La abuela había prometido tatuarse una imagen en el brazo si su nieto Pedro cumplía un objetivo.
Libia Guerreiro do Valle tiene 91 años, es de Brasil y se atrevió a hacer algo que pocas personas de su edad se atreven. Todo, con tal de cumplir una promesa que hizo a su nieto: si él entraba a la Universidad, ella se haría un tatuaje.
Nunca es tarde para probar nuevas experiencias, ni siquiera para un adulto mayor. Y un ejemplo es Libia.
Décadas atrás, por la cabeza de la abuela oriunda de Goiania, Brasil, jamás hubiera pasado la idea de marcar su cuerpo de forma permanente.La abuela Libia Guerreiro do Valle luego de hacerse el tatuaje en el brazo.
Sin embargo, fiel a su palabra, le había hecho una promesa vinculado a ello a su nieto y estaba decidida a cumplirla. Es por eso que ahora lleva en su brazo derecho la imagen de Nuestra Señora de la Concepción Aparecida, virgen de la cual la anciana es devota.
Tatuaje por el nieto de 19 años
Pedro Henrique Guerreiro de Queiroz, el nieto menor de Libia, de apenas 19 años, tenía la intención de estudiar la carrera de Medicina. Por tal motivo, su abuela le prometió que si lograba ingresar se haría un tatuaje. Y Pedro terminó siendo preseleccionado, nomás
“Le dije que estudiara mucho, hiciera su parte y le prometí que si aprobaba me haría un tatuaje. Ni a los 20 ni a los 90 me imaginé que me haría un tatuaje. Eso fue porque lo prometí, y las promesas tenemos que cumplirlas”, contó Libia para Metrópoles.
Todo el proceso demandó unas dos horas, y Libia lo atravesó con suma tranquilidad, lejos de cualquier sacrificio o momento traumático.
Libia se tatuó la imagen de Nuestra Señora de la Concepción Aparecida, virgen de la cual es devota.
“No sentí ningún dolor. Mis hijas fueron conmigo, estaban todo el tiempo hablando, sonriendo. Veo gente en los informes diciendo que sufrieron mucho dolor, pero cada una lo siente de una manera diferente, unas sufren más, otras menos. Yo no sentí nada”, aseguró al medio local.
Más allá de promesas y posibles sacrificios, la abuelo jura que quedó encantada con el resultado del tatuaje. “Gracias a Dios, quedó muy lindo. Lo hice en el brazo”, aclara la mujer con tres hijos, nueve nietos y cuatro bisnietos.
La promesa de Pedro
En la familia aseguran que la experiencia sirvió para estrechar aún más el vínculo entre la abuela y el nieto. Aunque la mala noticia, es que cuando Pedro comience sus estudios deberá mudarse a otro estado y alejarse de los suyos. Libia es oriunda de Goiania, Brasil.
Como era de esperar, después de la muestra de Libia, al joven estudiante no le quedó otra alternativa que hacer también una promesa: regresará con frecuencia a visitar a su abuela.
FUENTE CLARIN