Desde hace siete años, Cintia y Sebastián son los dueños de una mascota muy particular: pesa 90 kilos, come frutas y verduras, y camina por la plaza con correa. “Lo tenemos super bien atendido”, dijeron.
Bondiola llegó a la vida de Cintia y Sebastián en 2016. Desde ese momento, todo cambió. Lo adoptaron cuando era muy chiquitito, en un momento donde no había tanta información sobre la raza, y debieron adaptar su rutina a la de la mascota.
Pasaron de convivir en un departamento de San Telmo a una casa con patio en Lanús; a compartir la cama con un nuevo integrante en la familia; y a proteger las puertas de la alacena y de la heladera, de las travesuras del animal.
“Le gusta demasiado dormir en la cama”
“Cuando nosotros adoptamos a Bondi, eran muy pocos cerditos en esta situación de mascota. Es un mini pig, de la raza Juliana y en redes estamos acostumbrados a verlos chiquitos; hoy está en sus 90 kilitos”, le contó Sebastián.
Según él, “en términos de vínculo” vivir con Bondiola es igual a tener un perro “porque es un animal extremadamente inteligente”. “Aprende a abrir alacenas, heladeras, te obliga a cambiar un poco la estructura de lo que uno está acostumbrado”, detalló.
El hombre reconoció que vivían en un departamento “creyendo ingenuamente que esa situación era posible”, pero con el tiempo se dieron cuenta de que el animal estaba molesto y necesitaba habitar un espacio más grande y verde. “Yo me lo llevaba a trabajar porque solo en el departamento no podía estar, renegaba, buscaba estar en compañía”, relató.
Además de ser una mascota, Bondiola tiene otras particularidades vinculadas a las comodidades que tiene en donde vive. “Le gusta demasiado dormir en la cama con cualquiera de nosotros. El esfuerzo es que duerma en su cama, pero le gusta el contacto con nosotros”, indicó.
“Desalentamos un poco la adopción”
Aunque “come de todo”, Sebastián y Cintia intentan que siga una dieta vegetariana, y ahora empezaron a incorporarle huevo a sus comidas diarias “para que tenga calcio”. “Queremos darle a él una buena calidad de vida, porque suelen vivir hasta los 30 o 35 años. Hay que estar atentos desde temprano para que él tenga una vida larga y lo más tranquila posible. Lo tenemos super bien atendido”, afirmó el dueño de Bondiola.
Desde una de las plazas de Lanús, contó cómo reaccionan las personas cuando lo ven paseando al animal con su correa. “Hay días que son tranquilos y otros, es como salir con Messi. Es nuestro chanchijo”.
En función de la experiencia de tantos años, Sebastián aconsejó a las familias que están pensando en tener en chancho como mascota. “Desalentamos un poco la adopción de los cerditos, porque hay que entender que tu vida cambia en torno a un cerdo y no sé si todos están conscientes de que esto es así”, recomendó.
“Necesitan tiempo, paciencia y es un compromiso para toda la vida, porque es una vida larga en comparación a otras mascotas”, concluyó.
FUENTE TN