Se llama Roberto Marsal, tiene 33 años y nació en España. A finales de 2020 dejó su trabajo para dedicarse a crear contenido para sus redes sociales: casi la totalidad de sus seguidores son argentinos. Las razones de su éxito y lo que aprendió de la cultura argentina
Roberto Marsal nació en Salamanca, un municipio establecido en el oeste de la capital española, hace 33 años. Aún vive ahí. Hasta finales de 2020 trabajaba como perito en evaluación de daños por catástrofes o desastres naturales. Descubrió, en aquel entonces, que se pasaba todo el día sentado en una silla de su casa: las ocho horas que le deparaba su trabajo formal en formato home office y las horas restantes del día que le dedicaba a grabar y publicar videos en plataformas y redes sociales. Eran las doce de la noche y desde temprano se ocupaba de atender sus dos trabajos: el tradicional y el que había descubierto.
En 2018 había iniciado su carrera como youtuber: era una reacción a una batalla de gallos, un video del Quinto Escalón, una competencia de rap que se convirtió en una comunidad, fundada y organizada en el Parque Rivadavia del barrio de Caballito. “Me gustaba mucho, empecé a comentarlo y a través de los comentarios me fijé que había muchos argentinos que me decían ‘Marsal, ¿por qué no también reaccionas a la hinchada de River? Marsal, ¿por qué no comentas este vídeo sobre el asado argentino?’”. Así empezó Marsal, que ya presume de 470 mil seguidores y casi dos millones de likes en Tik Tok, 202.000 suscriptores y 543 videos en YouTube y 162 mil followers en Instagram. Los números de un auténtico influencer.
Su éxito se sostiene por la penetración en la cultura argentina. En España, su país, no es conocido. En Argentina, lo paran en la calle. Recuerda la vez en la que un joven se bajó del colectivo solo para saludarlo. “¿Por qué haces eso?”, le preguntó el español. “No me siento famoso, me siento una persona ligeramente conocida. Si ves algún vídeo mío, yo encantado, ¿sabes? Pero no estoy acostumbrado a la fama”. En uno de sus recientes videos, jugó a ver si lo reconocían en la cancha de River en un lapso de pocos minutos: más de diez hinchas lo pararon para saludarlo. Su experimento fue exitoso.
De Argentina, confiesa, disponía de un conocimiento previo. Tiene dos amigos españoles con familia argentina. Pero, en verdad, la culpa la tuvo un docente marplatense. “Cuando era pequeño, en una escuela de Salamanca tuve un profesor. Tenía como ocho o nueve años, nunca lo recuerdo bien. Él era argentino, de Mar del Plata. No sé muy bien por qué nos hablaba de Argentina, pero a mí siempre me llama mucho la atención. Siempre que podía, aunque su asignatura no era historia, aunque su asignatura no era hablar de Argentina, cada vez que podía nos hablaba de su país. Esa fue la primera referencia que yo tuve de Argentina en un momento en el que no existía la posibilidad de mirarlo a través de Internet. Yo tengo 33 años y cuando tenía ocho, no teníamos tantas cosas como ahora. Y yo me tenía que fiar de lo que esa persona me decía y lo contaba con tanta pasión. Poco a poco dije ‘qué interesante Argentina’, porque si me lo está contando con tanta pasión, tiene que ser algo muy interesante’”.
En los comentarios de sus videos halló la clave. Eran las pistas para seguir metiéndose en la marea virtual argentina. “Yo me fijaba en los comentarios. Si había un comentario que tenía 200 likes y me decía ‘Marsal, reacciona al partido de Argentina contra este otro equipo’, lo hacía. El siguiente comentario, el que más likes siempre tenía: ‘Marsal, reacciona a este vídeo de Locos por el Asado’. Lo hacía. Y a la gente eso le encantaba. También les hará gracia que lo haga con mi acento, porque habrá palabras a lo mejor que utilizo yo muy españolas. Y les empezó a gustar mucho y la gente empezó a tener confianza en lo que yo decía, en lo que yo expresaba y ya me pedían de todo”.https://imasdk.googleapis.com/js/core/bridge3.566.2_es.html#goog_16538301850 seconds of 1 minute, 28 secondsVolume 0% El influencer español que trabaja de reaccionar a las costumbres argentinas y su fascinación por el consumo de helado.
De la batalla de freestyle continuó por el fútbol, una insignia cultural bien argentina: miró y se sorprendió ante videos de hinchadas, de partidos, de clubes, de barras bravas. Se reconoce fanático de River Plate y del Real Madrid, su ídolo es Ángel Di María y aún se sorprende por la forma en la que el hincha argentino siente el deporte. Del fútbol viró a la gastronomía y en ese área está su publicación más viralizada: la sorpresa con la que un español relata cómo, cuándo y cuánto se consume helado en Argentina.
Su video tiene 2,4 millones de visualizaciones. En él se pregunta: “¿Qué concepto se tiene de tiene de los helados fuera de Argentina? Un cucurucho, una bola de fresa y si tienes mucha hambre, otra de vainilla o chocolate y ya está. El problema es que esto en Argentina es muy poco”. En diálogo con Infobae, cuenta: “En España tenemos helado en los supermercados, pero son helados industriales, y a lo mejor no están tan ricos como los de Argentina, que son artesanales y están súper ricos. Y luego también, por ejemplo, en invierno en España casi nadie consume helado. Sé que en Argentina son prácticamente los 12 meses del año, o sea, cuando te apetezca. Lo he contado en un video como una curiosidad y la gente me comentaba ‘pero ¿cómo puede ser eso extraño?’. Y yo dije que sí, que es muy extraño”.
Lo que ya dejó de ser extraño es el asado. “Todos los fines de semana en mi casa intento comprar algo de carne, juntarme con mis amigos y hacer un asado. A lo mejor no hago esos asados tan grandes, tan argentinos, que son para siete personas, pero parece que son para viente”. En su segunda visita al país, volvió a comprobar que hay una semejanza entre el ciudadano argentino y el español: el cariño, el sentido de la amistad, las salidas. Ya conoce Buenos Aires, Mar del Plata, la ciudad de La Plata, las Cataratas del Iguazú y añora recorrer Mendoza y Córdoba en esta segunda visita.
Desde el último trimestre de 2020, cuando dejó su trabajo estable en España, se abocó por completo a su rol de influencer: trabaja de reaccionar a videos relacionados con las costumbres nacionales. Gana dinero mediante acciones con empresas argentinas o españolas interesadas en llegar al público. Ya conoce la devoción por el mate, el extraño placer por la pizza fría, las vivencias en las canchas y aprendió que el argentino puede criticar a su país sin miramientos pero no permite que un extranjero lo haga.
FUENTE INFOBAE