El fotógrafo Maxi Jonas saltó a los medios por un video que conmocionó por su belleza. Una médica vio las imágenes, se dio cuenta de la afección que sufría en las cuerdas vocales y lo llamó. “Te voy a curar”, le aseguró.
Son un par de segundos de pura poesía. Una ballena franca austral se pone a jugar con una mujer sentada en una tabla de stand up paddle, la empuja, nada debajo. El baile acuático que el fotógrafo Maximiliano Jonas grabó en las aguas de Puerto Madryn a fines de agosto llegó a medios de todo el planeta y tuvo un impacto profundo en su autor.
Más allá de las entrevistas y del minuto de fama, le solucionó un grave problema que envenenaba su día a día: se estaba quedando sin voz. Según contó Jonas, “hacía más de seis años que estaba con la voz ronca y la forzaba para hablar”. Quizás porque estaba acostumbrado a expresarse a través de las imágenes, al principio no le dio mucha importancia, pero con el paso del tiempo, y casi sin que se diera cuenta, la afonía empeoró tanto que le complicaba la vida.
“Últimamente, ya en muchísimas situaciones me quedaba callado, porque por más que hiciera un esfuerzo, no se me escuchaba o salía la voz”, explicó el hombre de 43 años. También le generaba dificultad para respirar.
“Esa voz es típica de papilomas”
El fotógrafo y reportero gráfico consultó a varios médicos de Puerto Madryn, pero nadie encontraba el origen del problema. “La última vez estuvieron a punto de operarme de la nariz, que tenía carnes crecidas, imaginate”, dijo.
Una nota publicada en el diario Clarín sobre cómo se hizo el video viral fue clave para el desenlace feliz de la historia. En ella, el periodista Carlos Guajardo describía la dificultad que tenía Jonas para hablar. El artículo lo leyó el marido de Iris Rodríguez, médica laringóloga del Hospital Italiano de Buenos Aires y fundadora de la Sociedad Argentina de la Voz. “Le dijo, ‘Iris, ¿viste esto? Dice que nadie le da en la tecla con la voz’”. Ella obtuvo su contacto y lo llamó.
“Escuchando mi voz sabía el diagnóstico, lo confirmó mirándome con una cámara especial. ‘Esa voz es típica de papilomas, me dijo”, contó Jonas.
Que atendiera el teléfono ese día fue una casualidad. “Eran casi las 11 de la noche y por esa época me llamaban todo el tiempo de todos lados, a veces no atendía. Estaba cenando con mis hijos”, recordó Jonas. Pero “algo me dijo que tenía que atender”, agregó.
“Hola, no me conocés, me impactó lo que pudiste registrar con esa ballena, pero no puede ser que tengas la voz así, soy la doctora Iris Rodríguez y te quiero tratar, te voy a curar”, le dijo la médica, que Jonas calificó de “mujer increíble”. “No entendía nada, me asusté, me emocioné”, comentó sobre su reacción. Fue un alivio, por fin sabía qué era lo que le pasaba.
Cómo fue la operación de Jonas
El miércoles 23 de febrero, Jonas fue finalmente operado de los papilomas en las cuerdas vocales en el Hospital Italiano. Fueron casi cuatro horas de microcirugía láser. Y luego, una gran bocanada de aire. “Lo primero que sentí cuando salí del quirófano, aún con efectos de la anestesia, fue que respiraba impecable. No me había dado cuenta lo complicado que estaba con esto”, dijo Jonas.
El fotógrafo dijo que ya pasó por dos controles y mañana, antes de volver a Madryn, tendrá su primer contacto con los fonoaudiólogos. En el medio también le hicieron tomografías para ver que no haya papilomas en otros lados ni que estén reapareciendo en sus cuerdas vocales.
Según Jonas, la recuperación “viene perfecta”. Las cuerdas vocales “tardan un mes en volver a cicatrizar y luego 6 meses en recuperar su mucosa natural”.
Pasaron poco más de seis meses desde que una mañana soleada de agosto Jonas sorprendió con un drone el dulce encuentro entre una mujer y una ballena franca austral. “Es increíble lo que puede pasar con un video viral”, comentó el fotógrafo, que siente que todo se lo debe al mamífero gigante.
“Todo el mundo estaba alucinado con esa ballena que empujaba esa tabla. Jamás pensé que el empujón me lo estaba dando a mí, y con mucha fuerza”, escribió en su Instagram. Ironía del destino, y como un guiño a la historia de la Biblia, a Jonas lo salvó una ballena.