POR SEBASTIÁN SAAVEDRA
Aunque insiste en no ser considerado escritor, el periodista Hernán Dobry lleva ya seis obras en su haber. En este caso nos detenemos en su nuevo material “Los soldados judíos de Malvinas”, su último libro el cual nos cuenta de qué trata en esta jugosa entrevista.
– Contanos sobre tu nuevo material “Los soldados judíos de Malvinas”
Es un libro que viene a cerrar una historia que abrí en 2012 cuando publiqué “Los rabinos de Malvinas”. En esa obra me hice la pregunta “¿para qué llevar un rabino a la guerra?”, y los únicos que me podían responder eran los soldados. Encontré 24 casos para poder hablar del tema, y a partir de ahí se abrió una puerta inmensa.
Por otro lado, me inspiraba la memoria de la comunidad judía, qué implicaba el recuerdo de esa gente, y poder contar la historia con estos protagonistas vivos. También la memoria para la sociedad: hoy en día nos siguen estigmatizando a los judíos en algunos lugares preguntándonos si somos “judíos o argentinos”. El libro es la mayor manera de argumentar que todos somos defensores de la patria más allá de la religión que practiquemos.
Por último, también tenía una inquietud familiar de conocer la historia. Hay mucha gente que ni siquiera le había contado este pasado a su familia, y se terminan enterando porque una periodista le hizo preguntas al respecto.
– ¿Cómo fue el recorrido del libro?
En 2008 empecé a tomar testimonios, y de ahí en adelante fueron apareciendo casos de veteranos de Malvinas. Nunca pensé que el libro iba a tener más de 400 páginas, pero las historias eran jugosas como para darle el espacio que merecían. Esta propuesta se la presenté a la AMIA, porque entendía que debería haber una institución detrás, pero no les interesó, igual que a las grandes editoriales. Finalmente, el presidente de Hebraica se ofreció a editarlo con su vieja editorial. Así que era ahora o nunca.
“No me considero escritor, yo siempre soy y seré periodista, y escribo desde ese lugar. Un escritor, creo yo, es el que puede crear un mundo de fantasía, y no tengo esa capacidad. Tal vez sí la de reflejar lo que veo, pero no creo que eso me titule como escritor”
– ¿Cuál es tu opinión sobre la escritura en Argentina y en el mundo?
Amo la literatura, leo mucha ficción, pero puedo opinar como lector. Hay un tema central que tiene que ver con que por las crisis las editoriales publican menos libros, y aunque existe la posibilidad de hacerlo digital, mucha gente sigue consumiendo el libro en papel. Hoy buscan publicar libros que se venden, y a veces las obras buenas no tienen la oportunidad. “Los soldados de Malvinas” es un claro ejemplo de un libro que tiene que salir por una editorial alternativa; es parte de la crisis del mundo, y la situación económica hace más difícil todo.
– Yendo a un plano más superficial, ¿éste es el favorito de tus libros?
Mi libro preferido es el primero “Operación Israel: el rearme argentino durante la dictadura (1976-1983)”. Primero porque fue una investigación increible donde logré entrevistar a más de un centenar de militares, incluso la cúpula de la última dictadura, y he conseguido incluso contratos de venta de armas. No lo voy a poder superar, es un aporte muy grande.
El que más satisfacción me dio sin dudas fue “Los rabinos de Malvinas” porque generó un impacto mucho mayor, fue un trabajo muy grande conseguir a esos soldados, pero la satisfacción fue la recepción de la gente: viajé por todo el país para presentarlo y eso generó un impacto del cambio de la comunidad en relación a Malvinas. Me dio satisfacción personal que mi trabajo sirvió para hacerle bien a alguien.
– Lo que quieras agregar sobre el libro.
Cuando hablamos de Malvinas nos miramos en un espejo y nos vemos feos. No nos podemos olvidar de la tragedia, es un problema grande con los veteranos, pero por suerte como sociedad hemos cambiado, y los veteranos son vistos de manera diferente. Ya no son los “culpables”, sino que todos quieren recibir un veterano para rendirle homenaje. Los años de posguerra les hicieron sufrir demasiado, así que trato con este libro reconocer lo que se hizo mal, y lo que se hizo bien.