Frida, la chancha que iba a ser rifada y se salvó gracias a dos personas que compraron todos los números

Mundo animal Slider costado

La cerdita fue rescatada y vive ya hace dos años en un refugio en Colonia Segovia, Guaymallén, en donde la cuidan, la alimentan y está en constante vínculo con otros animales.

Aveces, hasta para los más indefensos los milagros llegan; así pasó con Frida, una cerdita que iba a ser rifada para Navidad hace dos años hasta que una pareja de amigas se solidarizó y decidió comprar todos los números para rescatarla.

Ellas son Julieta Espinosa y Yamila Vega. Julieta no es activista ni vegana, pero ama a los animales y cuando se enteró de la rifa no dudó en pedirle ayuda a su amiga Yamila, quien es vegetariana y proteccionista y conoce contactos y refugios a donde llevar animales rescatados.

Todo comenzó cuando Miguel, empleado de limpieza del complejo Palmares en Godoy Cruz, comenzó a vender rifas días antes del 24 de diciembre entre empleados. En ese momento, Julieta trabajaba allí en un local y fue persuadida por Miguel para que le compre un número.

En el intento de convencerla le mostró una foto y un video del premio: una cerdita de pocos meses lista para carnear en navidad. Sin embargo, Julieta, horrorizada, no podía creer lo que estaba viendo.

Aunque no es vegana, se le “rompió” el corazón. “Qué espanto”, pensó e inmediatamente se puso en campaña a contrarreloj para salvar al pobre animal. El plan era comprar todos los números antes de que se hiciera la rifa dos días después. Para lograrlo, le pidió ayuda a Yamila, quién trabajaba también en el centro comercial.

Aunque no fue fácil, Frida fue rescatada y llevada a un refugio de animales.

Ambas emboscaron al empleado de limpieza y le comunicaron que se llevaban todos los números, los cuales sumaban un total de $10.000, monto que en 2021 significaba mucha plata. No obstante, por el “boca a boca” de las chicas realizaron una colecta a la velocidad de la luz y recaudaron todo el dinero antes del 24.

El plan, dividido en dos partes, ya había superado la primera etapa; pero aún les faltaba la segunda y más importante: el rescate propiamente dicho. No fue nada fácil debido a la distancia y la logística, además de que Julieta debía trabajar ese día. Pero Yamila se puso manos a la obra y organizó todo lo necesario para ir a salvar a Frida.

CÓMO FUE EL RESCATE DE FRIDA, LA CERDITA MENDOCINA QUE CASI FUE SACRIFICADA EN UNA NAVIDAD

“Pagué la nafta del vehículo de un amigo que se ofreció a buscarla y emprendimos la marcha. Nunca olvidaré el calor que hacía ese día ni las deplorables condiciones en las que estaba esa chanchita, que no dejaba de llorar. La amé apenas la vi y la sigo amando. Hoy la seguimos visitando con frecuencia para llevarle frutas y tortitas y puedo asegurar que es una gorda muy hermosa e inteligente”, contó Yamila en diálogo con Infobae.

“Un horror, una cosa horrible. Ojo, no juzgo a nadie y este señor se las rebusca para sobrevivir como mucha gente, pero soy vegetariana y me pareció muy terrible. Mi amiga Julieta, en cambio, come carne, pero igual siente un amor especial por los animales y juntas solemos colaborar con refugios, estamos siempre atentas al bienestar animal”, agregó al recordar el momento en que la rescataron.

 “Claro, ir a rescatarla no fue fácil, sino más bien un acto de espionaje. Por las condiciones paupérrimas donde vivía, en una villa miseria de Godoy Cruz, de extrema vulnerabilidad, creemos que había sido robada. Era un lugar sucio, horrible y estaba al rayo del sol y sin agua. Fue todo muy rápido, ni siquiera le vimos la cara a las personas que estaban allí. La cargamos a la camioneta de manera fugaz mientras el animal no dejaba de llorar”, expresó.

Comentan las chicas que fue mucha la gente que se solidarizó por la causa y que colaboró para recaudar los $10.000. Generó gran esperanza el saber que la sociedad a veces se involucra en causas nobles como esta que tienen que ver con la protección animal.

Frida en el refugio de animales.

DÓNDE ESTÁ FRIDA AHORA

La pequeña Frida, que ahora tiene dos años, vive actualmente en un refugio en Colonia Segovia, Guaymallén llamado “La casita de Lula” que lleva ya varios años en funcionamiento, recibiendo animales rescatados de distintos rincones de la provincia.

Yamila contó también que “Todo resultó bastante turbio, pero afortunadamente logramos rescatarla a tiempo. Llegamos al refugio y la estaban esperando. Le costó adaptarse, pero por suerte había otro chancho, Reinaldo, y más tarde llegó otro más, Jaime. Ambos en las mismas condiciones que Frida”.

La dupla de amigas visita reiteradamente a su cerdita y comenta que “hoy, cuando la visitamos, no podemos creer los cambios. Le llevamos frutas, verduras, hasta tortitas y pan casero y ella nos hociquea las bolsas porque sabe que siempre tenemos comida de regalo”. Había perdido a su perro hacía años, pero descubrió en las redes que fue rescatado y se reencontraron.

Aunque cuentan que le costó mucho habituarse al nuevo espacio y confiar en sus cuidadoras, Frida finalmente tuvo su final feliz. Mientras tanto para Miguel, el propulsor de la rifa, esto le dejó una gran enseñanza, y aprendió que para juntar dinero puede rifar muchas cosas, menos una vida.

FUENTE VIA PAIS

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