POR FERNANDA DI BENEDETTO
El fútbol sala, o futsal, es un deporte similar al fútbol de campo en el que participan 5 jugadores de cada equipo. Desde 1980, está regulado por dos organizaciones internacionales diferentes, la Asociación Mundial de Futsal (AMF) y la FIFA, que han establecido reglas y competencias diferentes. Fue inventado en 1930 por Juan Carlos Ceriani, un profesor de educación física en Uruguay, que inicialmente lo denominó indoor soccer. El deporte ganó rápidamente popularidad tras la primera Copa del Mundo de 1930 organizada y ganada por Uruguay, y rápidamente se extendió por Sudamérica y el resto de continentes.
En Argentina, la selección nacional de futsal está regulada por la AFA, y se encarga de representar al país en diversas competiciones oficiales, entre ellas, el Mundial de Fútbol Sala, del que fueron campeones en Colombia 2016 tras derrotar al equipo de Rusia.
Cabe destacar que semejante oportunidad sólo la tiene el equipo masculino, ya que el de mujeres, desde 2015, lucha por conseguir que la FIFA organice el primer mundial de futsal femenino. Desde la Asociación de Jugadores y Jugadoras de Fútbol Sala de España, las futbolistas se manifestaron a través de una carta enviada a dicha federación en la que demostraron estar más que interesadas en formar parte de una competición de tal magnitud, y, con el tiempo, han demostrado que lo merecen tanto como cualquier hombre.
Entre las caras representativas del pedido, se encuentra la de Carina Núñez, jugadora argentina oriunda de Corrientes que se sumó al movimiento #WomenPlayFutsalFIFA (Las mujeres juegan Futsal FIFA). Carina, mejor conocida como Becha, mantiene una gran trayectoria en la disciplina y diversos logros, entre los que se encuentran haber sido capitana de la selección de futsal en la Copa América de 2019 con la cual obtuvo el subcampeonato, haber sido nominada en 2017 a los premios Futsal Planet a la mejor jugadora de futsal, terminando en novena posición, y por su trayectoria en Celemaster recibió el reconocimiento como mejor jugadora de la liga del año, así como el de goleadora.
En diálogo con ella, Becha sostiene que la brecha de género, aunque continúa intacta, se está achicando gracias al apoyo de la gente que confía en el equipo femenino, dejando entrever que, tal vez, están más cerca de lo que parece de conseguir aquello que más anhelan.
– ¿Cómo fueron tus inicios en el futsal?
Mis inicios en el futsal fueron difíciles, no entendía mucho esa modalidad, ya que siempre jugué al fútbol campo. Donde vivía (Santo Tomé, Corrientes) no existía el fútbol sala, entonces me costó muchísimo la adaptación
– Desde esos comienzos, ¿cuál fue tu percepción respecto a la perspectiva de género dentro del deporte?
La diferencia de género dentro del deporte la teníamos todo el tiempo, la veíamos en los entrenamientos, en la indumentaria, no éramos valoradas con igualdad como los chicos, y aún sigue siendo así.
– ¿Cuáles crees que son las mejores herramientas para la inclusión en el futsal?
La inclusión en el fútbol sala hoy en día ya nace en los colegios o en los clubes de barrios, desde pequeños ya están en contacto con este deporte, pero todavía queda mucho por mejorar y eso debe ser desde las autoridades que nos representan.
– Respecto al movimiento #WomenPlayFutsalFIFA que inició en el 2015, ¿crees que la sociedad fue cambiando en estos 6 años a favor de las mujeres? ¿por qué o por qué no?
Veo cambios en estos 6 años pero todavía existe cierta inclinación hacia alentar más al equipo masculino, sobre todo destacando que nuestras competiciones a nivel selección se juegan de una semana a la otra cuando ellos tienen más tiempo de preparación. De todas formas, a su vez, también noto el apoyo de jugadores y entrenadores hacia nosotras y eso nos hace más fuertes para seguir luchando por conseguir disputar un mundial.
– Desde tu percepción tanto personal como desde tu rol de jugadora, ¿Qué crees que falta para lograr que la FIFA organice campeonatos oficiales para el futsal femenino?
Yo creo que la FIFA debe aportar su voto de confianza hacia el equipo femenino, no sólo por ser mujeres que se merecen tener las mismas oportunidades que los hombres, si no también porque sabemos que muchos de esos hombres nos apoyan y quieren que tengamos nuestro mundial. Si trabajamos juntos en la disciplina sin discriminación de géneros la llevaremos a donde se merece estar, olimpiadas, profesionalismo, mundiales, llegando a la cima donde nos merecemos estar.