La iniciativa #ChauGrasasTrans propone un límite máximo al contenido de grasas en productos industriales como margarina, galletitas y snacks que, según especialistas “ocasionan más de 500.000 de muertes cada año”.
Organizaciones de consumidores y especialistas en nutrición avanzan en una campaña que busca modificar el ordenamiento legal para reducir las porciones de grasas trans y eliminar los aceites hidrogenados en la producción industrial de alimentos.
#ChauGrasasTrans
La campaña #ChauGrasasTrans -de ella se trata- es impulsada en la Argentina por la Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables (Fundeps), la Sociedad Argentina de Nutrición y Alimentos Reales (Sanar) y la organización “Consumidores Argentinos”, e impulsa un cambio en la normativa de la Comisión Nacional de Alimentos (Conal) para establecer un límite máximo al contenido de grasas trans de producción industrial del 2 por ciento respecto a las grasas totales en todos los productos, incluyendo aquellos que son utilizados como ingredientes y/o materias primas, además de prohibir el uso del aceite parcialmente hidrogenado.
Maga Merlo Vijarra, co-coordinadora del área de salud de Fundeps, dijo que “la cantidad máxima de grasas trans de origen industrial permitida en los productos alimenticios se encuentra regulada por el Código Alimentario Argentino (CAA)”.
Además, agregó que “el 21 de enero de este año se introdujo una modificación en virtud de la cual se dispuso que el contenido de ácidos grasos trans de producción industrial en los alimentos no debe ser mayor a: 2 por ciento del total de grasas en aceites vegetales y margarinas destinadas al consumo directo y 5 por ciento del total de grasas en el resto de los alimentos”.
“Pese a que la reciente modificación tuvo como una de sus principales motivaciones incluir a las materias primas dentro del límite del 2 por ciento, sigue dando lugar a interpretaciones diversas que avalan que las mismas tengan el mismo límite que el resto de los alimentos (5 por ciento). Esto hace que las empresas puedan jugar entre ambos porcentuales“, señaló.
Merlo Vijarra sostuvo que, “a partir de reuniones concertadas con diversas bromatológicas del país, supimos que existen ciertas falencias respecto al monitoreo y vigilancia de los productos en boca de expendio. De acuerdo a lo que se ha podido constatar, esta situación, en parte, obedece a la dificultad que tienen las bromatológicas para acceder a financiamientos de tecnología que les permita llevar a cabo los análisis químicos pertinentes, así como a la falta de personal capacitado“.
“En septiembre, desde Fundeps, Sanar, FIC Argentina, Fagran y Consumidores Argentinos presentamos una propuesta ante la Comisión Nacional de Alimentos (Conal) para que la Argentina avance hacia una regulación de grasas trans más restrictiva y que prohíba el uso de aceites parcialmente hidrogenados. Se planteó: establecer un límite máximo al contenido de AGT (ácidos grasos trans) de producción industrial del 2 por ciento respecto a las grasas totales en todos los productos, incluyendo aquellos que son utilizados como ingredientes y/o materias primas; y prohibir el uso del aceite parcialmente hidrogenado“, subrayó.