La sanjuanina tiene 26 años y su historia tiene una página de superación. En 2017 quedó cuadripléjica por un ejercicio físico y pasó de no sentir su cuerpo a tener que aprender a caminar. Una carrera que no abandonó y la ilusión de llegar a la Selección Argentina de Ciclismo Adaptado.
Constancia, perseverancia y resiliencia. En un año, la vida de la deportista sanjuanina dio un giro de 180 grados. De llevar una vida normal y de rutina, a estar internada por un dolor insoportable que de a poco fue consumiendo su cuerpo. Estuvo un mes en una sala y tuvo que volver a activar sus funciones. Es que fue diagnosticada con una cuadriplejía por el desplazamiento de tres cervicales. Magdalena Sergo (26) estudiaba el profesorado de Educación Física y de un día para el otro, tuvo que abandonarlo todo.
Anecdótico y un recuerdo fugaz al 2017. Magui cursaba el segundo año del profesorado de Educación Física en el ISEF (Instituto Superior de Educación Física), cuando en la materia Prácticas Gimnásticas, un ejercicio mal echo le produjo el desplazamiento de 3 cervicales. Un dolor insoportable y el comienzo de una pesadilla para la sanjuanina que vive en Rivadavia.
“Estaba haciendo uno de los tantos roles que hicimos en esa clase y se me desplazaron las cervicales 5, 6 y 7, dejando como diagnóstico una lesión medular incompleta. Se perdió la movilidad de todo mi cuerpo para abajo por lo que quede con una cuadruplejia. Ese mismo día fui perdiendo la movilidad progresivamente hasta que al otro día me internaron, no podía mover absolutamente nada de mi cuerpo“, recordó la joven a Tiempo de San Juan.
Magui remarcó que tardaron tres días en darle su diagnóstico de lesión de médula incompleta: “Esto quiso decir que había posibilidad de recuperación, con rehabilitación y medicación pude salir adelante“.
Al mes me pude parar por primera vez sola desde la posición de sentada. Todo el tiempo anterior me realizaban rehabilitación pero yo no podía mover nada
Sergo llevaba una vida normal antes del accidente en el profesorado, pero de un momento a otro, no pudo cursar más por un largo tiempo y ver… porque un ejercicio mal exigido, podría ocasionarle un nuevo problema.
“En ese momento mi vida cambió bastante, porque yo perdí todo ese año en el instituto. Perdí mi vida, porque pensé que no iba a poder estudiar más Educación Física, que no iba a poder ser profe“, afirmó. A los meses, se empezaron a activar sus funciones, y eso le permitió dar sus primeros pasos.
En principio no tenía control de mis brazos y del torso. Las piernas fueron lo que más rápido recuperé
Después de todo vino la internación domiciliaria y al tener que trabajar en casa con las 30 personas que la visitaban a diario, entre ellas, los 4 kinesiólogos.https://www.youtube.com/embed/Yzgig4mB7nE?feature=oembed
Fueron largos meses acompañada de profesionales y de su familia, quienes la atendían en todo e incluso para darle de comer. “En diciembre me empecé a sentir más independiente, ya no necesitaba ayuda. Los vasos que usaba eran de plástico, porque no me los podía“, aseguró la joven sobre el proceso eterno para volver a ser.
Al año siguiente y ya recuperada -sólo con algunas secuelas-, Magui tomó la decisión de retomar el profesorado de Educación Física en el ISEF. Fue un reto para ella y un secreto, porque sus padres no querían saber nada con que un mal movimiento le vuelva a causar lo mismo. Ya habían pasado mucho, pero ella no escuchó e hizo lo que le dictó su corazón.
“Decidí estudiarla a escondidas y a ellos les dije que iba a estudiar el profesorado de Biología, que de hecho hice el cursillo, entré para estudiarla y hacer paralelamente la de Educación Física. Ahí tuve que hablar con algunos profes para que puedan entender mis dificultades. Algunos deportes los aprobé dando clases, porque era muy perjudicial para mí tener que hacer los ejercicios“, expresó la profe que trabaja con adultos mayores y es docente DAI.
Hice las dos carreras de forma paralela, dejaba mi ropa con mis amigos y con mi novio, ellos me la lavaban. Así pasaron 3 años y cuando me tocó hacer la residencia, recién ahí les dije a mis padres que en unos meses me recibía. No lo podían creer”
CÓMO EL CICLISMO LLEGÓ A SU VIDA PARA TRANSFORMARLA
Magui nunca imaginó que su pasión estaba en el deporte de las ruedas finas. Llegó a él de casualidad y ahora está a punto de cumplir un sueño, el de los Juegos Parapanamericanos que se disputarán en Santiago el noviembre. Formará parte de la Selección Argentina en el Ciclismo Adaptado.
“Antes mi vida estaba dentro del atletismo, incuso saqué el primer puesto en Chaco con los 1500mtrs femenino. En unos juegos encontré a los chicos de ciclismo quienes me invitaron a probar y no lo dudé. Desde ese momento me encantó y no paré más“, aseguró Magui, quien se entrena todos los días junto a Willy Quinteros, el profe y guía también de Majo Quiroga en el tándem.
FUENTE EL TIEMPO