Lejos de limitarlo, el trastorno sensorial con el que nació Gastón Gómez le dio fortaleza para brillar en un extenso tour representando a la Argentina. Implantado a los 11 años, se perfeccionó como bailarín en un grupo de danza y bombos de alto impacto
“A los 3 años me detectaron que ya no escuchaba del oído izquierdo, estuve 9 meses sin oír nada, me pasó en un momento de levantarme y decir ‘hoy no escucho’, hasta que a los 11 recibí un implante coclear que hizo que pudiera recuperar parcialmente el sentido”, recuerda Gastón Sebastián Gómez, un joven con hipoacusia, quien, a sus 24 años recorrió poco más de dos años el continente asiático cosechando éxitos junto a Malambo Company, compañía de entretenimiento.
Muchas veces el arte rompe barreras y pasa de ser un modo de expresión a un medio de vida, un vehículo para ver el mundo y conectarse con culturas lejanas e impensadas. Esto le sucedió a él, hijo mayor de la familia conformada por su madre Olga, papá Abel y los hermanos Alina y Ramiro, creció y actualmente vive en Carlos Spegazzini, provincia de Buenos Aires, más precisamente en el barrio Tres Américas.
Su historia
Hace un año y cuatro meses está de novio con Florencia, con quien eran amigos y el amor los unió, a pesar de los 17.356 kilómetros que separan Buenos Aires de Vietnam, donde permaneció en su viaje. Gastón da clases relacionadas al Folklore a niños en Guernica, “para poder ayudarlos de alguna manera después de la pandemia a que se sientan libres, darles actividades que los hagan pasar bien buscando difundir las tradiciones argentinas, es algo muy lindo”, contó. En sus tiempos libres aprovecha para tomar cursos online de lenguaje de señas y explica: “quiero vivir en un entorno en el cual todos nos sintamos de igual a igual, y a eso voy a apuntar los siguientes años de mi vida”.
Aunque nació con hipoacusia neurosensorial bilateral profunda, recién comenzó a ver disminuida su audición en 2008. Solo un año después, el pequeño recibió su implante en el oído izquierdo, porque “no tenía recuerdo alguno de haber escuchado de ese lado, el encendido del dispositivo fue un mes después, hice la rehabilitación”, narró. “Me costó escuchar sobre todo reconocer palabras e integrarme en ambientes ruidosos pero, de a poco y con las consultas, calibraciones y ajustes correspondientes, pude estrenar ese lado”, amplió.
Gastón se trata de una persona responsable y aplicada, fue siempre un excelente alumno. Siempre asistió a escuelas comunes y recibió el apoyo de todos sus compañeros y directivos/cuerpo docente de los institutos a los que fue. En la secundaria ya era más independiente, “dejé de pedirle ayuda a mi madre con las obligaciones del colegio, me ha costado en su momento socializar con mis ex compañeros debido a la exclusión que sufría con algunas personas, más precisamente de los varones. Pero no me dejaba llevar por esas actitudes. Me preocupaba por mi futuro y me enfocaba en ello. Además, los seis años del secundario los cursé junto a mis primas y siempre me sentí acompañado, fue importante en lo emocional”, recuerda.
El joven es, sin lugar a dudas, un talentoso bailarín apasionado por el Folkore y los videos lo permiten apreciar. No solo eso, sino que también fue convocado -por su increíble habilidad, aptitud y capacidad – para formar parte de una gira por el Sudeste Asiático en la que cosechó la ovación y los aplausos de miles y miles de vietnamitas, y puede contar la experiencia de haber vivido dos años y medio en el país que es recordado por la famosa guerra que lo enfrentó nada más ni nada menos contra Estados Unidos.
Gastón todavía siente que está tocando el cielo con las manos por haber podido vivir esa experiencia. Hace lo que más le gusta, bailar, y comparte su arte con el público del mundo. Una gira que iba a durar seis meses se extendió debido al éxito y Malambo Company, el grupo al que pertenece, estuvo girando por Vietnam dos años y medio en total. Recientemente llegó de vuelta a Buenos Aires, Argentina, se pudo reencontrar con su familia, amigos y pareja. Siente que ellos son su norte, y se le quiebra la voz por momentos al hablar de ellos. “Hoy en día gracias a todas estas personas yo soy quien soy. Tengo todo para agradecerles en la vida, sin ellos no soy nada, les debo mucho”, sintetiza.
Con una carrera inmensa por delante, espera seguir creciendo, perfeccionándose, con más herramientas para seguir bailando. Es una meta personal y profesional. “Con predisposición, respeto y actitud, se puede lograr lo que cada uno se proponga. Persigan sus sueños. La única persona que puede ponerse límites es uno mismo. Y siempre hay que superarlos y apuntar más lejos. Nada es imposible”. Así lo resume Gastón Gómez con simpleza, profundidad y sabiduría.
El momento del encendido del dispositivo
“Cuando ya era candidato me hice todos los estudios correspondientes, y finalmente llegó la fecha de la intervención y un mes después tuve el encendido. En mi caso, como no escuchaba del lado izquierdo, opté por escuchar por ese mismo lado, porque era algo que yo nunca había sentido y quería vivir, cómo era esa parte de mi cabeza de la cual no tenía absoluto conocimiento. Fue algo muy extraño, era escuchar una forma robótica de a poco, sentir esa emoción de volver a escuchar que en un momento parecía para mí y para toda mi familia inalcanzable. Fue creer en algo que no sabés a ciencia cierta si va a ser posible o no. Se dio de esa forma, afortunadamente”.
La música en su vida
“La música fue algo fundamental en mi vida. Y más en conjunto con la danza. Me ayudó a entrenar mi oído, a poder agudizar, encontrar tiempos, ritmos, acostumbrarme a los volúmenes fuertes que a veces la caracteriza. El arte fue fundamental para poder facilitarme todo esto que diariamente lo entrenás y no te das cuenta, me ayudó a agudizar ese aspecto muchísimo. Junto con la danza, la música me ayudó mucho en la vida diaria, ya que estás todo el tiempo entrenando los sentidos. De hecho incluso hay momentos en los que encuentro los tiempos -de piezas musicales- más rápido que una persona que escucha normalmente. También fue un camino que me ayudó a abrirme camino en lo que respecta a desenvolvimiento en la sociedad”.
Su consejo
“Primero a esas personas que tengan esta condición que nos tocó vivir, que si tienen alguna meta en su vida, algún proyecto, algún sueño, no lo suelten por nada en el mundo. Porque así como cumplí el mío que lo veía imposible para mi vida, si yo lo pude cumplir, por qué los demás no lo harían. Hay que lucharlo, trabajarlo, no soltarlo, hay que trabajarlo, si lo querés alcanzar realmente va a llegar en algún momento. Sobre todo, esto es muy importante, para las familias de esas personas, que los apoyen, acompañen, que sí son capaces, que no tenemos límites y esas limitaciones las ponemos nosotros mismos. Siempre hay que apuntar lo más alto posible. Si en algún momento querés llegar a ser médico por ejemplo lo vas a lograr, nada te limita. El apoyo de la familia es fundamental, así como también la de los amigos”.