Es ciega y ha participado años anteriores de la Regata Anual “Mujeres al Viento” que se lleva a cabo en el 400 Yacht Club de Córdoba, y que esta vez tendrá lugar el sábado 12 de marzo.
El 400 Yacht Club Córdoba es uno de los clubes náuticos más importantes del interior del país. Allí se realizó la Regata Anual “Mujeres al Viento“, en donde se destaca la categoría de embarcaciones tripuladas 100% por mujeres.
El evento tuvo lugar en las instalaciones del club a orillas del Lago San Roque, en Villa Carlos Paz y participaron más de 500 personas, tanto profesionales como aficionados al deporte náutico en general.
Vanesa Fundaro tiene 39 años y es licenciada en Comunicación Social y locutora nacional. Es amante de la música y de las actividades deportivas. Hoy en día una de sus pasiones son los deportes náuticos como el kayak y la vela en menor proporción. Ella es ciega y ha participado de esta Regata para mujeres en ocasiones anteriores junto a la tripulación del Leandro, un náutico microvolquer.
Asegura que las veces que lo ha hecho es de “caradura” y se anima por diversión. “He corrido con un grupo fijo que lo hacemos por diversión y está lejos de la cuestión competitiva. El lema principal es divertirse“, asegura. Su familia tiene un velero, y desde hace unos 20 años tiene conocimiento sobre regatas y navegación. “Hay que estar muy atento porque un mínimo error podría ser un accidente grave y se trata de no pasar un mal rato. Mi rol en el Leandro era ajustar y soltar la vela de adelante y el dueño del barco me tenía mucha paciencia“, destacó.
Ceguera y barco
“El equipo mío, la tripulación del Leandro somos todos amigos y me han cuidado mucho sin una sobreprotección excesiva”, asegura. En ese sentido, agradece mucho la confianza y el apoyo de quienes la rodean que le dan más autonomía y respetan sus decisiones. Además de saber de embarcaciones grandes, Vanesa es una amante del Kayak, maneja un modelo finit que se ajusta al cuerpo para evitar que entre agua. “No le tengo miedo al agua, tengo salvavidas, nadar sé y sé defenderme y disfruto mucho el estado de relajación que da el agua“, asegura.
De las regatas anteriores tiene grandes recuerdos, de mucha jocosidad y algarabía. “La regata del Día de la Mujer despierta eso, disfraces, colores. Nunca llegó a ser una cuestión de decir tengo que ganar si o sí“, comenta.
“Uno trata de divertirse igual que los demás y tengo un profundo agradecimiento a quienes acompañan y toman el riesgo de que uno pueda experimentar distintas cosas, sino no cruzamos ni la calle“, concluyó.