Las gemelas Natasha y Vanesa Salma Dib comparten mucho más que la genética, las mueve una misma pasión. Ambas son destacadas maestras parrilleras, una en Buenos Aires, la otra en Ecuador.
“Tener un gemelo no es lo mismo que tener un hermano. Hay una conexión especial por estar 9 meses en la panza y compartir el cordón umbilical, lo siento así”, dijo a TN Natasha, de 33 años, con el perdón de sus otros tres hermanos.
Sobre su profesión, Natasha dijo que cuando comenzó “era complicado que una chica esté dentro de la cocina y aún más en la parrilla, pero ahora ya es más normal ver a mujeres en los fuegos”.
Si bien el mundo de la parrilla sigue dominado por los hombres, “de a poco estamos cambiando la historia”, afirmó. Aunque reconoce que aún hay clientes a los que les parece “increíble” cuando la ven moverse frente a las brasas. “Créeme, les digo, porque es real. Hay que deconstruir a la gente”, sostuvo.
Del paso por la TV a su propia parrilla
Natasha Salman Dib saltó a la fama en 2020 cuando ganó la sexta temporada de El Gran Premio de la Cocina (eltrece). Sobre su paso por la TV, Natu dijo que “fue una experiencia increíble” y que, como había dejado un trabajo en Uruguay para poder participar, “entró con la meta de ganar”.
La victoria la tomó como “un merecimiento de sus años en la gastronomía”. Pero apenas se llevó el premio, llegó la pandemia. Todo se suspendió y sobrevivió vendiendo hamburguesas a la parrilla.
Sin embargo, desde hace un año y medio la nativa de Devoto encabeza la cocina de un restaurante del “jardín de Buenos Aires”, a tan solo cuatro cuadras de su casa: una parrilla de barrio llamada Gula a la que le dio un twist. La parrilla, inmensa y a la vista, es a leña y se especializan en ahumados.
En la carta se destacan la provoleta ahumada con pesto de tomates, la parrillada y la tapa de asado al malbec, tiernísima gracias a una cocción larga. También los findes hacen costillares enteros que se ganaron el cariño de los vecinos.
“Armar el equipo fue muy difícil, tuve que traer a una amiga parrillera de Bariloche porque acá no conseguía”, dijo. Lo mismo destacó del resto del equipo: “cuesta encontrar gente apasionada por la atención al cliente”.
Del asado con amigas a cocineras profesionales
“Los fuegos siempre me gustaron”, confesó Natu Lalo a TN. Según explicó, la pasión por el asado le nació en los campamentos que hacían con la iglesia, cuando llegaba el momento de armar una fogata. Ver danzar las llamas sobre la madera es algo que la fascina: “Me puedo quedar horas mirando el fuego, para mí es como un psicólogo”.
Su primer asado lo hizo a los 14 con su hermana y un grupo de amigas. “Hicimos un fuego gigante, como para un pollo, para cocinar ocho patys”, se rio al recordarlo. Desde ese día, se convirtió en la gran asadora de su grupo de amigas, con las que mantiene el ritual de juntarse cada semana a comer lo que sea a la parrilla.
“Es la reunión, juntarnos lo más lindo, el asado es solo un pretexto para compartir un momento juntas”, aseguró- En su opinión, “la cultura del asado nace si de chiquito tus viejos se juntan a comer con amigos, es algo que lo mamás de chico y cuando crecés, hacés lo mismo”.
A Vane y Natu, siempre les gustó cocinar. “Como éramos siete en casa, no existía el delivery, era todo cocina casera. Aprendí los cortes de carne al acompañar a mi mamá a la carnicería”, dijo la maestra parrillera.
Apenas terminaron el secundario, las hermanas se metieron en gastronomía y a los 22 las hermanas se fueron de mochileras por Sudamérica. “Cocinamos en distintos países como Perú, Ecuador, Colombia, descubrimos otras culturas y productos”.
El viaje les ensanchó el paladar, pero también significó un quiebre: su hermana se puso de novia en Ecuador y decidió quedarse allí. “Me rompió el corazón, pero entendí que por más que seamos gemelas, cada una tiene su vida”, dijo Natu.
Un restaurante argentino en Ecuador
Durante seis años, Vanesa se las arregló como pudo, vendiendo empanadas en las calles y platos por delivery. Hasta que con sus ahorros logró abrir un restaurante argentino en una casa semi abandonada con un patio gigante en Salinas, una localidad ubicada a 150 km de Guayaquil.
Para concretizar el sueño del boliche propio, llamó a su hermana. “Nos recibimos de albañiles: picamos paredes, pusimos cemento, armamos el baño desde cero”, comentó Natasha.
Finalmente, el 31 de diciembre de 2018 el local abrió sus puertas a las 20. Los primeros clientes fueron una familia de 14 que pasaban por allí: “Éramos dos mujeres argentinas en la parrilla, con música argentina de fondo. Fue hecho a pulmón y lo valoraron. Aún me emociona cuando lo recuerdo”.
Talleres de asado y arte
Natasha tiene un proyecto propio llamado Piso 26, que lleva a cabo junto a su amiga la sommelier Gimena Barreiro en un departamento de Puerto Madero. La experiencia incluye “un menú de tres pasos, buenos vinos y pintura flúor en un salón a oscuras, con una vista increíble a la ciudad de Buenos Aires”.
Tanto Vanesa como Natasha disfrutan mucho de compartir sus conocimientos y dan talleres de asado. “Duran unas cinco horas y se ve desde cómo hacer un buen chimichurri hasta cómo cocinar distintos cortes. Es bien práctico y convival, termina como en un almuerzo familiar, pero sin familiares”, explicó la chef porteña.
Aunque las vidas de las gemelas siguieron distintos caminos, la conexión sigue muy fuerte. Se mensajean a diario y sueñan con juntarse en “un programa en las que las dos cocinemos y entrevistemos a jugadores de fútbol”.
“A las dos nos encanta el deporte”, afirmó Natasha, aunque dejó entrever una fuerte grieta en la sororidad: “Vane es de River y yo de Boca. Siempre le digo que se cayó de la cama”.
Las claves de un buen asado
Al ser consultada sobre el secreto de cómo lograr un buen asado, Natu fue tajante: “Hay que tener un buen proveedor de leña y carbón, no comprar el carbón en la verdulería que es de descarte. El carbón tiene que ser grande, no chispear”.
La otra clave es “tener un carnicero amigo, que te dé buenos cortes”. Y el tercer truco involucra directamente a quien cocine: “hay que tener paciencia, estar ahí y bancarse estar frente a las brasas”.
FUENTE TN