Hace 13 años, la Asamblea General de la ONU reconocía a nivel internacinal la exhaustiva labor que realizan las mujeres día a día en el ámbito rural, su papel decisivo en el desarrollo, la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza, y en la enseñanza de miles de chicos y chicas.
En Argentina, el 50% de la población rural está representada por mujeres que labran la tierra, cuidan los animales, procesan la materia prima, plantan semillas que alimentan a pueblos enteros, y proveen de educación y tareas de cuidado. El rol de las mujeres rurales resulta fundamental en el camino hacia la igualdad, el empoderamiento y el ejemplo de fortaleza y compromiso. Muchas veces, trabajan en condiciones inhóspitas y desprovistas de elementos necesarios,
Como ya hemos visto en la nota de Grupo Tateti, las escuelas rurales de Argentina albergan a niños, niñas y adolescentes que residen en pequeños parajes o pueblos alejados de las ciudades y ligados a las actividades agropecuarias. Muchos de estos alumnos pasan el día entero en las escuelas, incluso algunos residen en ellas.
En la Argentina, unas 15.000 escuelas rurales reciben entre 10 y 150 alumnos que, en muchas ocasiones, comparten la sala en un plurigrado donde un docente imparte clases en varios niveles y áreas. Durante la pandemia, este número se redujo notablemente, ante los problemas económicos que sufrió el rubro agro y la escasa conectividad a internet de las zonas, muchos alumnos vieron complicada la tarea de cumplir con los planes de estudio.
Es por esto que mujeres como Karina Barrionuevo, Rita Ponce y Daniela Teves dedican su vida entera a enseñar en la escuela rural número 1088 del Paraje Recreo, en la provincia del Chaco, dejando a sus familias en sus ciudades natales para resguardar a niños y niñas de pueblos aledaños a la escuela.
En diálogo con Karina, nos contó su experiencia como directora, maestra y mujer rural.
– ¿Cómo llegaste a desempeñarte como maestra y directora de la escuela rural N° 1088 del paraje El Recreo, en la provincia de Chaco?
+ Soy maestra maestra desde hace 9 años, primero estuve trabajando en la escuela Nº 925 del paraje La Nación y esta escuela era un anexo. Luego en el 2017 se independiza y se crea una nueva escuela 1088, donde soy designada el 10 de octubre de ese año como directora interina de 3ra categoría, con alumnos a cargo.
– ¿Qué es lo que más disfrutas de enseñar en el ámbito rural?
+ Bueno lo que más disfruto siempre desde que me recibí es trabajar en zona rural porque me gusta el campo, toda la comunidad me gusta, los alumnos, que no están contaminados con la tecnología, me gusta el trabajo docente que realizo aquí en el paraje porque no solamente es trabajo docente, si no también social social porque el director en el campo es todo, es enfermero, es médico, cura, y eso me encanta.
– ¿Cómo es un día en la escuela? ¿Qué actividades realizan?
+ Bueno un día en la escuela comienza con la llegada de los chicos que vienen de todas las formas, en bici, en moto, algunos a lomo de caballo ya que no hay acceso directo desde la ruta. Tanto los del turno mañana como los del turno tarde comen acá, desayuno almuerzo y almuerzo merienda, y en el medio charlamos de lo que han hecho en sus casas el día anterior o durante el fin de semana. Nos interesa mucho saber cómo son también fuera del establecimiento para entenderlos mejor. Tanto chicos como chicas juegan mayormente al fútbol, mientras que los mas chiquitos eligen leer o jugar con sus juguetes. Siempre estamos con las maestras trabajando con proyectos, hacemos exposiciones, e incentivamos a los alumnos a que hagan exposiciones sobre algún tema de interés para sus compañeros. También, organizamos jornadas con profesionales en las que hablamos sobre temas mas sensibles como drogas y violencia.
– ¿Qué aspectos modificarías de la enseñanza rural y cuáles reivindicas diariamente?
+ Me gustaría que nuestra enseñanza se equipare mas a la del pueblo en el sentido de que podamos tener internet para que los chicos puedan trabajar con su computadora, el gobierno nos proveyó de máquinas pero no tenemos acceso a internet para que los chicos aprendan a bajar información, hacer un trabajo práctico, una monografía. Y lo que reivindico es el esfuerzo y las ganas que le ponemos las tres docentes que siempre estamos con muchas ganas, implementando cualquier novedad para los chicos. Hoy en día nos están refaccionando la escuela porque estaba en mala condición y estamos dando clases debajo de un árbol en la cada de una de las maestras para continuar dando apoyo pedagógico a nuestros niñitos.
– Por último, qué le dirías a todas las mujeres rurales de Argentina que aportan cuestiones de impacto positivo para las personas que viven en esos lugares?
+ Justamente somos 3 docentes las en la que están trabajando en el paraje El Recreo, Rita Ponce de 57 años, que tiene su familia en Santiago Del Estero, yo de 46 años que también tengo mis hijos allí y los veo una o dos veces al año, y Daniela Teves de 29 años. Somos tres mujeres que trabajan por el bien de los chicos y de la comunidad entera, es por eso que les diría que nos ayuden como puedan, pero fundamentalmente que no se olviden de nosotras que estamos aquí, que enseñamos con el corazón y con el alma. La verdad creo que nacimos para ser docentes porque hoy en día, a pesar de todas las necesidades que tenemos, somos felices, yo soy otra Karina cuando entro al salón, cuando los chicos vienen y te hablan con su inocencia y su picardía, asique siempre que pueda y que me lo permita Dios voy a seguir siendo maestra, pero maestra con el corazón.