deberán adaptarse a muchos desafíos, saben que es una oportunidad de comenzar de cero en un hermoso lugar como Madrid. “Lo que puede ser difícil es mudarse a una nueva comunidad con un nuevo idioma que debes aprender, pero cuando tienes una meta clara, nada es demasiado difícil”, finalizó Samer.