Logró el sueño de bucear en aguas abiertas en las grutas y venció los límites de su parálisis cerebral.
De la mano de su instructor de buceo Bruno Pellitta desafiaron las profundidades con la confianza que les inspira el agua a la que consideran más accesible que la tierra.
La inmersión se realizó en las aguas de Las Grutas, más precisamente en el Golfo de San Matías, en el sur argentino a no más de 10 metros de profundidad.
Las condiciones del mar acompañaron, el clima jugó a su favor y el gran equipo de Nereidas buceo con Bruno Pellitta al mando chapoteaba de alegría y satisfacción.
Para “Diegote”, la experiencia fué un desafío enorme. “Es la primera vez que voy a ir al mar”, comentó hace unos meses mientras entrenaba con Bruno, y aunque su abuela estaba con un poco de miedo, a este nieto le sobran los motivos para ir por más.
Su compinche abuela Edith, una señora de fortaleza inquebrantable fué quién crió desde pequeño a Diego, gracias a esta mujer logró superar los obstáculos de la vida y más allá de las limitaciones propias de su discapacidad, siempre persiguió sus sueños, tomando aquellas dificultades como desafíos de la vida cotidiana.
Diego, además de la parálisis cuenta con un acortamiento en un miembro de su hemi cuerpo derecho por lo que hubo que adaptar la parte de ingreso al agua para poder asistirlo un poco en el movimiento de la pierna más corta.
El agua le hace sentir paz, tranquilidad y un montón de cosas indescriptibles, y a nosotros poder darle magnitud a su experiencia nos llena de ganas de ponernos las patas de rana y conocer de qué se trata este universo que al parecer es menos hóstil que la tierra.
FUENTE: DIVERSIDAD
